jueves, 26 de septiembre de 2013

¡Son mariposas!


En 1907 Díez-Canedo fue uno de los pioneros del haiku hispánico, que tan hondo iba a arraigar aquí, y publicó esta traducción de Moritake:
¿Otra vez en el tallo se posa 
la flor desprendida? ¡Virtud milagrosa! 
Pero no es una flor. Es una mariposa.
En 1920, después de una reseña de José Moreno Villa en la que hablaba de la sobriedad del haiku, la escribe de nuevo:
¿Vuelven al tallo 
las hojas desprendidas? 
¡Son mariposas!

Es admirable la agilidad de Díez-Canedo de estar al día desde tan pronto, pero oh su capacidad de corregirse (¡y qué bien!) trece años después y de aceptar el punto de vista ajeno. No se excusó en su derecho de primogenitura ni la sostuvo y no la enmenduvo. Yo, que soy muy partidario por la cuenta que me trae de las correcciones, ahora a la belleza limpísima de las segundas mariposas, sumo la alegría de la resurrección de las hojas y  del haiku, y aplaudo entusiasmado. 

3 comentarios:

gatoflauta dijo...

No es que eso quite méritos al muy meritorio Díez-Canedo; pero ambos haikus son traducción, o reescritura, de uno muy conocido de la tradición clásica japonesa. Es de Moritake (1472-1549), y una traducción posible sería: "¿Vuelven al tallo / las flores desprendidas? / ¡Son mariposas!", casi idéntica, como se ve, a la segunda de Canedo.

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

No sé qué le ven al 5-7-5. Humildemente ruego, a quien pueda explicármelo, qué tiene el 5-7-5 (en español, en japonés no sé). ¿Realmente suena especialmente bien?

Yo lo uso a veces como pasatiempo para mis noches de insomnio, y lo hago buscando siempre el lado cómico. Por ejemplo:

Harta está noche
de rimar con derroche,
coche y fantoche.

(5-7-5)

Pero de verdad que no le veo el fundamento.

Aitor Suárez

E. G-Máiquez dijo...

Gatoflauta, te agradezco mucho el dato, que ya he subido al cuerpo principal. Yo pensé que era una variación del famoso de Kikaku–Bashô, con el que tiene elevadoras coincidencias. Por otra parte, me alegro, porque el cuerpo de mi entrada es una nota que tomé hace tiempo de un libro de cuyo nombre no puedo acordarme. Esperaba que alguien me dijese: "Eso lo has tomado de ahí", para ponerlo. Ahora le he ahorrado a mi olvidado benefector el patinado de Moritake y, por otro lado, mi entrada ya es más mía, o mejor dicho, más muestra. Gracias por todo. Lo sustancial, por suerte y mérito del meritorio Díez-Canedo, no cambia.

Y estupenda pregunta, Aitor. Mi mención de JLGM y su "soneto del vago" iba por ahí. Le pasa al haiku como al soneto: que uno de 15 o de 13 es otra cosa, aunque siempre cabe la excepción de un estrambote o un pie quebrado. No pasa nada por escribir poesía breve con otras medidas, pero no es un haiku. Hay un encanto de la forma, que suena muy bien, en cuanto el oído lo reconoce y detecta mejor sus variaciones sutiles. Como nadie está obligado a seguir ese patrón, pues es un encanto sin coacciones, y quien no lo veo puede tirar por su cuenta.

Abrazos a ambos.