miércoles, 17 de septiembre de 2008

Bon appétit!

O por lo menos, que aproveche.

8 comentarios:

Adaldrida dijo...

eres un crac., Enrique.

Anónimo dijo...

Para mojar pan, este artículo. Amén.

Ángel Ruiz dijo...

Sí, excelente artículo, chestertoniano.

Anónimo dijo...

Maestro:

Su excelente artículo acierta al mencionar dos de las idolatrías actuales, como son la cocina y la línea. Cada una tiene sus respectivos sumos sacerdotes (grandes cocineros / profesoras de aeróbic), sus templos (tiendas gastronómicas / consultorios dietéticos) y sus creyentes (comedores y bebedores expertísimos / obsesos pre-anoréxicos).

Su artículo acierta al vincular esto con la pérdida del sentido de Dios. Comer está muy bien, estar delgado es excelente, pero si ambas cosas se convierten en fines, en objetivos per se (y esto es posible que ocurra si no está el contrapeso de la fe, que da a cada cosa su peso) se puede llegar a la obsesión, como en tantas otras cosas buenas de la vida.

Jesús Beades dijo...

Qué bueno todo. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Goscinniano en su primera parte, añadiría yo: me ha hecho recordar unas divertidísimas viñetas de "El escudo arverno".

Anónimo dijo...

Te añado a tu lista de comentarios light la frase de mi padre de cuando toma buñuelos de nata: "¡Pero si son atmósfera!". Cuando vengas por estas latitudes, te invito a mi casa a una comida nada light. Con postre de chocolate, para que no te prives. Y ya te pondrás a régimen otro día.

Luis dijo...

¿Has pasado ya por Naturhouse?