Estatutos de
La Hermandad de los mil hijos de Falstaff
If I had a thousand sons, the first humane principle I would teach them should be, to forswear thin potations and to addict themselves to sack.
Si mil hijos tuviera, el primer principio humano que les inculcaría, sería abjurar de todo brebaje infecto y dedicarse por entero al jerez.
1. 1) Podría
haber sido una asociación o una sociedad, pero siendo hijos de Falstaff no
queda otra que ser Hermandad. Sin lazos de sangre, pero de vino, que también es
más espeso que el agua.
2. 2) La
Hermandad tiene, irremediablemente, numerus
clausus. Falstaff, en su discurso fundacional, lo dejó claro: “Si mil hijos
tuviera…” Ya puestos, en el calor del momento, podría haber dicho cien mil hijos
o un millón de criaturas. Pero se ciñó a mil. Estarán ésos: ni uno más ni uno
menos.
3. 3) Se
abrirá una lista de espera llamada o los nietos infinitos de Falstaff o los
sobrinos inagotables de Dickens, que también era partidario del jerez. La lista
de espera tiene que ser cómoda porque, entre las innumerables propiedades
benéficas del jerez, está que alarga la vida. Correrá poco, gracias a Dios, la
lista. No el vino —fino, oloroso, manzanilla, palo cortado, amontillado,
médium, pedro ximénez...— que correrá lo que tenga que correr.
Fin social
4. 4) El
fin social son sus medios: las copas que se tomarán. Un fin sin fin. Siempre la
penúltima.
5. 5) Esto
tiene sus consecuencias. Las explicó Falstaff: “Un buen jerez produce un doble
efecto: se sube a la cabeza y te seca todos los humores estúpidos, torpes y
espesos que la ocupan, volviéndola aguda, despierta, inventiva, y llenándola de
imágenes vivas, ardientes, deleitosas, que, llevadas a la voz, a la lengua (que
les da vida), se vuelven felices ocurrencias”. Por tanto, aunque alguna vez
tendremos que consolarnos, por supuesto, y para eso el jerez no nos dejará
solos, ésta es una hermandad de gloria, en la que ha de imperar, en principio y
por principio, la felicidad, bien expresada y redoblada en escritos y
conversaciones.
6. 6) “La
segunda propiedad de un buen jerez”, sigue Falstaff, “es que calienta la
sangre, la cual, antes fría e inmóvil, dejaba los hígados blancos y pálidos,
señal de apocamiento y cobardía. Pero el jerez la calienta y la hace correr de
las entrañas a las extremidades. Ilumina la cara que, como un faro, llama a las
armas al resto de este pequeño reino que es el hombre, y entonces los súbditos
viles y los pequeños fluidos interiores pasan revista ante su capitán, el
corazón, que, reforzado y entonado con su séquito, emprende cualquier hazaña. Y
esta valentía viene del jerez”. Por tanto, la cobardía estará fatal vista en la
Hermandad. No repartiremos plumas blancas porque, bebiendo jerez, no habrá ocasión.
Si alguno, tuvo alguna vez “la sangre fría, cual tierra yerma, árida y estéril”,
aquí “la ha abonado, arado y cultivado con tesón admirable bebiendo tanto y tan
buen jerez fecundador que se ha vuelto ardiente y valeroso”.
7. 7) En
resumen, el fin es el medio y es el medio inmejorable para mejorar en ingenio y
en genio. Esta es una Hermandad, por tanto, perfeccionista.
8. 8) No
se puede pedir más. Lo que no obsta para que algunas reuniones puedan
aprovecharse para apoyar alguna labor social. Ya se sabe que el vino abre el
corazón del hombre no sólo a la alegría, que entra, sino a la piedad, que sale,
como con vasos comunicantes, siempre al mismo nivel.
Modus
operandi
9. 9) El
jerez no se bebe, se combebe, conviviéndose. Siempre hay que beberlo en buena
compañía, y esta Hermandad es, como mínimo, una prueba más.
10. 10) Lo
que no quiere decir que quien lo bebe solo haga mal ni falte al art. 9. El
jerez también se combebe haciendo presencia de los ausentes y memoria de los
difuntos. Una copa de vino en silencio puede y debe y tiene que ser populosa,
siempre.
11. 11) José
de las Cuevas, con inmejorable prosa, establece la norma del beber civilizado: “Debe
ser bebido, no con moderación, sino con mesura; no con continencia, sino con
contención, remachando y arrastrando las erres en vez de tropezarlas”. José
María Pemán, en verso, no se queda atrás y nos da otra norma fundamental de
nuestra Hermandad:
Beber es todo medida
alegrar el corazón
y sin perder la razón
darle razón a la vida.
