lunes, 7 de noviembre de 2011

Sólo rima

El protagonista y narrador de la novela El antólogo de Nicholson Baker es el antólogo Paul Chowder, un poeta menor y ya mayor. Está enfrascado en una selección de poesía rimada que se va a titular Sólo rima. Se ha atascado con el prólogo y, de rebote, se le ha atascado la vida. Entre unas y otras vicisitudes, va soltando reflexiones sobre poesía que, sin ser grandes novedades, rebosan sentido común. Para mí son lo mejor de la novela con diferencia. Aquí las he antologizado y, por suerte, no tengo que escribirles ningún prólogo:
¿Qué es la poesía? La poesía es prosa a cámara lenta. Ahora bien, eso no es cierto en los poemas rimados. Los poemas rimados son diferentes. Pero los poemas en verso libre que escriben la mayoría de los poetas hoy en día —el tipo de verso en que yo escribo— son prosa a cámara lenta. 
Mi vida es un embuste.
[…] 
Y ¿saben qué? He leído demasiados poemas difíciles. He dejado la comprensión en suspenso en demasiadas ocasiones. Y también he escrito poemas difíciles. Nunca más. 
[…] 
Un truco útil que les puedo dar es: copien los poemas. Absolutamente de la máxima prioridad. Apréndanselos de memoria si quieren, pero lo principal es copiarlos. Háganse con una libreta y un bolígrafo y copienlos. Se quedarán atónitos de lo mucho que eso les puede ayudar. Verán resultados inmediatos en su próximo poema, se lo prometo. [Lo mismo les digo yo de la prosa, y nótese que predico con el ejemplo]
Otro truco: si tienen algo que decir, díganlo ya. No lo dejen para más tarde. […] Si se reservan no funcionará. Comiencen por decir lo que verdaderamente quieren decir y el mero hecho de decirlo les llevará al siguiente verso y luego al siguiente y al siguiente. 
[…] 
Otro consejo: el término “pentámetro yámbico” no vale. No vale para nada. Es causa de muchos disgustos y confusiones, y de pésimos encabalgamientos. 
[…] 
La cuestión es esta: básicamente estoy dispuesto a cualquier cosa. Estoy dispuesto a cualquier cosa con tal de que me salga un poema verdaderamente bueno. Quiero conseguirlo. Esa es mi meta en la vida. 
[…] 
No, no, las rimas no estaban gastadas, no pueden llegar a gastarse, a menos que la propia lengua inglesa se gaste, porque las palabras rimadas en realidad no son sino los sonidos finales de frases completas y de versos completos. Lo que importa no es “aliento” y “tormento” hayan rimado alguna vez, sino que los dos nuevos versos que acaban con “aliento” y “tormento” sean versos interesantes y bellos. Aunque la verdad es que a veces hay rimas a las que conviene dar un respiro de un siglo o dos. 
[…] 
Si te has aprendido algunos poemas de memoria, los poemas de vez en cuando levantarán un dedo destellante en tu memoria, y eso es muy bonito, siempre y cuando lo guardes para ti. 
[…] 
… pero no cuento los poemas largos porque pienso que en la mayoría de ellos hay poca cosa buena. 
[…] 
Escribí una frase: “Reunir una antología es una experiencia extraña”. […] Me paré, la mediocridad de mi breve frase me golpeó como un directo al bazo. Pero es de veras una experiencia extraña, porque una y otra vez tienes que decidir si estás dispuesto a responder personalmente de un poema. Aunque no sea tu poema. Es el poema de otra persona, escrito tal vez en el país de otra persona, en el siglo de otra persona. Estás trajinando posesivamente con él en tu mesa, como si fuera una obra tuya, pero no lo es. 
[…] 
Lo que ocurre con la vida es que la vida es un tema inagotable. 
[…] 
Y a veces es difícil decir la verdad porque es difícil ver la verdad, porque la verdad reside en un no-espacio nebuloso, gris, entre dos falsedades de carga potente que suenan verdaderas pero no lo son. 
[…] 
[En las librerías] Los libros de poemas van directamente a la sección de poesía. No hay poesía de no-ficción y poesía de ficción. 
[…] 
La poesía es un refinamiento controlado del sollozo. Debemos asumirlo. Y, si eso es cierto, ¿queremos verdaderamente dar a la gente medicamentos para que no lloren? Pues no, porque si lo hacemos la poesía morirá. La consonancia de las rimas es una poderosa forma de automedicación. 
[…] 
No es mera coincidencia que Auden fuera un aficionado compulsivo a los crucigramas y un forjador de rimas, y un depresivo, y un fumador, y un bebedor, y un hombre que entró arrastrando los pies calzados de pantuflas en el servicio fúnebre de Louise Bogan. 
[…] 
Cantar es el deseo de entonar algo que va más allá de las palabras, pero que se apoya en ellas. 
[…] 
Frost dijo que el verso libre es como jugar al tenis sin red 
[…] 
A veces, si puedes aguantar hasta una edad avanzada, es posible que tengas otra floración tardía, como le ocurrió a Yeats. 
[…] 
Podía poner mi mano ahuecada en su cadera saliente o en sus soñolientas tetitas. Eran los buenos tiempos. Ese ahuecamiento de la mano es como la rima, lo que se percibe como el amoldamiento de dos formas coincidentes. [Véase GKC
