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martes, 22 de abril de 2014
Oh
Me gustó muchísimo este graffiti. No sólo porque no está en una pared, que ya se agradece, sino porque aprovecha al máximo sus pobres condiciones. El entorno, pues qué mejor que una bailaora en el barrio de Santiago de Jerez. Luego, sobre todo, las ondulaciones de la valla de metal, que transmiten las vibraciones del baile de modo magistral. El color metálico, tan de flamenco auténtico: brillo mate. Y hasta las flechas de la señal de tráfico y su aspa, que parecen indicar esos violentos vaivenes del baile, ahora hacia aquí, ahora hacia allí, en un palmo de terreno. Las palmas las tocamos, con los ojos abiertos, en silencio, nosotros.
Aunque también cabe que sea yo. Tan metido en mi valla de hojalata, tan constreñido, con tanto sabor a metal en la boca del estómago y con tanta pobreza de medios, cómo no ver en esa pintada una especie de esperanza.
jueves, 8 de septiembre de 2011
miércoles, 13 de julio de 2011
lunes, 11 de julio de 2011
Una falta que no falte
Que estuviese justamente en la fachada de la Concejalía de Urbanismo me predispuso quizá para verle cierta gracia y hasta la elegancia a esta pintada:
No me negarán que es un detalle quitarle la hache al "hijos" para que quede claro que la cosa no va con la santa madre de los aludidos, sino con su idiosincrasia. Y "perros", a pesar de su rancio abolengo, no es un insulto excesivo para mí: mucho peor sería "gatos", y hablando del abolengo del insulto, más apropiado...
[Lo que me será difícil es explicarme ante mi amigo Luis Martel, que entraba en la susodicha concejalía muy bien vestido de trabajo y muy acompañado, y que me pilló in fraganti haciendo la susopuesta foto, y en bañador, y hubo de saludarme delante de todos muy serio, con cara de póker.]
jueves, 7 de abril de 2011
Incoherente
Protesté de aquella pintada, y ahora pongo ésta, tan orgulloso como si la hubiese escrito yo.
¿Incoherente? Bueno, claro, por supuesto, pero con razones:
1) La otra estaba en una tranquila esquina bodeguera, entre jacarandas; ésta está en la barriada José Antonio, una de las más peligrosas de España, sí, de España. (La foto la hice con cierta desazón, observado por dos grupos de inquietantes ociosos, agarrando con fuerza el móvil, por si las moscas.)
1) La otra estaba en una tranquila esquina bodeguera, entre jacarandas; ésta está en la barriada José Antonio, una de las más peligrosas de España, sí, de España. (La foto la hice con cierta desazón, observado por dos grupos de inquietantes ociosos, agarrando con fuerza el móvil, por si las moscas.)
2) La exquisita sintaxis y la cuidada caligrafía del primer grafittero permiten suponer que una carta al director ya se la habrían publicado; no es el caso, la verda, del autor de esta pintada mía.
y 3) Aquello era una tesis de puro sentido común, perfectamente defendible, mientras que lo de aquí es un grito salvaje de entusiasmo y de alegría y de esperanza donde más falta hace.
miércoles, 23 de febrero de 2011
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Lo siento y otras pintadas
Si cada vez se jura y perjura más, es porque la palabra cada vez vale menos. Lo he pensado viendo la cantidad de pintadas que hay en nuestras calles proclamando: “Te quiero” o, más melodramáticamente, “Lo siento” o “No volveré a hacerlo” o “Perdón” o “Estoy muy arrepentido”. Esas cosas quedan más sugerentes susurradas suavemente al oído, digo yo. Y me pongo a imaginar el culebrón que habrá detrás de cada una de esas pintadas. Culebrones que tendrán poco arreglo, pues si para que les crean, han de ensuciar las fachadas de otros prójimos, apaga y vámonos. Es lo que tiene la mentira campando a sus anchas: acaba con las palabras por el suelo o las paredes, en parajuramentos y graffiti.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Sois judíos
En una de mis pocas fotografías a la que tengo cariño aparezco con mi hermano Jaime. De viaje por Europa vimos una pintada —no sabíamos si en una casa particular o en una sinagoga— con una esvástica y una acusación: “Sois judíos”. Tapando con nuestras caras sonrientes la idiota cruz gamada, posamos orgullosos bajo ese título nobiliario: éramos judíos.
Del hecho en sí no tenemos certeza. Pero habíamos sido educados en el amor absoluto por los judíos Jesús, María y José, entre muchos otros. Luego, la pasión por la literatura hizo el resto. Cuántos escritores extraordinarios son judíos. No es casual: su lectura de las Escrituras les prepara de una forma extraordinaria.
En todo caso, es bien probable que tengamos sangre judía, gracias a Dios. La historia de España deja poco lugar a dudas. En mi familia, además, hay narices que encajan en el perfil. Y mi padre una vez me explicó muy serio que Abrahán negoció mal la salvación de Sodoma, porque al no haber esos diez justos con los que Yahvé ya le había concedido el perdón de la ciudad, dejó de regatear. Mi padre, con todos los respetos para el padre Abrahán, hubiese seguido terciando hasta un no tajante, lo que indica una decantación de la raza. Con estos antecedentes, ya pueden ustedes imaginar la alegría con la que recibí la noticia de las investigaciones de las universidades de Leicester y Pompeu Fabra. Según sus estudios, los andaluces occidentales tienen un 18% de ADN sefardita. Malo sería que a mí, tan del Puerto de Santa María, no me tocase en suerte por lo menos un décimo, ¿no?