12. 12) Los
falstaffianos prefieren la práctica, pero les entusiasma la teoría. El interés
por el jerez, la manzanilla, sus tipos y sus modos ha de ser vivísimo y
celebrado con catas que consoliden el conocimiento libresco de un modo
experiencial.
13. 13) Hay
un jerez para cada ocasión y un falstaffiano no se pierde una.
14. 14) Si
alguno es remilgado, no nos metemos, porque cada cual tiene su carácter, pero
la Hermandad no beneficia ningún modo ni horario ni marca ni maridaje ni manía
personal en lo que respecta a tomar jerez. Todas las formas y todas las maneras
son buenas maneras y muchísimo mejores que no beberlo.
Sede y reunión
15. 15) La
sede social estará allí donde tres o cuatro se reúnan en un brindis, dicho sea,
con todo respeto y brindando por Aquél que también puso su sede social en ese
lugar ubicuo, festivo y comunitario: el dos o tres reunidos en su nombre.
16. 16) Como
queda dicho supra, de esos tres o
cuatro reunidos en el brindis, algunos pueden ser ausentes que se recuerden con
tanta viveza que hasta beben con nosotros; y lo harán, en su caso, del sorbo de
los ángeles, que compartirán con ellos: los ángeles y las almas en otra fiesta
paralela. Algo así como El Entierro del Señor
de Orgaz, pero por lo jovial.
17. 17) Se
celebrará, no obstante, una reunión anual y general que, por imperativos
logísticos, consecuencia impagable del número de hermanos, tendrá que ser en un
casco de bodega, afortunadamente. La bodega ha de estar encuadrada en el Marco,
sin salirse ni un centímetro del triángulo Jerez-Sanlúcar-El Puerto de Santa
María.
18. 18) La
reunión se celebrará alrededor del 23 de abril, para brindar por Shakespeare,
pero a la par por Cervantes, que era su par y que habló “de los que se alegran
en los elíseos jerezanos prados” y ésos, literalmente, seremos, bien alegres,
nosotros, los hijos de Falstaff, un punto quijotescos.
Miembros
19. 19) No
hay requisitos de edad ni de nacionalidad ni de patrimonio ni de filosofía para
pertenecer a la Hermandad de Falstaff. Sólo faltaría, teniendo a tal patrón.
Eso sí, todo hijo de Falstaff habrá de mantener, demostrar, sostener y defender
una afición desmedida por el vino de Jerez sin dejar pasar ocasión de probarlo
o de aprobarlo con hechos y palabras.
20. 20) El
interesado, si todavía quedan vacantes, solicitará su inscripción y será
recibido con los brazos abiertos y un brindis o dos a su salud. (O tres.) Si
entra por un hijo de Falstaff que pasó a mejor Hermandad, el nuevo está
obligado a tenerlo siempre en su memoria y a brindar por él con alta frecuencia.
21. 21) No
habrá cuotas, más allá de la entrada a la reunión correspondiente, si acaso. A
la Hermandad se contribuye liberalmente mediante el mantenimiento y auge del
jerez por un consumo constante.
Abjuramiento
22. 22) En
la reunión, se celebrará con toda formalidad el abjuramiento de los nuevos
hermanos, sobre un tomo de Enrique IV.
Ya saben: “Abjuro de todo brebaje infecto y me consagro por entero al jerez”.
23. 23) El
abjuramiento se ciñe a un solo principio humano, sin meterse con los divinos,
que van antes. En la Hermandad Falstaff impera la libertad de conciencia y de
culto, siempre y cuando esa conciencia o ese culto no pongan inconveniente
alguno al trasegar de vinos de jerez o, aunque lo pongan, el hermano en
cuestión no les eche ninguna cuenta.
24. 24) En
casos de fuerza mayor, como andar desorientados por el desierto o haber
naufragado en alta mar, se podrá beber cualquier potingue. La Hermandad no
exige el martirio de nadie.
25. 25) También,
en aras de la buena educación, cabrán excepciones. Si uno está invitado a cenar
en la casa de la dueña de una empresa de bebidas gaseosas y azucaradas, puede
pasar por el trance del trago, sin añadir a su particular tragedia el cargo de
conciencia de estar faltando a su solemne abjuramiento.
26. 26) El
agua, la cual es muy útil y humilde y
preciosa y casta, puede consumirse y hasta disfrutarse, si se tiene mucha
sed. No se la considera “brebaje infecto”. Pero se recomienda beberla con
moderación.
27. 27) “El
que sólo bebe cerveza se lo merece”, dijo Millôr Fernandes, con una crueldad
finísima. El que sólo bebe bebidas carbonatadas se inflige su castigo.