[…] 
Una cosa que verdaderamente me gusta de los libros de poesía es que, sea cual sea el sitio por donde los abras, caes en un principio. 
[…] 
Samuel Daniel… el título de libro de poesía que prefiero entre todos: Ciertos poemillas impresos recientemente. 
[…] 
Y piénsenlo un poco: pueden poner hoy la música house trance más fantástica, más alucinante, y resulta que rima. […] Y si tiene esa energía es porque rima. 
[…] 
Lo cual aporta otro buen argumento a favor de la memorización, si lo memorizas, puedes quedarte sólo las partes del poema que te gustan, sin que los versos deficientes se pavoneen ante tus ojos. 
[…] 
[Sobre el encabalgamiento] En lugar de eso la sintaxis te da un empellón y dice espabila, muchacho, sigue caminando, no descanses. 
[…] 
El verso libre es simplemente un acomodo emotivo de palabras melifluas que exigen una lectura lenta.
[…] 
Mi vida es necesaria porque defiendo la idea misma de la poesía contra viento y marea. Ese es mi trabajo. 
[…] 
La muerte de la rima con lo que tiene que ver en realidad es con la traducción. Todo el mundo empezó a querer escribir poesía que sonase como una cuidada, arrobada versión en prosa de las baladas entonadas por un trovador de dulce voz en un país lejano. 
[…] 
¿Me estoy convirtiendo en un crítico? Perfecto, no me importa. 
[…] 
[En una clase] Este vaso de agua es un ensayo. Una cosa estupenda que se puede ser. Un ensayo literario, una obra “no narrativa creativa”. Pero meted una cuchara en ese vaso de agua y sacad un poco, y ponedla encima de una sartén caliente de modo que caigan unas gotas y chisporroteen y desaparezcan rápidamente. Eso es un poema. Y todos hicieron sí con la cabeza. Lo habían comprendido. Y mientras asentían con la cabeza me acordé de cuando mi madre humedecía su dedo y tocaba la plancha y yo olía aquel diminuto olor inocente de su saliva frita. Me acordé de lo mucho que me gustaba aquel olor. Pero eso no se lo conté. Porque hay límites en lo que puedes contar a unos estudiantes. 
[…] 
“Yo” es una palabra verdaderamente buena. 
[…] 
[Sobre una carta de Louise Bogan a Ted Roethke] De hecho es posible que la carta sea mejor que cualquiera de los poemas que escribió, a pesar de que escribió algunos buenos. Pero nosotros no tendríamos interés en leer la carta de no ser porque había escrito los poemas. Así que, una vez más, todo es terriblemente desconcertante. Necesita uno el arte para amar la vida. 
[…] 
Los poetas a los que los aspirantes a poetas vuelven una vez que han superado la fase de arrancar y salir andando, esos son los poetas que perdurarán. 
[…] 
La poesía tardía de Merwin me hace albergar esperanzas. 
[…] 
[Sobre el silencio que marca el final de cada verso] No va a desaparecer. Está ahí y ha estado ahí durante siglos. Y cuando a los poetas se les olvida su presencia, los poemas que escriben se resienten. 
[…] 
Mi vida ha transcurrido en vano aunque no en vano porque he tenido el placer de ver como todo el movimiento cerraba el círculo. He vivido los treinta años de auge del caos y la disonancia, y las cosas están volviendo a su ser. 
[…] 
Son rimadores torpes. Son encabalgadores excesivos. Sus versos están plagados de errores de diferentes tipos. Sobre el papel están cumpliendo las antiguas reglas pero no las oyen, no entienden la lógica corporal en que todas ellas se apoyan. 
[…] 
Ahora asocio a gente como John Ashbery y Frank O’Hara con esa afectadamente artística y guay casa minimalista en que cuidé un gato. Y nunca me enrollé verdaderamente con el Self Portrait in a Convex Mirror de Ashbery, el libro que ganó tres premios y le dio a conocer a lo largo y ancho del universo del verso libre. Intenté leerlo varias veces, pero no pude. Es arbitrario. Es como si lo hubiera escrito un generador aleatorio de frases hábilmente programado. No canta.
Pero Asbery es ya viejo y por lo tanto más simpático. Y uno de sus antiguos estudiantes me contó una vez que, cuando Asbery se había tomado unas copas se ponía bastante absurdo y le daba la risa floja y se sentaba en el suelo. Además los títulos de los poemas del nuevo libro eran muy bonitos y estaban impresos en unos caracteres especiales, y la portada era bonita, y las citas publicitarias eran breves y sagaces, y aunque los propios poemas no eran buenos, el libro me hizo pensar en el ruido que se hace cuando se cierra la puerta de un bien cuidado Infiniti azul celeste, tarde en una velada de verano, en la grava del parking de un hotel de playa que una vez hubiese pintado Gretchen Dow Simpson. 
Así que me compré el Ashbery y a otra cosa. 
[…] 
Roethke dijo que en realidad un país sólo puede mantener quince poetas al mismo tiempo, lo que es más o menos cierto. Se trata de gentes que andan pinchando y hurgando en el lenguaje de un modo muy íntimo,  y en un momento determinado el lenguaje sólo puede soportar ese hurgar hasta cierto punto. 

