viernes, 2 de junio de 2006

La perra es Pukka


Para no darle ni un solo motivo al usuario anónimo que me acusó con bastante gracia y/o mala leche de querer aristocracia para todos pero pedigrí para mi perro, traigo hoy al blogg a Pukka. Si no escribí antes de ella, no es porque su árbol genealógico sea menos frondoso que el de Carbón, sino porque nos trae de cabeza con sus escapadas venatorias. Los gatos del barrio están al borde de un ataque de nervios; como los vecinos, porque la muy perra acompaña sus hazañas de todo un recital de ladridos, gruñidos y latidos. Una vez, incluso, trincó una gaviota en la playa y la dejó moribunda, en la orilla. Tuve que aplicarle la eutanasia ante la mirada atenta de varios paseantes. A veces, cuando Pukka te hace unas cuantas jugarretas seguidas, acumulas cierto rencor. Una vez, mientras la perdonaba, le escribí este epitafio:
Descansarán, por fin, los pobres gatos,
las ratas, los vecinos, las gaviotas.
Solamente sus dueños, medio idiotas,
de menos echarán los malos ratos.
Tal vez extrañe a algún usuario anónimo que lo escribiese con la previsión propia del Ocaso S.A. Podrá parecer despiadado o morboso, pero yo también me he aplicado el cuento y he dedicado varios poemas a mi propio tránsito. Incluso hay quien proclama eso tan profundo de que todo poema es, en realidad, un epitafio. Los míos lo son stricto sensu, pues opino que es mejor no mezclar géneros. Cuando esté muerto (de cansancio), sin ganas de escribir nada nuevo, colgaré alguno aquí.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito epitafio el de la perra de tu perra. Tiene cara simpática.
Hace algo más de un mes me pasé por la redacción del periódico y ¿a que no sabes que estaba haciendo una de las periodistas? Escribía el artículo sobre la muerte de Rocío Jurado, que murió hace dos días.
Por cierto, hay un pequeño haiku en mi bitácora. Lo colgaría aquí, pero es que es "fotográfico", y sólo tiene sentido si se ven las imágenes.

E. G-Máiquez dijo...

África negra
pero igualmente rosa:
flores y flores.

Éste es el haiku con el que yo acompañaría tus dos espléndidas fotos. Y es una pena que dependa de las imágenes, porque me gusta. A ver si haces pronto una exposición y lo podemos poner en el catálogo.

Anónimo dijo...

Enrique, perdón por la pedantería, pero, ¿no sería mejor "in stricto sensu", o incluso sin la preposición?

Anónimo dijo...

El anterior comentario es mío, soy Javier L.

E. G-Máiquez dijo...

Nada de perdones y nada de pedantería. Mil gracias por la corrección, que para eso estamos.

Anónimo dijo...

La verdad es que el error es frecuente. Incluso en libros de derecho de la carrera. Viene de declinar "strictus, -a, -um" como si fuera de la cuarta, me imagino.

Ángel Ruiz dijo...

No le toques ya más / que 'stricto sensu' es así, sin in.
Querría que rimara o tuviera algo poético, pero los que no somos ni poetas menores no podemos ni permitirnos eso. Ay, quién fuera poeta, aunque menor.

Adaldrida dijo...

Me ha gustado la perra y el epitafio, pero lo que me ha maravillado es el haiku: una belleza casi antigua!

Enrique Baltanás dijo...

El epitafio, y más aún el auto-epitafio, debe de ser un género muy difícil. No sólo por lo que tiene de enfrentarse con la (propia) muerte, sino por encerrar o resumir una vida en un dístico o poco más. Porque el epitafio debe ser breve (ay, como la vida).
Por cierto, ¿para cuándo una antología de epitafios? ¿O ya existe? Perdona mi ignorancia.
Y por cierto, ¿no son más "humanos" los perros que los grandes simios zapateriles?

Enrique Baltanás dijo...

Vaya, no sé cómo evitar que salga la fotito...

Anónimo dijo...

Qué ilusión me ha hecho tu atención a mi comentario. Sí, soy el mismo usuario anónimo que hizo el comentario con gracia o mala idea, según la intención con que se lea. Sigo tu blog y también el de Beades casi a a diario desde que me lo recomendó, pero casi nunca me atrevo màs que a leer pues me siento en clara desventaja, no encontrando nada demasiado interesante con lo que participar. Es una pena que en mi comentario falte la transmisión del tonito de mi voz y la mueca de mi cara mientras se me ocurre y/o lo escribo... a vosotros no os pasaría... No había mala idea... lo prometo...Es así y lo puedes comprobar con mi siguiente y único otro comentario en tu blog.... (LOS PIES: Amalia quizas pueda hacer que por fín, mi duro corazón se estremezca ante un poema). No soy malvada, no...

