viernes, 4 de junio de 2010

Un escenario

Cuando mis abuelos maternos vinieron al Puerto a conocer a mi familia paterna, después de la cena hicieron tertulia en el patio de la casa, en una sillas de enea. Mis abuelos salieron encantados, comentando, eso sí, que tenían la impresión de haber participado como figurantes (“un señor de Murcia y su señora”) en una obra de los Álvarez Quintero. Siempre había visto aquel comentario como un quiebro irónico de mi abuelo ante el noviazgo exótico e irremediable. Ayer, sin embargo, anduve diez minutos por la calle de la casa de mi abuela del Puerto, entregando (Ayuntamiento, la SS, el Banco, etc.) los papeles de mi niña, que parece un ministro con tanta burocracia, y lo que oí por la calle me pareció, efectivamente, álvarezquinteriano. Qué melancolía me dio vivir en las asépticas afueras. Delante de mí, caminaba muy pinturera una rubia y al pasar por un bar, un vejete, muy ágil de reflejos, se vuelve y le susurra: “A ver cuándo te lleva a su programa Juan Imedio..., niña”. Poco después, un señor lustroso, gesticulante y reipeinado, le decía a voz en grito a otro mayor, cano, con una guayabera y un bigote: “Me encontrao esta mañana a un cabronaso de izquierdas y le he dicho: ‘¡Y ahora Zapatero…’”. Acepto que la gracia de esto es relativa, y que a lo mejor si llega a ser un cabronazo de derechas yo estaría hablando ahora de la intolerancia y tal y cual, pero el caso es que me reí por lo bajini, lo confieso. A los diez metros, una señora gorda tropieza con un trozo de acera levantado y protesta. Su marido, también redondo, descamisado e imperturbable, le replica: “Mejó te llega habé caío y le sacamos al Ayuntamiento lo menos 100 €”. Doy tres pasos, y una disminuida psíquica le desea a una chica que se ha parado a besarla: “Que encuentres trabajo”, a lo que la chica replica: “Mari, Mari, ¡pero qué poco me quieres!” Y ya no oí nada más porque había llegado a Hacienda y entré, muy serio, a pedir los 2500 € de Zapatero, ese benefactor.

2 comentarios:

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Qué retazos más quinterianos. Sí señor.

Yo leí recientemente sus entremeses. Los Álvarez Quintero expresan como nadie alegría de vivir. Arniches también pero con un fondo menos optimismta por su regeneracionismo.

Saludos.

AleMamá dijo...

He llegado desde el blog de Nicolás y me ha gustado tu sitio. Lo que he leido me parece similar a los temas que escribo yo. Además lo aprecio porque lo dices en forma breve y con gracia. Creo que las entradas largas, aunque sean buenas, me espantan de entrada.

Saludos desde el invierno chileno.

Te anoto para seguirte de cerca. Te leeré.