lunes, 1 de julio de 2019

Peligro


Con la de veces que lo he contado a amigos, conocidos y saludados. Que cuando haces una mudanza hay un momento muy peligroso: empiezas a encontrarte cómodo en casa, aunque en un cuarto queden cajas de cartón sin abrir, en las esquinas cuadros sin colgar y del techo pendan bombillas a pelo, sin lámparas. Tú ya estás en casa y eso puede esperar... al Juicio Final.

¡Pues lo mismo pasa con los libros propios! Hay un momento en que sus defectos dejan de molestarte y tú estás muy cómodo.

A ver si la conciencia hace las veces de esposa concienzuda y me recuerda que eso que yo no veo lo verán, escandalizados, los visitantes nada más abrir la puerta.


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