En fín, un honor el sentirme participe de tu blog, y de la mano del creador, ahí es nada. Seguro que en la literatura es a lo más a lo que llegaré nunca.

Gracias, Lola.

Anónimo dijo...

Pues ve preparando un epitafio similar para carbón, Enrique. Puesto que sí ya sufres los instintos venatorios de una tekkel. Sumándole los de un fox terrier te esperan días de gloria. Prepárate para disfrutar de las ventajas del trabajo en equipo, de lo que preveo sera una fantástica collera.

E. G-Máiquez dijo...

Lo de la mala idea, Lola, era una broma. Gracias por aquel comentario que me pareció muy agudo y que incitó éste. Y por las visitas.

Menos gracia me hace el comentario del tal Luis, porque me temo que entiende de perros y que tiene razón. Cuando Carbón, que todavía es joven, se ponga a cazar, me esperan días de epitafio.

Y no conozco yo ninguna antología de epitafios. Hay una de poemas japoneses a la muerte, que está bien, el libro "Epitafios" de Miguel Ángel y Spoon River Anthology, pero una antología general no la conozco. Si la profecía de Luis se cumple me vendría muy bien.

Anónimo dijo...

Hola Lola,

Yo también me siento como tu, pero me aliento pensando que al igual que los globos necesitan lastres para poder volar, las aéreas palabras de los poetas necesitaran del lastre de las terrenales palabras de los no poetas. Y además como para bien o para mal me crié con Torrebruno. Soy de los que piensan que lo importante es participar.

Hola Enrique, siento haber levantado la liebre. Más que entendido dejémoslo en que me gustan los perros. Aún sin conocer personalmente a tus dos criaturas, me imagino lo que hay, y es que la combinación de razas es interesante, los tekkels son muy bravos (Tozudos), ¿sabes que los usaban y se usan para seguir el rastro y cazar jabalíes heridos? Sorprende que con esas patas tan chiquinas se den los paseos que se dan. Esta hará de madre y hermana de carbón así que le pasara gran parte de su carácter y manías. Lo que le faltaba a un FT. Pero como los foxterriers pueden llegar a ser muy de su amo (arquetipo Tintín - Milú), si no quieres que te salga muy callejero tendrás que ganártelo dedicándole tiempo y juego para que prefiera quedarse cerca tuya a irse por ahí de picos pardos. Ahora que lo de cazar olvídate de corregírselo, los FT son cazadores natos. Y este será el complemento ideal de Tukka, donde esta no llegaba antes por motivos fisiológicos, este llegara y mucho más rápido. Yo tuve un Ft y no voy a contar su historial por prudencia, que no se si sus barbaridades han prescrito.
Buen finde.

Anónimo dijo...

Baltanás dijo:"¿No son más "humanos" los perros que los grandes simios zapateriles?"
Yo creo que no. Lo que pasa es que a los perros los tenemos más cerca, y les cogemos más cariño.
Por cierto, yo no tengo perros (ni monos, aunque mi mujer sea "muy mona"), pero por los perros que conozco, he llegado a la conclusión de que estos adquieren, si no las virtudes, sí los defectos de sus amos. En otras palabras, el perro de un idiota, es siempre un perro idiota.
(Nota: yo no habría escrito "idiota", sino "gili______", lo que pasa es que no sé si Enrique me lo admitiría en su bitácora).

Anónimo dijo...

Es lógico que un idiota tenga esa influencia en su perro. Al igual que sobre sus hijos, sus amigos y como todo aquello que lo rodea. Ya que el hombre tiende a moldear y afectar su entorno a su imagen y semejanza.

Ahora me surge una duda, ¿es condición suficiente o necesaria o ambas, tener perro para ser un idiota, o es irrelevante y se puede ser idiota sin tener perro?

Anónimo dijo...

Luis, creo que tu comentario es ofensivo para las personas que tiene perros. Evidentemente, la idiotez es una característica totalmente independiente del hecho de tener perro o no. Deduzco que tú no tienes perro y, sin embargo...

Anónimo dijo...

Nadie, no era un intento de ofender a los dueños de perros, creo que tener un perro te hace un poquillo mejor persona. Esto de las condiciones, era sólo un retazo de matemáticas pretéritas. Dejémoslo en que soy dueño de perro aunque no practicante. Así que nadie debiera ofenderse.