A esta llamada de la sangre, le ha dado una explicación el teólogo judío Michael Wyschogrod. El compromiso de Dios con Abrahán y su familia es una prueba de su amor por los individuos concretos. Él no ama en abstracto al género humano como un socialista, sino a las personas a la sombra de su árbol genealógico y de sus relaciones concretas. Mi admiración por los judíos es, por tanto, una expresión más de mi firme vocación de amado de Dios.
Del hecho en sí no tenemos certeza. Pero habíamos sido educados en el amor absoluto por los judíos Jesús, María y José, entre muchos otros. Luego, la pasión por la literatura hizo el resto. Cuántos escritores extraordinarios son judíos. No es casual: su lectura de las Escrituras les prepara de una forma extraordinaria.
En todo caso, es bien probable que tengamos sangre judía, gracias a Dios. La historia de España deja poco lugar a dudas. En mi familia, además, hay narices que encajan en el perfil. Y mi padre una vez me explicó muy serio que Abrahán negoció mal la salvación de Sodoma, porque al no haber esos diez justos con los que Yahvé ya le había concedido el perdón de la ciudad, dejó de regatear. Mi padre, con todos los respetos para el padre Abrahán, hubiese seguido terciando hasta un no tajante, lo que indica una decantación de la raza. Con estos antecedentes, ya pueden ustedes imaginar la alegría con la que recibí la noticia de las investigaciones de las universidades de Leicester y Pompeu Fabra. Según sus estudios, los andaluces occidentales tienen un 18% de ADN sefardita. Malo sería que a mí, tan del Puerto de Santa María, no me tocase en suerte por lo menos un décimo, ¿no?
A esta llamada de la sangre, le ha dado una explicación el teólogo judío Michael Wyschogrod. El compromiso de Dios con Abrahán y su familia es una prueba de su amor por los individuos concretos. Él no ama en abstracto al género humano como un socialista, sino a las personas a la sombra de su árbol genealógico y de sus relaciones concretas. Mi admiración por los judíos es, por tanto, una expresión más de mi firme vocación de amado de Dios.
miércoles, 14 de mayo de 2008
TK
Aconseja Paul Johnson que no se aproveche jamás la columna de un periódico para desahogos personales. Los consejos del maestro son órdenes, así que yo no he hablado hoy de la pintada que han hecho por segunda vez en nuestra valla nueva. He hablado de otra pintada, eso sí.
Pero en el blogg, ni Johnson ni nadie han dicho que uno no pueda jurar en arameo por una cuestión personal. La historia: un cabrón viene y pinta (con un spray que chorrea, además) unas estúpidas letras en nuestra valla: TK. Yo llamo a unos pintores, con lo que a mí me cuesta buscar un número, descolgar el teléfono, explicarme, quedar una tarde, asistir a toda la operación con cara de interés y pagarla minuciosamente, dando las gracias. Bueno, pues ya hecho todo eso, anteayer, apareció de nuevo el puñetero TK, con tinta morada esta vez, pero igual de chorreante. Al cabreo sordo se une la humillación moral de comprobar que mi TK me afecta mucho más que los TKs que el tipo ha ido sembrando por mi pueblo. En las paredes de los demás duelen menos, ay.
Me cargo de razón y le digo a Leonor: "No sé, si al menos hubiese defendido alguna idea política, la cosa tendría otra nobleza". "Imagina, responde ella, que nos planta un "Viva Zapatero" en la puerta". "Uff, quita, quita, pues una idea filosófica, como la pintada de mi IES". "Ten cuidado, que podría ser un Carpe diem! de ésos"...
Me callo, no vaya a acabar cogiéndole cariño al TK de la valla.
Pero en el blogg, ni Johnson ni nadie han dicho que uno no pueda jurar en arameo por una cuestión personal. La historia: un cabrón viene y pinta (con un spray que chorrea, además) unas estúpidas letras en nuestra valla: TK. Yo llamo a unos pintores, con lo que a mí me cuesta buscar un número, descolgar el teléfono, explicarme, quedar una tarde, asistir a toda la operación con cara de interés y pagarla minuciosamente, dando las gracias. Bueno, pues ya hecho todo eso, anteayer, apareció de nuevo el puñetero TK, con tinta morada esta vez, pero igual de chorreante. Al cabreo sordo se une la humillación moral de comprobar que mi TK me afecta mucho más que los TKs que el tipo ha ido sembrando por mi pueblo. En las paredes de los demás duelen menos, ay.
Me cargo de razón y le digo a Leonor: "No sé, si al menos hubiese defendido alguna idea política, la cosa tendría otra nobleza". "Imagina, responde ella, que nos planta un "Viva Zapatero" en la puerta". "Uff, quita, quita, pues una idea filosófica, como la pintada de mi IES". "Ten cuidado, que podría ser un Carpe diem! de ésos"...
Me callo, no vaya a acabar cogiéndole cariño al TK de la valla.
viernes, 8 de diciembre de 2006
Graffiti barrocos
Oh nuestro Siglo de Oro. En Sevilla, el teólogo Marina y los dominicos del convento Regina tenían sus reparos lógicos para lo de la Inmaculada Concepción. El pueblo contestó con esta pintada por los muros de la ciudad:
Aunque lo niegue Marina
y los frailes del Regina
y el prior y el provincial,
la Virgen fue concebida
sin pecado original.
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