lunes, 1 de enero de 2018

Doce campanadas con Murilo Mendes


El fin de año tiene dos caras, como Jano. La de la esperanza, naturalmente, y la de la melancolía. Repasando proyectos que se me quedaron a la mitad, conté, entre tantos, una traducción de los aforismos de Murilo Mendes. Están bastante bien, pero no lo suficiente para una antología del tamaño de un libro ni para las gestiones que conlleva encontrar un editor suicida.

Sin embargo, al releerlos vi que había varios que merecían la pena, y he pensado celebrar el paso del año con doce aforismos como doce campanadas, como ya hicimos en otras ocasiones.

Ahí van. No se atraganten:

1) Sólo hace la apología del trabajo el que no puede crear.
 
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2) El indicio del error es el cansancio. 
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 3) De modo general, los poemas son parodias de la poesía, como los sermones son parodias del Verbo. 
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4) La indigestión produce más víctimas que la aviación. 
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5) El hombre es una cobaya para el hombre. 
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6) Los cuadros malos ayudan a esclarecer la crítica de los buenos.
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7) ¿Criticas la escasez de resultados de la Iglesia? Intenta convertir a un hombre. 
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8) Tan necesario es saciar el hambre y la sed, como activarlas. 
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9) Si os olvidáis de que sois griegos y latinos, habréis conseguido quebrar la propia estructura de vuestro ser. 
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10) Existen cinco elementos: el aire, el agua, la tierra, el fuego y la persona amada. 
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11) ¡De cuántas vidas formamos parte! 
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12) Me siento antiquísimo… y siento el futuro debatiéndose impaciente dentro de mí.


Y ahora, ya pasado el trance de las campanadas, veo que quizá no todo fue trabajo perdido. Hay otros aforismos que también están muy bien, y quizá no dé para un libro, pero sí que podría publicarse una selección en una revista. Lo bueno de fin de año es que acaba venciendo, siempre, la esperanza. 

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