lunes, 1 de julio de 2013

Playa


Tengo una querencia, que a veces os exaspera, a ver lo bueno de todos. En mi descargo diré que no es virtud, sino metafísica: lo malo es simple no-ser, de modo que agarrarse a una nada está fuera de toda razón. Para consistencia, lo bueno. Ahora bien, la metafísica no impide que uno haga el ridículo, y me parece bien, que no voy a ser menos que Tales. 

En esta historia, y aunque estábamos bajando a la playa, no hay trazas de muchacha alguna. Iba yo sin mis gafas graduadas porque las llevaba de sol, y con Carmen de la mano. En estas que ya en la escalera coincidimos con un vecino con sus gafas y su sombrero calado hasta las cejas, que contesta con mucho salero a algo que había preguntado Carmen. Sorprendido, se lo celebro todo lo que puedo y ya cogemos el hilo de la conversación todo el camino hasta la orilla, que es largo y, sobre todo, sobre la arena seca, lento. Yo, que nunca —o quizá sólo alguna vez y poco— había pensado que mi vecino fuese antipático (o un malaje), iba ahora deslumbrado por la simpatía y el encanto personal y la elegancia del caballero. Supongo que influyó que me dijo lo que le gustaban mis artículos y animó a Carmen a dejarme leer en la playa (yo, optimista como he dicho, bajaba con tres libros bajo el brazo). "Qué bien le sienta el verano a este hombre", llegué a exclamar para mis adentros. Y por fuera: "Adiós, adiós, ya nos vemos por nuestra calle"...

A la media hora, ya sin sombrero y sin gafas lo veo en la orilla con uno de sus nietos... y no es mi vecino en absoluto. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda, el simpático abuelo daría un sentido metafórico a la calle donde 0s veríais: la de la columna periodística.
Jilguero.

Anónimo dijo...

"...lo malo es simple no-ser, de modo que agarrarse a una nada está fuera de toda razón".

La razón está sobrevalorada, no se le suele dar su justo valor, y sólo con ella no se puede sentir lo divino. Y la nada..., la nada es como la mano que nunca nos suelta la mano. Y está fuera de toda razón, porque es muy superior a ella, y por ser esa mano, u otra cosa, ya no es tal nada. Van unos versillos muy conocidos que algo tienen que ver con ello.

Para venir a gustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada.
Para venir a saberlo todo,
no quieras saber algo en nada.
Para venir a poseerlo todo,
no quieras poseer algo en nada.
Para venir a serlo todo,
no quieras ser algo en nada.
Para venir a lo que no gustas,
has de ir por donde no gustas.
Para venir a lo que no sabes,
has de ir por donde no sabes.
Para venir a poseer lo que noposees
has de ir por donde no posees.
Para venir a lo que no eres,
has de ir por donde no eres.
Cuando reparas en algo
dejas de arrojarte al todo.
Para venir del todo al todo,
has de dejarte del todo en todo.
Y cuando lo vengas del todo a tener
has de tenerlo sin nada querer.

Anónimo dijo...

Ja, ja, hay gafas de sol graduadas...

Que el mal no exista en sí no quiere decir que no exista en no.

Pero no quiero yo estropear esta virtud que no es virtud ¿? ó virtud lograda sin esfuerzo personal, por gracia...