Van a llevar a mis hijos al cine a ver una peli titulada Los zapatos rojos. Se lo digo a los niños y Carmen, recelosa, pregunta: «¿Pero es de miedo?» No. ¿Por qué? «Porque el rojo es un color inquietante, el mismo de la sangre, y los zapatos podrían ser de otro color, pero ahora son rojos porque están manchados de sangre y alguien los encontró...» Mientras yo pienso qué contestar, su hermano Quique, irónico y admirativo, exclama:
«¡Qué imaginación!»
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