martes, 21 de noviembre de 2006

En Almería

Exageré: no estaba a setecientos kilómetros sino a más de novecientos, contando ida y vuelta, que todos hay que conducirlos. El acto poético en Roquetas de Mar resultó bien. Un alumno, la criaturita, me preguntó si no sentía que muchos de los aplausos eran por compromiso. Otra, aprovechando que el motivo de mi visita era hablar de las relaciones entre el poeta y su lector, a raíz del poema aquel, inquirió, más ladina, si escribía por gusto o para que le gustara a la gente. Decidí buscar la querencia, e hice un juego de palabras: "me gusta que guste lo que me gusta". Luego, por darme un respiro, una chica angelical quiso saber, llena de buenas intenciones, si de joven yo imaginé que llegaría a donde lo he hecho [sic] y que influiría tanto [sic, sic] en la juventud [sic, sic, sic]... Contesté lo que pude, embargado por la melancolía: "Qué extraña y breve fue la juventud", pensaba. La lectura de poemas había sido más apacible, creo. El que más gustó fue "Variación Berceuse", supongo que porque, a través de mis variaciones, Juan Ramón Jiménez, autor del original, se abrió camino. Para terminar, recité otro poema a petición, naturalmente, del amable anfitrión. El acto se cerró con una cerrada ovación, valga la redundancia y la rima interna. ¡Y el muchacho del compromiso, que me fijé, cómo aplaudía!

6 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Bueno, es que la Variación Berceuse es un gran poema, con ese 'chiste' final tan bonito.

Anónimo dijo...

Vuelvo a tu Casa Propia, después de picar en este anzuelo, ya no sé si para leerte o para leerme. En todo caso, enhorabuena por el recital y especialmente por los aplausos del chaval "comprometido".

E. G-Máiquez dijo...

A AnaCó le perdono el retintín con el comprometido chaval y sus dudosos aplausos a cambio de que saque mi libro del purgatorio de la estantería, entre otras cosas porque leyéndose me lo mejorará bastante. A Arp, gracias por verle la gracia al final.

Anónimo dijo...

Que conste que iba si retintín, en todo caso, tu libro ya ha salido del purgatorio.

E. G-Máiquez dijo...

Sí, el retintín era del muchacho. Tal vez yo no he sabido contarlo bien en la entrada. Cuando lo vi aplaudir, después de su preguntita, me sentí la mosca detrás de la oreja. Gracias por la mano que me saca del purgatorio.

Adaldrida dijo...

Cómo me hubiera gustado estar...