miércoles, 2 de junio de 2010

Mamá, de mama; papá, de pipo


¿Podrá perdonármelo algún día?

5 comentarios:

Enrique Barrero dijo...

Seguro que sí, y se reirá cuando alcance a comprenderlo con artículo de tal sencillez y sentido común.

Anónimo dijo...

Es la decepción como fuente de conocimiento; y el decepcionador como primer maestro. En el caso de Carmen, la enseñanza es la que apuntas (madre no hay más que una) y además, la de que es inútil pedir lo que no se puede dar.
Simpatiquísimo el artículo. Lo que más me ha gustado es esa "aparición estelar".
Jilguero.

Cristina Brackelmanns dijo...

No sólo de teta vive el bebé.

Gonzalo GY dijo...

Para enmarcar.

Con mis tres hijos me ha ocurrido, y me ha divertido y apenado a partes iguales, ver esa boca abriéndose con ganas buscando y encontrando al -para esto al menos- inútil de su padre.

María dijo...

Te doy una idea que tu mujer agradecerá: pídete darle tú las primeras papillas.

No te aseguro el éxito, el pecho busca siempre pero los purés, ay!