martes, 25 de septiembre de 2018
As time goes by
Cuando era un profesor novato, mi coche causaba bastante admiración cómplice entre los alumnos, porque era juvenil, cool y medio caro. Empezaron a pasar los años a una velocidad que sobrepasaba los límites legales o debería y mi coche dejó en la indiferencia más absoluta a mis alumnos. Luego, empezaron a invitarme a comprarme uno nuevo, que si no ganaba bien mi sueldo o qué. Y ahora, de pronto, han empezado a verlo, de nuevo, con admiración, por viejo, casi histórico, clásico.
Para que luego nos quejemos del tiempo. Como hoy estaba optimista, lo he visto, a mi coche, como un correlato objetivo.
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1 comentario:
Esperemos, mi señor, que hagan lo mismo con nosotros y no nos lleven al desguace.
Saludos retros...
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