El otro día Leonor me sorprendió clamando al cielo: "¡Un marido, dos perros y una hija es demasiado para mí!". Yo me quedé sorprendido, porque en ese momento estaba intentando montar (sin éxito) la silla de seguridad en el coche.
Lo he contado en una reunión familiar y mi cuñado, muy serio, sorprendido él mismo, ha preguntado: "Pero, ¿los perros, los pobres, qué molestan?"
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4 comentarios:
Jajaja, buenísimo.
Genial.
(Me pregunto si el cuñado lo dijo en serio o en broma, lo cual, por cierto, en el fondo...)
Y los dos perros ladran: "un marido, una mujer, una niña y el coche son demasiado para nosotros"¡¡¡
Según como se mire, ser demasiado tiene su parte positiva; si se superan los instantes de agobio, necesitaran mucho tiempo para asimilarte.
Lo fustrante es ser ser demasiado poco. ;O)
Jaaaaaaaaaajajajaja.
Sin duda nigún juez te condenaría por cuñadicidio.
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