jueves, 23 de noviembre de 2006

Privilegio

Hay privilegios, en cambio, que, para colmo de dicha, llevan aparejado el gustoso deber de divulgarlos. Hablando por teléfono, Miguel d'Ors me ha regalado un verso (otro uni-verso) del navarro-nicaragüense Ángel Martínez Baigorri. El verso es magnífico por lo que dice y por cómo lo dice, como tiene que ser. Fíjense en los acentos: al principio están puestos a salta de mata y sólo por sorpresa el de "edad" cae en sexta, pero a partir de ahí todo va cuadrando, alcanzando la plenitud. Pertenece a un poema escrito cuando el hombre, ya muy mayor, se entera de que padece una grave enfermedad.
Voy llegando a la edad perfecta: eterno.

5 comentarios:

QRM dijo...

Maravilloso.

Me recuerda a mi bisabuela. La muy coqueta se quitaba años, y cuando tenía 100 (murió con 103) decía que tenía 98.

Al final ya estaba desesperada, y nos decía "estoy deseando acabar. Ésto de la vejez es lo que más dura." Y nos aterrorizaba a nosotros, que tendríamos como ocho o nueve años.
Y es que en su generación , con 50 ya se era anciano. Así que la pobre llevaba como 50 años siendo vieja.

Anónimo dijo...

Gracias por compartir con nosotros la confidencia de Miguel D'Ors, y a este poeta, que me apropio. Me recuerda a aquel otro versito de Juan Ramón que cito (seguramente mal) de memoria:
"No corras, ve despacio,
que adonde tienes que ir
es a ti solo.
Ve despacio, no corras,
que el niño de tu yo,
recién-nacido eterno,
no te puede seguir...".
Por otro lado, si en Dios no hoy tiempo, para El seremos siempre niños pequeños (que es, por otro lado, lo que, por imperativo evangélico, debemos ser), aunque lleguemos a los cien años, como la bisabuela de qrm. De modo, que con la muerte volvemos al principio, como un nuevo nacimiento.
¡Hay que ver lo que da de sí un verso, cuando dice verdad!

Adaldrida dijo...

De mi estancia en Pampaluna guardo, como uno de los mejores recuerdos, una antología de poetas navarros que publicó el Diario de Navarra. Una delicia. Estaba Miguel dÓrs, of course, a pesar de ser gallego, estaba también Martínez Baigorri y dos que me encantaron: Angel Urritia y Jesús Górriz. Este último tenía un poema llamado Balada de mi condición al que le debo el título de mi libro Pampaluna, porque le añadía un epígrafe que decía: Je suis le fou de Pampelune.

Anónimo dijo...

Hola, Enrique: Me asomé por aquí buscando información sobre la antología de Ibáñez Langlois que me llevé el alegrón de saber que estabas preparando y desde entonces como que le he cogido afición a los rayos y los truenos. Con la confianza que da esta extraña suerte de relación me permito preguntarte si tienes idea de cuándo saldrá "Oficio" a la venta en Madrid, porque en la librería me dicen que no pueden pedir libros que no existen. Y ya puestos, a propósito de tu interlocutor Miguel D'Ors, hay otro libro que llevo tiempo buscando y no hay manera: es su edición de Peñalosa titulada "Un pequeño inmenso amor". ¿Se te ocurre algún modo de conseguirlo? A cambio de alguna pista dejo un bi-verso de Peñalosa que me encantó y que, si no recuerdo mal, dice así:
"Salió a cazar con red de silogismos
a Dios que sesteaba entre las rosas"
Saludos de vuestra agradecida lectora y gracias también por esa edad perfecta.

E. G-Máiquez dijo...

Gracias por todos los comentarios. A mí el verso me recuerda a mi abuela, aunque en realidad tendría que recordarme a mí mismo (lo hará, con el paso de los años) y, como dice M. Á., a cualquier vida, siempre a un tris de alcanzar la edad perfecta, destinada a ella desde el principio. Ya leeremos su poema, que espero con interés grande. De Jesús Górriz no tengo ni idea, pero lo buscaré. De la publicación de Oficio haré la puntual propaganda en este blogg, pero se presenta el día 29 de este mes, o sea, casi ya. De Un pequeño inmenso amor probablemente tengan algún ejemplar en la librería Hiperión