jueves, 17 de agosto de 2006

Viento fugitivo

Según mis planes, hoy tocaba colgar aquí la reseña sobre la Divina Commedia que publiqué en La Gaceta de los Negocios, dentro de la serie de recomendaciones librescas para el verano. Pero me ha entrado un ataque agudo de vitalismo y me he acordado (¡oh paradoja!) del poema “Digo vivir” de Blas de Otero:

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de cuanto escribo.

Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso; airada-
mente morir, citar desde el estribo.

Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.

Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.

[Aviso: toda buena literatura es vitalista, la Commedia más que nada. De lo que debo de estar cansado es de leer mis artículos. Entre escribirlos, repensarlos, corregirlos, rehacerlos, comprobar cómo salieron publicados y colgarlos en el blogg, me paso el día frente al autor que tengo más visto, el que menos puede aportarme...]

6 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Es un poema muy bueno (en mi modesta opinión de lector amateur de poesía), una pura paradoja sobre la literatura y la vida, pero que debe de entender el escritor, y que entiende también el que es lector. Por qué escribir/leer en vez de vivir.
Siempre me gustó Blas de Otero. Lo que no sé es por qué está como un poco en la oscuridad: quizá la moda.
Gracias por recuperarlo aquí. Recuerda a algunas cosas de tu poesía. A otras no: tú no te airas en tu poesía, me parece: será el síndrome de Stendhal, tan benéfico.

E. G-Máiquez dijo...

Con un puñado de amateurs como tú me daba yo con un canto en los dientes, Arp. Qué bien vista la influencia de Otero en mis poemas, que no se la salta un gitano (pero sí los críticos).

Lo de su eclipse o semioscuridad en un tema interesantísimo, del que hablaremos mañana, sDq.

Corina Dávalos dijo...

También yo -amateur- celebro este poema que nos dejas hoy. Aunque lo de que escribir sobre...más bien diría que añade. Y aprovecho también para aplaudir el vitalismo.

Anónimo dijo...

El ángel con grandes alas de cadenas nunca puede desamar la vida ni aun en medio de rayos sombríos y truenos sordos

Juan Ignacio dijo...

Gracias a que te pasas el día frente al autor que tienes más visto y el que menos puede aportarte, nosotros tenemos alguien a quién ver y de donde tomar aportes. (No hago sino descubrir cuán grande es esa paradoja que menciona Arp).

Jesús Beades dijo...

Abel, hermano, yo caí... (me suena de algo)