Cada miércoles inflijo mi columna a los miembros de una lista de correo. Nadie tiene —yo les insisto mucho en ello— obligación de leerme ni, mucho menos, de contestarme a vuelta de e-correo, pero hay quien lo hace (al menos lo segundo) todas las semanas. Uno me escribe enseguida y siempre: “Gracias, Quino” a lo que yo respondo inmediatamente: “De nada, Quique”. Otros me regalan un “Fenomenal” o un “Fantástico” mucho más eufónicos. Al Retuerzo de Brideshead de ayer, uno de esos incondicionales me contestó lo que sigue: “Gran artículo, artista! No dejaré de ver la peli que aconsejas por nada del mundo. Nuevamente gracias”. ¡Y pensar, ay, que mi autoestima había estado subsistiendo durante semanas gracias a los comentarios de ese amigo entusiasta!
Algo parecido habrá pensado Álvaro Salvador al leer la elogiosa reseña que Luis Antonio de Villena le propina a su libro de aforismos titulado Después de la Poesía en la revista Mercurio. Lo pone bastante bien (“demuestra buenas dotes y supera el notable”), aunque añade que “todo hombre inteligente puede hacer aforismos” y da, para remate, unos botones de muestra que parecen, más bien, unos rejones de muerte: “La carne es triste, sí, sobre todo cuando envejece” y “Cualquiera que proyecte tener un hijo en estos tiempos es un insensato”. Supongo que Álvaro Salvador estará diciendo lo que yo: “Hay elogios que, oye, mejor los dejamos”. O no: quizá esté encantado porque, efectivamente, sean ésos los aforismos estrella del libro. Lo que sería más grave.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
No sea Ud. tan mal pensado, D. Enrique: a Villena esos dos aforismos realmente le tocan. No los cita con mala fe. Reflexione un poco... ¿No conoce Ud. los intereses y las `preocupciones de Dorian-Villena?
¡Bravo, anónimo! Pena no saber tu nombre para propinarte un elogio más personal y ponerte en la peana de mis admiraciones.
O sea, lo de Villena no es mala fe sino mala crítica literaria, pues cae en la falacia temática: por mucho que nos interese un tema, eso no hace que cualquier aforismo que lo toque sea bueno literariamente. Otra cosa es que, si es bueno, y encima toca un tema que nos toca, nos entusiasme más.
Miedo me da elogiarte, no sea que vaya a fastidiarla...En cualquier caso acabo de descubrir este blog, llevo un rato leyendo y volveré, con eso lo digo todo.
Besos
Después de hojear atentamente el último número de la revista Mercurio (noviembre de 2008) no consigo encontrar esa reseña.
Jo, qué vergüenza, Enrique. Me he fijado y resulta que el Mercurio que estoy leyendo ahora es el de ¡octubre del 2007! Para que veas el retraso que llevo con mis lecturas. En fin, es el número 94, y la reseña está en la página 38.
Ah, Tita, bienvenida. Tienes toda la razón además: no hay mejor elogio que leer lo que uno hace. Te lo agradezco muchísimo.
Pues ese número de octubre de 2007 no sé dónde lo tengo ya... pero gracias por la aclaración. Me había emepezado a preocupar por mi vista.
De nada: yo he empezado a preocuparme por mi vida...
Si tienes interés se puede leer aquí. Abrazo.
Quique,
Hablando de listas de correo y de revistas por leer. Por motivos de trabajo. He conocido a Maricel Mayor, directora de redacción de la revista Baquiana (www.baquiana.com) Me comento que ellos la envían a Europa a algunas personas y si te apetece podrían enviártela a ti tb. Viendo la carga de lecturas que tienes, no quisiera ser yo quien te lastrase con otra más, aunque claro puede resultar interesante. Bueno te lo piensas y si te apetece me mandas tu dirección y yo se la envío a Maricel.
Un abrazo
Publicar un comentario