miércoles, 2 de noviembre de 2016
Mas o empero
Que hay palabras que por antiguas y literarias un escritor no debe usar se ha dicho mucho. Empero es verdad, no es toda la verdad. Ya he defendido el "mas" y lo mismo haría hogaño con otras palabras. Usarlas sin más, no se puede, pero con unas gotas de salvífica ironía, se las puede redimir.
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16 comentarios:
Nunca entenderé que se escriba "mas" en vez de "pero"; ni "cuán" en vez de "qué", ni "cual" en vez de "como", ni "asaz" en vez de "bastante". Etc. Tampoco que se utilice "de veras". ¿Existe alguien en el planeta Tierra que diga "de veras"? Todo el mundo dice "de verdad". Entonces, ¿por qué lo escriben? Para suplir sus carencias de fondo.
Obligación del verdadero escritor es decir lo extraordinario con palabras corrientes y sencillas.
Sandra Suárez
"Empero" es muy feo (sobre todo en un caso como su "Un puro, empero", que no ha corregido usted en su entrada "Camino a Roma" del 22 de octubre pasado - creo que hay en ella un mensaje mío no publicado aún).
Hay que ser un gran estilista para usar hoy "empero" sin afear un texto.
"Mas" es necesario a veces, para no repetir "pero". Y de todas formas es una palabra mucho más discreta que "empero".
De todas formas, yo creo que cada escritor tiene manía a ciertas palabras, que no usaría nunca por nada del mundo. Se suelen hacer encuestas sobre las palabras que más nos gustan, pero nunca sobre las que más detestamos. Yo, por ejemplo, no utilizaría jamás la expresión "por doquier".
En cuanto a "hogaño" y "salvífico" a mí me gustan, la primera como antónimo perfecto de "antaño" y la segunda porque suena bien (sobre todo en poesía) y no tiene sinónimos.
Aquí en Francia el célebre periodista literario Bernard Pivot (que presentó en la TV todos los viernes durante muchos años el "mítico" Apostrophes) publicó en 2004 un libro titulado "100 mots à sauver", que pretendía recuperar 100 bellas palabras caídas en desuso.
@ Sandra Suárez
" ¿Existe alguien en el planeta Tierra que diga "de veras"?"
En mi infancia, en los años 60, en León, decíamos mucho "de veras".
En cuanto a "mas", tú ¿prefieres repetir dos veces "pero" que utilizar "mas"?
Pues yo digo mucho "de veras", y estoy rodeado de gente que lo dice. A lo peor solo es raro solo en Granada.
Muchísimas gracias por los comentarios, que resucitan esta entrada, a la que tengo cariño. Creo que las claves las da Pablo y Bernard Pivot, pero, sobre todo, Pablo. El secreto está en ser un gran estilista para poder usar palabras en riesgo de extinción sin que se nos mueran en las manos. La ironía ayuda, por supuesto, y el contexto, y el amor que muestra Pivot para intentar salvar de la extinción unas palabras. "De veras" no estaría talmente en peligro de extinción, sino tal vez en situación de vulnerabilidad.
En algunos de los periódicos asturianos, hace unos años, publicaba columnas de opinión D. José María Laso Prieto, comunista, hombre de orden y con gran amor por la cultura y el esfuerzo. No creo que muchos de sus artículos careciesen de más de un "empero". A mi me llamaba la atención, ahora creo que simplemente D. José María era muy mayor, no sólo en sabiduría; también en años, y la expresión no era rara en otro tiempo.
No creo que atenerse a lo que "usa la gente", es decir, a un español de 400 palabras, sea buena idea para quien escribe en un periódico; sin tener por qué escribir como Góngora, sería bueno que intentasen tirar un poco hacia arriba.
Y "helas", ¿merece consideración también?
¿Podríamos traerla e incluirla en la maleta del gran estilista?
Me preocupa helas.
A propósito de palabras, ayer aprendí una nueva española, lo cual me produce siempre que me sucede una extraña alegría:
constructo
Del ingl. construct, y este del lat. constructus, part. pas. de construere 'construir'.
1. m. Construcción teórica para comprender un problema determinado.
2. m. Psicol. Categoría descriptiva bipolar con la que cada individuo organiza datos y experiencias de su mundo, como el frío y el calor,
lo dinámico y lo estático, etc.
Muy de veras les digo que acá en Buenos Aires, "de veras" se usa mucho.
Saludos.
O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.
¡Este Pessoa, empeñado en hablar como no habla nadie en el planeta Tierra! Ay, Señor.
Se puede y se debe usar «empero» y cualquier otra palabra que parezca algo arcaizante. No necesitan ser redimidas, no hay que pedir perdón por usarlas. Al contrario: necesitan ser salvadas. Mediante el uso las salvamos de caer en desuso.
Pero claro, hay que usarlas sabiendo lo que decimos. El ejemplo de uso de «empero» que pone usted, siendo correcto, puede inducir a algún lector a usarlo mal. Hay que saber que este adverbio resulta de añadir como afijo a la preposición «pero» un pronombre o anáfora («em-», el en francés) que debe ir referido a algo que se haya dicho antes.
Ejemplo claro de uso correcto sería: Estaba cansado. Empero, siguió trabajando.
Y en cambio, sería de mal estilo decir: Empero estaba cansado, siguió trabajando.
Perdóneme si me he puesto pedante. Un saludo.
No se ha puesto pedante, estamos de acuerdo y, de propina, me aclara un concepto. Quedo triplemente agradecido.
@ El Redichín
Creo que su explicación no es la correcta. "Empero" es una conjunción adversativa y como tal, su función consiste en unir oraciones contrarias. De ahí que no pueda utilizarse para comenzar una frase.
En cuanto al hecho de que su prefijo "em" venga del francés y funcione como el "en" francés, no sé de dónde ha sacado usted eso. Los diccionarios etimológicos que yo he consultado dicen todos que viene de latín "in".
¡Vaya! Solo puedo decir que, acerca de «empero», yo he creído hasta ahora lo que dije antes (salvo el lapsus de preposición por conjunción, y sin querer decir que el «em-» venga del francés sino solo que tendrá igual origen que el francés). No sé decir ni de dónde saqué esa idea. Por supuesto, si lo que dice Pablo viene autorizado, cambiaría de opinión. Pero la etimología a partir de la preposición in explica poco del significado y régimen de la palabra empero. Y veo que el DLE la tiene por adverbio, en primera acepción.
En todo caso, aunque me desmonten mi etimología parda, sostengo al menos lo que le dije al blóguer sobre usar palabras arcaizantes sin pedir perdón por ello.
Y lo de que hay que saber lo que decimos. ¡Ya ven lo que me está pasando a mí por hablar sin saber! Saludos a los dos.
Me fascinan las disputatio sobre las palabras del español. Idioma magnífico (no porque sea el mío). Mi preocupación siempre se centra en la evolución de la lengua, los arcaísmos, los galicismos, anglicismos, barbarismos... Estoy haciendo ahora un curso de Normativa Lingüística con una Académica de la Academia Argentina de Letras, que participa de las reuniones con los Académicos de la RAE que tienen regularmente con los de los países hispanohablantes. Es fascinante, con perdón de la repetición.
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