viernes, 20 de marzo de 2009
Donde el bloguero descubre una verdad
Y yo que me creía que la entradita diaria era una deferencia con ustedes, que mis prejuicios de clase media me exigían, cada vez que alguno llamase a la puerta (click-click), salir repeinado y servicial a ofrecer al menos un café y unas pastas. Pero veo que no, que soy un blogg-adicto y nada más. Estos días que corrijo las últimas pruebas de Lo que ha llovido [Rayos y truenos, 2006-2008], calmo mi sed con el agua pasada. Por eso, no escribo aquí. Aunque un rescoldo de educación burguesa sí me queda, y les pido perdón.
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8 comentarios:
No hay motivos, en este caso, para pedir perdón, amigo Enrique, ya que tampoco hay obligación (más allá de la que uno mismo quiera imponerse) de escribir diariamente.A veces es bueno distanciarse y dar un margen a los lectores: no todo el mundo puede, diariamente, acercarse a sus blogs asiduos; alguna reflexión sobre eso hago yo hoy mismo.
¿Hay ya fecha prevista para la publicación del libro bloguero?
El pasado miércoles fui a vuestra lectura poética en la UCA. Estuve sentado con Eduardo del Pino, pero me tuve que marchar cuando Inmaculada Moreno empezaba su lectura. Por eso no pude saludarte. Un abrazo.
Y el título, como siempre, certero. Buena idea, la de recopilar. Lo compraré.
¡Animo con la edición!
No. Es "Donde el blogguero descubre una verdad". Precisión.
Buen título para una recopilación. Muy real.
La obligación puede ser negativa.
Se hace lo que se quiere, y desde luego, lo que se puede.
Un abrazo.
No se descuide Don Enrique si quiere sacar un continuación de este libro. Naturalmente esta petición, si cala en conciencia, empezará a delatar su adicción. Por mi parte, ¿no es más triste no llegar a susurrador de paraísos electrónicos, sino mera auscultador del ritmo de otros?
¡qué ganas de leer el libro!
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