sábado, 12 de junio de 2010

En coche, desde Sevilla, pero como los grandes navegantes

Qué ilusión y qué sorpresa
ver la primera gaviota.
¡Ya debo de estar muy cerca!

7 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

Un haiku rutero. Genial.
Habría que hacer una compilación para leer en los viajes (lee el copiloto, por supuesto; si no lo hubiera, se graban y se reproducen en el stereo).

Enrique Baltanás dijo...

Que transformada en salinera soleá podría ser:

Qué ilusión y qué sorpresa:
ver la primera gaviota.
¡Ya debo de estar muy cerca!

E. G-Máiquez dijo...

Dicho y hecho, EB. Mucho mejor como soleá salinera, por supuesto. Gracias, y vamos a medias con los derechos de autor que produzca, eh.

ACdR dijo...

Me ha gustado en las dos versiones, pero lo que más me ha llamado la atención es la importancia digamos del marco para el lector de poesía. Sin el título o la etiqueta (esa haikupista AP-4 Sevilla-Cádiz), al poema no se le coge la gracia: la epifania sólo llega al ver que este navegante llega al Puerto desde tierra adentro. Toda una lección, sí señor.

E. G-Máiquez dijo...

Bravo por mi amigo ACdR. La clave está en el contexto, que aquí viene del título, de la etiqueta y de la serie. En esta entradita yo también lo tenía clarísimo. Y él hace muy bien en extrapolarlo de la mínima anécdota a una observación general, categórica. Incluso muchos haikus de Basho dependen para su poesía del marco. No nos olvidemos del Haibun, que, por cierto, tiene un aura blog la mar de interesante.

E. G-Máiquez dijo...

Otro ejemplo es que sin conocer la orfandad y la pobreza de Issa te quedas sin entender la mayoría de sus haikus.

Ángel Ruiz dijo...

Y los que te leemos primero en Google Reader -150 suscriptores- nos quedamos a dos velas, sin ver las etiquetas!