Pá qué ser nacionalista
pudiendo ser provinciano
o, aún mejor, pueblerino.
La catetez es la misma,
mas todo está más a mano
y, más o menos, más lírico.
Me encanta pasear por mi pueblo. Me encontré con un amigo que iba a pasar el fin de año a Viena. "Yo me quedaría aquí más a gusto que un arbusto, pero a mi mujer le hace ilusión..." Si hubiese sabido pronunciar francés le hubiese dicho: "— Hypocrite lecteur, — mon semblable
En la cafetería, la cantinera —aguardentosa y maquillada— cierra un ojo, agacha la cabeza y mira hacia afuera: "El día se está poniendo muy feo". El día es de diciembre y ya está. Lo que tiene de feo es que no es marzo, pero vale. Su marido le dice: "¿Por qué siempre dices "muy feo" mirando hacia Paco?" Paco, el típico cliente habitual, contesta, muy halagado: "Feo sí que soy, pero gracioso".
Sin duda, mucho más que el que le plantó este nombre a su negocio:
Aunque tiene una ingenuidad de la que también te tienes que reír.
Compré un número de la lotería del Niño, por la Epifanía y por si me toca y me puedo dedicar a pasear por mi pueblo.
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