13 comentarios:

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Muchas gracias, Enrique, por compartirlo. Es casi un tratado. Lo de la libreta y el bolígrafo, la copia, parece un anacronismo, pero está demostrado que es una gran ayuda. Luego, claro, hay cosas discutibles, y momentos álgidos como el del agua y la sartén. Lo mejor, que nada de lo que se dice aquí es decisivo para escribir un buen poema, que es cosa que se escapa a los tratados y los aforismos.

E. G-Máiquez dijo...

Pensé incluso, querido Antonio, proponer una adivinanza: "¿cuál es mi fragmento favorito?", pero ya veo que tú lo has adivinado sin necesidad de pregunta.

Lo más discutible, aunque todo lo sea, por supuesto y por fortuna, lo veo yo en que no meta en el primer fragmento, junto a la poesía rimada, la poesía ritmada, que marca un tiempo que no necesariamente tiene que ser el de cámara lenta que dice con tan mala idea como gracia. Aunque implícitamente lo reconoce así cuando habla del verso libre. Y sí, es todo un tratado.

Ignacio Trujillo dijo...

Gracias, Enrique. Me parece buenísimo, sensatísimo y sí, lo del vaso de agua, qué imágen más acertada y brillante. Gracias de nuevo por amenizarme así un lunes por la mañana (y muchos días más)

Marcela Duque dijo...

Buah... hay algunos fragmentos que, como diría él, golpean como un directo al bazo. Lo de la carta de Louise Bogan, por ejemplo. Lo terriblemente inquietante del arte.

Y por lo que me corresponde y lo que le corresponde a usted (aunque dudo, y creo que tampoco es lo que pretendo, que alguna vez salga de mi condición de aspirante a poeta), me permito repetir este fragmento:
Los poetas a los que los aspirantes a poetas vuelven una vez que han superado la fase de arrancar y salir andando, esos son los poetas que perdurarán.

Gonzalo GY dijo...

Esta recomendación:

Otro truco: si tienen algo que decir, díganlo ya. No lo dejen para más tarde. […] Si se reservan no funcionará. Comiencen por decir lo que verdaderamente quieren decir y el mero hecho de decirlo les llevará al siguiente verso y luego al siguiente y al siguiente.

Me parece imprescindible. Y no sólo hablando de poesía.

Desgraciadamente me la aplico muy poco.

Cristina Brackelmanns dijo...

La verdad difícil de ver entre dos falsedades de carga potente que parecen verdaderas.
Y el silencio que está ahí, y ha estado durante siglos, y que, si el poeta lo olvida, el poema se resiente.
Y la lógica corporal en la que se apoyan las antiguas reglas.
Y, cómo no, el chisporroteo y la saliva quemada, y la rima de los buenos tiempos.
Muchas gracias, ya me apunto el libro para estas navidades.

Jesús Beades dijo...

