Sigo revolviendo, a falta de inspiración, mis viejos papeles y notas. En una del 2000 encuentro esto: "En el Cielo, replantaremos nuestros recuerdos, inmortalizándolos. Yo, una buganvilla". No es gran cosa, desde luego, pero me impresionó vivamente, porque vi allí la semilla de un poemita de Con el tiempo, diez años (y mucho olvido) después. Aquí está. Y mira que me sé mi Ezra Pound: "The production of good poetry is a very slow matter"; pero vérmelo en mí, ¡en mí, que siempre voy con prisas!, y cuando estaba convencido de que aquel poema de las buganvillas se me dio en un instante mágico y casi estuve tentado de fecharlo y todo, me ha dejado pasmado. Pasmado y feliz. La falta de inspiración ya no me preocupa. Quién sabe lo que estará pasando por dentro. Todo lleva su tiempo.
viernes, 5 de octubre de 2012
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6 comentarios:
No sé quien decía que la cultura es lo que queda después de haber olvidado. Pues algo así con la inspiración, ¿no?
El saludo entre los filósofos entre sí debería ser: "¡Date tiempo!"
Me consuela esa frase final: "Quién sabe lo que estará pasando por dentro". Hace un año que la musa me tiró la puerta en las narices. Pero, tienes razón, tiempo y lecturas... y ya vendrá de nuevo.
Yo acabo de terminar (ayer) un poema que comencé ¡hace seis años!
A mí me gustó mucho ese poema, de los que más.
Gracias, María. No eres la única en decírmelo. Al principio, como era algo ligero, me extrañó, pero desde que he descubierto el tiempo que estuvo madurando por dentro, ya no. Simple instinto poético vuestro, a menudo más fino que el del propio autor.
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