De golpe, sin previo aviso, me dice Carmen: "Tú no te vas a morir nunca, ¿verdad, papá?" Noqueado, todavía tengo que pensar, y rápido, y bien, qué le contesto. Pasaron por mi cabeza, que daba vueltas, estas cuatro opciones, como en un examen tipo test:
A- Ni tú tampoco, cariño. Somos inmortales, por la gracia de Dios.
B- Sí me voy a morir, aunque no te preocupes, que será cuando Dios quiera, y entonces nada malo podrá pasarme ni pasarte.
C- Sí, pero dentro de muchísimo tiempo.
D- ¡¿De dónde has sacado esa idea?!Descartada la D, por escapista, y la C, por incierta, mi duda estaba entre la A y la B, ambas verdaderas. Opté por la B, porque la A no respondía talmente a su pregunta y porque esa respuesta ya la tiene al final de un poema mío llamado "Epitafio" que es de suponer que leerá alguna vez después del deceso:
[…]
Esperanza, compañeros,
las almas viven y, encima,
resucitarán los cuerpos.Como yo iba conduciendo, no pude —so pena de precipitar el acontecimiento— volverme a ver la cara que puso ante la respuesta B, pero pasó a otro tema, con voz tranquila, sin preguntarme —oh, milagro— "¿por qué?". Parece que le pareció bien. Durante el resto del día estuvo especialmente cariñosa conmigo, como mimándome.
9 comentarios:
Como te mueras, te mato.
No sé quién será este anónimo, pero muchas gracias. Es bien cariñosa esa amenaza.
Soy el anónimo de siempre, ése que suele provocar alguna división de opiniones (aunque estoy convencido de que con ésta no).
Eso espero...
ay, qué graciosos los dos...
(otro anónimo que pasaba por aquí)
Sí, sí, muy graciosos, pero yo, al menos, con cierto nudito en la garganta.
Anónimo: como le mates te mato yo. Sin Rayos ni Truenos haría una caló ,intelectualmente hablando, del carajo.
Ese "muertos" final ¿no era una errata, y tenía que ser "cuerpos"? Recuerdo cuando salió en Númenor. Tiene más sentido.
¡Dios mío, Beades, qué sería de mí sin ti! Es cuerpos, es cuerpos, y no "muertos", ¿en qué estaría pensando?
Hasta a mí me cito con erratas, qué caso.
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