Con los cormoranes tengo (o tenía) el corazón partido. Por un lado, me recuerdan un poema de Stevenson, nada menos, y me gusta mucho su vuelo esforzado y potente, como de todoterrenos del aire, y un poco antes me hace gracia su torpe despegue, palmoteando el agua en una carrerita escolar, para coger impulso. Por el otro lado, cuando toman el sol parecen lagartos y todo el mundo dice que son unos pájaros voraces que están esquilmando las salinas. Así estaban las cosas hasta que el fin de semana, navegando por el río, los vimos a los pies de la imagen de la Virgen del Carmen que hay en el espigón de babor. Casi no parecían lagartos ni cuervos, de tan marinos y marianos. Y me dan una excusa para colgar aquí esta foto, que es a lo que vine.
La escultura es de Juan Botaro, artista que fue local, y la foto de Jaime Arias Hormaechea.
jueves, 26 de marzo de 2009
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9 comentarios:
Preciosa foto.
La foto es muy bonita, pero lo de la carrerita escolar, qué quieres que te diga,¡qué acierto!
Bonita foto, bella entrada.
Un abrazo.
Salve!
Estrella de los mares, de los mares
Iris de eterna ventura.
Salve!
Fénix de hermosura, Madre del Divino Amor.
Es que sabrán que es "la Reina de los mares, de los mares Iris, de eterna ventura..."
Y no sigo porque se me siguen poniendo los pelos de punta.
Carmen
Vaya, veo que también aquí es compatible (no miro a nadie) el fervor mariano y ser partidarios del aborto.
Antes de que nadie se dé por aludido por la justa observación que Ángel ha emitido con su voz de lirio, suspiraré yo mismo: touché. Porque vaya, cuando alguien defendió el aborto en mi blogg, tuve que saltar hecho una pantera, o al menos un voraz cormorán, y lo dejé pasar, cansado. Me doy un golpe de pecho, pom, y que la Virgen del Carmen me insufle más ardor guerrero. La próxima, ¡al abordaje!
Enrique, perdón por meterme a señalar con el dedo a amigos tuyos; no quería ir de acusica y menos decirte lo que tienes que hacer (le echaremos otra vez la culpa al tiroides, que vale para un roto y un descosido).
Y bueno, el hecho es que preferiría que la gente fuera menos 'de María Santísima' y más 'de respeto a la vida' (si vale la paradoja, dicha así).
No hay nada que disculpar, Ángel, sino todo lo contrario. Haces muy bien.
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