Las imágenes del sueño son migajas de ayer.
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Para ser un buen extremista sólo hace falta simplificar un poquito las cosas.
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La insatisfacción es la fuerza con que el hombre se origina a sí mismo.
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En la vendimia de violencia que es el mundo actual [...] no es extraño que cerremos los ojos para poder dormir.
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La caricia del agua es la sirena.
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Cuando no estoy contigo soy mi propio empleado.
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La cólera nos suele convertir en un espantapájaros.
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Entre todas las cosas importantes que se pueden hacer en esta vida, la primera es seguir, seguir haciendo cualquier cosa.
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Los ojos lloran porque ven.
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Sólo la gente en vacaciones cumple su obligación a todas horas.
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Una mujer empieza siendo niña y acaba como puede.
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Como carezco de recuerdos mi corazón no es mío, y escucho su latido igual que suena un despertador.
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Ha llegado el momento en que no sabes lo que quieres, o algo más grave aún: no quieres lo que sabes.
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El viento es como un ciego que tocara el violín.
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Nada me ha engañado tanto como mi sinceridad.
jueves, 7 de septiembre de 2006
El Barbero del Rey de Suecia (VI)
He recordado que el Barbero me echó una mano importante cuando escribía el prólogo de mi antología de Luis Rosales, seleccionando esos versos suyos que dentro de los poemas brillaban por sí mismos. Estoy convencido del interés, tal vez del éxito, que tendría una colección de citas, como las que proliferan últimamente, que recogiese algunos de esos deslumbrantes “micropoemas”, que, por la función de fogonazos que cumplen en su poesía, sirven solos. En ellos, como en el flash que retrata el mundo, hay mucho de la vertiginosidad del vanguardismo —tan bien leído por nuestro poeta—, una mirada un poco cubista y unas gotas de las inevitables, imprevisibles greguerías.
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7 comentarios:
Preciosos versos!
Me ha recordado a las Greguerías de Ramon.
Desde luego hay versos que valen más que poemas enteros.
Muy lindos.
Para ejercitar mi poder de síntesis (que no es bueno), volveré a la quizás aburrida costumbre de elegir una.
Pero esta vez elegiré dos (volví a fallar).
Una porque me parece muy buena: "Para ser un buen extremista sólo hace falta simplificar un poquito las cosas". (En ese sentido del simplificar tan malo, como el que usan algunos gobernantes hoy para "administrar salud", "administrar educación", etc.)
Y la otra que elijo, la elijo porque no la llego a entender del todo, pero me despierta gran curiosidad: "Sólo la gente en vacaciones cumple su obligación a todas horas."
Bravo por la vuelta del barbero! yo he vuelto también, aunque me voy ahora.
Mi favorito es el de "Una mujer empieza..." porque enseña claramente separados los dos ingredientes de la mirada poética: el candor (aquí en la 1ª parte) y la mala leche.
Mi verso preferido quizá sea también, J. I., la definición de extremista, aunque tal vez por defensa propia: yo soy un extremado, pero por complicación.
Hace gracia la elección de Pepe López de Artieta, porque el verso que a él retrata es el del espantapájaros. En cambio la elección de Mora-Fandos, como suele, es exacta.
Ramón hubiese elegido, creo, la del viento tocando el violín. Y la más rosaliana me parece "Nada me ha engañado tanto como mi sinceridad".
La de las vacaciones me parece que quiere decir que como en ese tiempo hacemos lo que queremos, sí que cumplimos nuestra obligación siempre. Más allá de esta lectura en la tradición de la picaresca, está el hecho de que Luis Rosales aprovechaba las vacaciones de verano para escribir poesía.
¡Ah, sí! Hoy es al revés: al que profundiza un poco lo llaman complicado y extremista. Pero yo no hago caso, y sigo igual.
Saludos.
Me gustan las greguerías, me gustan las tuyas y me gusta escribirlas
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