"No, no, las rimas no estaban gastadas, no pueden llegar agastarse, a menos que la propia lengua inglesa se gaste, porque las palabrasrimadas en realidad no son sino los sonidos finales de frases completas y deversos completos. Lo que importa no es “aliento” y “tormento” hayan rimadoalguna vez, sino que los dos nuevos versos que acaban con “aliento” y “tormento” sean versos interesante y bellos. Aunque la verdad es que a veces hay rimas a las que conviene dar un respiro de un siglo o dos."

Es portentoso. También este:

"Una cosa que verdaderamente me gusta de los libros de poesía es que, sea cual sea el sitio por donde los abras, caes en un principio. "

Y este me ha recordado poderosamente, entre otros muchos, cierto silencioso libro de Tusquets que reseñé hace tiempo:

"Es como si lo hubiera escrito un generador aleatorio de frases hábilmente programado".

Juan Ignacio dijo...

Largo el Barbero, eh.
Estaba todo bien, me había quedado con una profundísima. Hasta que leí esa de ese tal Ashbery y esa comparativa con el auto y ese final tan gracioso y me quedé con esa.

gatoflauta dijo...

Supongo que lo de la "prosa a cámara lenta" es una crítica del verso libre (cosa ésta, el verso libre, difícil de definir). Más cuando añade: "El verso libre es simplemente un acomodo emotivo de palabras melifluas que exigen una lectura lenta". Bueno, no estoy de acuerdo. Ni Walt Whitman, ni Álvaro de Campos, ni el Lorca de "Poeta en Nueva York", ni tantas cosas de Cernuda, ni mil ejemplos más que podría poner, me parecen definibles como "un acomodo emotivo de palabras melifluas". Me temo que el personaje en cuestión está seriamente desorientado. Parece confundir sus gustos, o sus limitaciones, personales, con necesidades propias de la expresión en verso. En cualquier caso, me parece, ya digo, que se equivoca muchísimo.

E. G-Máiquez dijo...

Tiene razón, Gato, que no se equivoca muchísimo: hay poetas que se abren paso incluso a través del verso libre. Esa salvedad parece hacerla el mismo Paul Chowder cuando dice: "los poemas en verso libre que escriben la mayoría de los poetas hoy en día —el tipo de verso en que yo escribo— son prosa a cámara lenta". Lo del acomodo melifluo hay que entenderlo como hace Beades, como un herramienta de lectura de determinados poemas escritos con un generador aleatorio hábilmente programado. Observe Gatoflauta para su tranquilidad que también le arrea y cómo (como ha visto CB) a los que cumplen las reglas y las rimas y los metros sin comprender su fundamento.

Y muchas gracias por vuestras lecturas, que me han hecho revivir la diversión primera de los hallazgos en la novela. Da gusto.

A CB la avisaría que la novela funciona sólo —desde mi punto de vista— como marco para exponer estas ideas.

Anónimo dijo...

Más de Baker.

gatoflauta dijo...

En fin, todo puede matizarse. Pero insisto en mi desacuerdo. La poesía no "tiene que rimar", en contra de lo que afirma el protagonista (véase el enlace que propone el último anónimo). Aparte de que la poesía antigua (por ejemplo, la griega o latina clásicas) desconocía ese artificio, hay grandes cantidades de excelentísima poesía moderna que no utiliza la rima. (Valen, entre otros muchos, los ejemplos que proponía antes).

Y, respecto a su afirmación de que "no cuento los poemas largos porque pienso que en la mayoría de ellos hay poca cosa buena", la Divina Comedia, la Eneida, Homero, o, si se prefiere, el Canto a mí mismo o la Oda Marítima, me parecen desmentidos suficientes. La idea, por lo demás, no es nueva; es tan vieja, al menos, como Calímaco, o en los tiempos modernos, como Poe. Pero es, a mi entender, una idea errónea; producto de leer esos (y otros) poemas largos como si fueran breves, y quejarse de que no sepan serlo. Pero es que no se trata de eso: son otra cosa. Y, a veces, excelentísima. Cierto que sólo a veces. Pero eso mismo ocurre con los poemas breves: la excelencia es siempre rara, sea cual sea la longitud.

Anónimo dijo...

Llevo un buen rato perdiendo el tiempo navegando, y cuando ya estaba pensando que más me valía haber pegado en un libro y pasado buenos minutos leyendo, llego a este post.

Sólo me queda decir gracias, la espera (aunque sin saber que era tal) ha valido la pena.

Un saludo,
Enric