martes, 23 de julio de 2013
No juzguéis
En el Consejo Escolar hablábamos, otra vez, del problema de los móviles en el aula. De pronto, uno de los representantes de los alumnos, que lo fue mío hacía dos años, pidió la palabra. Pensaba yo que iba a defender las nuevas tecnologías y eso. Sin embargo, atacó un largo discurso, lleno de preguntas retóricas y lamentos desesperados, sobre el estado de juventud actual, la marcha del mundo moderno, la falta de valores y el negro futuro que nos espera a todos, a todos. Yo lo escuchaba alucinado, porque el discurso no se adecuaba ni a su pinta y vestimenta de rapero neoyorkino ni a lo que le conocía, que es mucho. A pesar de mi acreditado aprecio por él, que encima es mutuo, no pude dejar de juzgarle con cierta dureza: "Pero, ¿qué le pasa a este tío? ¿A qué viene tanta representación tan sobreactuado delante de los padres y los profesores, que asentían, atónitos?".
Al día siguiente, por otro profesor, me enteré de que aquel alumno había pasado la noche anterior a la del Consejo Escolar en el calabozo. Al llegar a su casa, se encontró que su hermano, drogadicto y víctima de un mono, estaba pegándole a su madre para que ésta le diese un dinero que no tenía. Le soltó un puñetazo a su hermano y montaron tal pelea que el bloque de pisos parecía venirse abajo, hasta que la policía llegó y se llevó detenidos a ambos. Comprendí de inmediato todo su discurso y su desolación y, sobre todo, la idiotez de mis juicios interiores.
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3 comentarios:
A la que sumo la idiotez de los míos mientras leía. Gracias por contar esta historia!
Una canción de Facundo Cabral dice algo así: No juzgues, cuenta la historia.
Saludos
Hola, ¿qué quiere decir "víctima de un mono"?
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