28. 28) Situado
en una coyuntura en que un falstaffiano haya de tomarse una copa larga, optará
o por el brandy de Jerez, dándole la vuelta de tuerca o, mejor dicho, de alquitara,
a la coyuntura, o, si acaso, un whisky envejecido en botas de jerez, para
agarrarse al sabor y al empaque que el jerez donó generosamente al escocés.
Salirse de ahí se desaconseja, aunque sin fanatismos.
Órganos de gobierno
29. 29) Los
órganos de gobierno no se elegirán democráticamente. Falstaff no nos lo perdonaría.
La Henriada de Shakespeare, donde nuestro
patrón vela sus mejores armas, es una defensa en toda regla de la monarquía
medieval.
30. 30) Las
decisiones de gobierno de la Hermanad de Falstaff serán tomadas por la tertulia
de escritores del Marco de Jerez. Lo harán en calidad de primogénitos. No habrá
ni presidente, ni secretarios, ni vocales ni perrillo que les ladre.
31. 31) Las
decisiones se tomarán por aclamación y, como se beberá jerez mientras se
dialoga, el acuerdo final y festivo y fraterno puede darse por descontado.
Sistema penal
32. 32) No
se nos ocurren razones por las que nadie podría ser expulsado de la Hermandad
de los Mil Hijos de Falstaff, pero pudiera haberlas. Pre-revolucionarios,
confiemos en la jurisprudencia y dejemos que los jueces decidan los delitos y,
en su caso, las sanciones. La jurisprudencia se irá haciendo según el sistema
de solera y criaderas.
33. 33) Jueces
serán también los miembros de la tertulia de escritores del Marco de Jerez y no
podrán dictar sentencia hasta que hayan tomado varias copas. ¿Cuántas? Lo mejor
es no contarlas: hasta donde impere la misericordia y el humor.
17 comentarios:
D. Enrique, ruego sea incluido en tan honrada hermandad.una vez leídos estatutos y obligaciones, entiendo que los miembros deben adoptar estos como filosofía de vida. Yo ya lo hice hace años
Un abrazo,
Fernando Alonso Pomar
Ruego ser incluido igualmente como hermano en tan piadosa, insigne y venerable Hermandad, promoviendo el levantamiento del velo de todo brebaje infecto y defendiendo en todo orden y jurisdicción al vino de jerez y su sistema jurisprudencial de soleras y criaderas. Es de Justicia. Jose Manuel Sahagún Asencio
Deberíamos retocar los Estatutos con cada nueva incorporación. Qué estupendas inscripciones.
Hagan la merced de incluirme entre tan distinguidos vástagos. José Rodríguez Carrión
Sería un honor ser incluido ya que a gala llevo desde hace años este principio así como el abjuramento y lo extiendo doquiera que voy.
Ruego me incluya, D. Enrique, en tan honrosa Hermandad que admite tan admirablemente herejes que se solazan también con tintos, manzanillas, palo cortaos y otros productos de la fermentación de la uva.
Sublime, don Enrique. ¡Bravo!
Incluyanme. Me pongo como penitencia tomarme una copa de Jerez mientras veo "camapanadas a medianoche"
Inclúyeme. Me pongo como penitencia tamarme una copa de Jerez mientras veo "campanadas a medianoche" Domingo Vallejo
Se entiende que la penitencia estriba en "una" copa de jerez. No hay que ser tan sacrificados, tómese varias, una por cada campanada y entonces será redondo.
Estaría encantado de pertenecer a tan ilustre y original Hermandad.
Veía esta famosa frase cada vez que iba a Bodegas Los Escudos. La tenía enmarcada a la entrada...
Ruego a vuestras excelencias la consideración de ser admitido como uno de los mil hijos de tan noble Hermandad
Chin, chin, ya no somos excelencias, sino hermanos. Eso sí, excelentes.
Como buen admirador y catador de jerez deseo formar parte de tan exelente (por sus fines) hermandad Estanislao de la Calle
Ruego inscripcion en tal solemne logia, voto a brios. Desde ya abjuro de toda pertenencia que no sea a tan conspicua hermandad. Juan Pedro Cosano
Abducido por vuestra hermandad, me encantaría pertenecer a ella, intentando potenciar en Madrid el consumo de Jerez entre mis amigos y conocidos. Larga vida a Falstsff!! Ignacio Garcia-Pelayo Díez
Estimado D. Enrique, ruego me incluya en la venerable Hermandad. Desconozco totalmente el proceso de elaboracion, los distintos vinos, los distintos productores. Peor informado no lo va a encontrar. El unico merito que aporto es intentar beber a diario una copita del liquido infernal, y de contarles a los otros indigentes intelectuales del favor enorme que se harian si bebieran una copita al dia. No se lo tenga en cuenta, pero me propone el Hermano Blanco, Mariano de nombre. Un fuerte abrazo. Mark Muller Aguirre.
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