[Poema de Carmen]
—Fuego rojo rojo,
fuego rojo rojo,
déjame un deseo
que para eso eres rojo de corazón.
El fuego me contestó:
—Vale. Dime cuál es tu deseo.
Yo le contesté:
—Es que me devuelvas a mi novia.
—Vale —dijo el fuego.
—Gracias —le contesté.
2 comentarios:
Es de bien nacido el ser agradecido; claro que sí, Carmen.
¡Qué lindo!
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