En el duermevela, ¡la deslumbrante revelación de mi poética!
Las líneas de los versos dibujan el horizonte, pero no el de allí, sino el horizonte sobre el
que estamos. El poema sería el mecanismo para situarnos ahí ---sobre la línea finísima donde se tocan el cielo y la tierra--- sin irnos del aquí ni
del ahora. Los
versos crearían la distancia necesaria y exacta. Un verso que no sea “horizontal” en el sentido cósmico no es un
buen verso.
Ya despierto, he recordado la fuente
de esa imagen:
Tan notoria falta de originalidad es un motivo indiscutible para no escribir un poema o un manifiesto sobre el horizonte versal, como había soñado en el duermevela. Lo que no obsta en absoluto para que sea mi poética, sino todo lo contrario.
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