domingo, 2 de agosto de 2009

Mea culpa

Para terminar este terceto de comentarios dantescos, entonaré un mea culpa. Dije que el gran fallo de la Comedia consistía en condenar a cada personaje por un pecado, cuando la gente se condena sólo por todos, por el pack completo, pero que era un fallo necesario para la arquitectura de la obra. Eso dije. Pero estos días en que ando a vueltas por el Infierno con Dante y con Virgilio sopesando la carità del florentino, he caído en otra posibilidad. Al condenar a cada uno por un pecado, en la inmensa mayoría de los casos por un pecado público y reconocido por sus contemporáneos, está permitiéndose cumplir el complicado consejo: "Odia al pecado, pero ama al pecador". Gracias a ese sistema de compartimentos estancos, se condena terriblemente al vicio, pero no tanto a la persona.

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