jueves, 24 de enero de 2008

Celo

En un lugar de su obra de cuyo nombre no consigo acordarme, W. H. Auden envidia de los perros su despreocupada castidad, fuera de las épocas de celo. Ese envidia suya me ha parecido siempre bonita y emocionante, con su pudoroso sesgo biográfico. Nosotros, que tenemos perra y perro, comprobamos diariamente lo de la castidad. Y anualmente, como ahora que Pukka está en celo, lo contrario. Carbón anda (y salta y llora y ladra) desatado, tratando de ligar, digamos, con lo que sea. La perra está guardada bajo siete llaves, como princesa de las mil noches y una. Como él es un adolescente, con poca experiencia de la vida, no distingue bien lo que (le) pasa y con los nervios desechos por el ambiente cantaría si pudiese Love is in the air; y eso aúlla, temblón como un álamo. Sé que a algunos este espectáculo daría mucha melancolía, pero yo, educado en un concepto muy positivo de la virtud de la pureza y a la vez muy realista, me lo tomo con sentido del humor. Esos ojos saltones, desorbitados, y esa confusa monomanía al borde de un ataque de histeria, me recuerdan un poquillo a mis alumnos, con todos los respetos, y allá, perdido entre las nieblas del tiempo, al muchacho que fui en mis momentos más estridentes y saltarines.

6 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Decía Enrique Jardiel Poncela que los hombres sólo se diferencian de los animales en que la época de celo les dura todo el año. Entiendo perfectamente tu reflexión acerca de los alumnos. Ah, la edad de las hormonas desbocadas...

Alejandro Murgia dijo...

Ursula Le Guin en La mano izquierda de la oscuridad describe una raza humana con períodos de celo. Es muy interesante cómo esa raza ve a la nuestra: como depravada.
Castidad absoluta durante casi todo el año, y un corto período de entrega TOTAL, nos parecen ambos extremos anhelados pero inalcanzables.

Anónimo dijo...

Jamás olvidaron
que incluso el terrible martirio debe seguir su curso
de todos modos, en un rincón, en algún sitio desordenado
donde los perros siguen viviendo sus vidas de perro.

W.H.A.

Celos del celo.

Jesús Beades dijo...

No entiendo a permuta de la palabra "castidad" por "pureza". La pureza se refiere a algo central del ser, al "corazón" del hombre (en términos vetero y neotestamentarios), al lugar donde comienza la conversión completa, y no sólo a la entrepierna y sus imperiosas demandas.

Corina Dávalos dijo...

"temblón como un álamo" carbón estará agradecidísimo contigo, hay que ver, ¡qué bien lo dejas!

Anónimo dijo...

http://www.tuperro.com.mx/01_06_03_repro_esterilizar.html