En Las llagas y los colores del mundo, el nuevo libro de entrevistas a José Jiménez Lozano, realizadas por Guadalupe Arbona, recuerda el escritor castellano que Nadezhda Maldelstam aseguraba que “aprendió a leer al releer a Dostoievski”. Estamos ante una cita extraordinaria, mucho mejor incluso que la famosa de Borges, un tanto pedagógica, de “Creo que releer es más importante que leer, salvo que para releer es necesario haber leído”; y mejor que la del mismo Vladimir Nabokov, algo moralista, aunque también buena: "Los libros no se deben leer, deben releerse". La de Nadezhda no explica ni dicta, muestra. Y bajo la gracia de su paradoja, establece una gran verdad. Sólo se aprende a leer después de haber leído mucho y releyendo, sobre todo, a los grandes maestros. Yo me voy a poner a releer a Dostoievski ya mismo a ver si aprendo a leer de una vez, porque el libro del que Jiménez Lozano saca la cita, Contra toda esperanza, me lo leí en su día y se me escapó, cómo, cómo —me tiro de los pelos— esa joya.
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Post scriptum: Aunque --dejo de tirarme un momento de los pelos-- esto me sirve para notar que se aprende a leer también leyendo a los mejores lectores, releyendo con los ojos de otro.
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Post scriptum: Aunque --dejo de tirarme un momento de los pelos-- esto me sirve para notar que se aprende a leer también leyendo a los mejores lectores, releyendo con los ojos de otro.
5 comentarios:
Muy cierto, y estupendas las citas. A mí esto me parece una ventaja más de la poesía; no sé como sería en el caso de los Mandelstam, pero yo al menos releo mucha menos prosa. ¡Feliz año nuevo!
Enrique, olvidamos tanto. Releeremos a JJL. Un abrazo. Domingo
No sé si ACdR conoce la anécdota de su infancia que contaba Ángel González. Estuvo encamado durante largo tiempo, por un principio de tuberculosis, y su entretenimiento era leer. Los libros entonces, para una familia de pocos medios como la suya, eran difíciles de obtener. Y descubrió, según cuenta, que una vez leído un libro de prosa no podía volver a leerlo, al menos inmediatamente; pero que la poesía, en cambio, no se "gastaba" así, y admitía relectura tras relectura. Con lo cual se acostumbró a pedir que le trajesen, de preferencia, libros de poemas, que le proporcionaban mucho más "rendimiento" lector.
Alguien dijo, creo recordar, que le encantaría no haber leído El Quijote para tener el placer de leerlo por vez primera. Me parece que en la primera lectura de los clásicos hay algo de autoobligación que impide el pleno disfrute de la obra.
Jilguero.
Pues no, no la conocía, gracias gatoflauta (y Enrique). Para mí también la poesía es el género más amortizable que hay. (Y aprovecho para poner la tilde en el "como" de mi comentario anterior.)
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