miércoles, 18 de febrero de 2015

Una tata más


Anoche me entró miedo de que no se entendiese mi artículo de hoy. Hay quienes ponen reparos al humor negro, a ver qué decían de este humor escarlata, salvaje, desafiante y teológico. Viendo los votos y los rt, que son mis termómetros (tan a ciegas ando), la cosa va bien, y respiro. Pero anoche recordaba, para consolarme y comprenderme, una conversación de esa mañana. 

Un buen compañero y buen profesional incluso de mi instituto me contaba lo muchísimo que le había afectado la muerte de un familiar. Era su primer encuentro con la dama oscura. Yo le contaba que mi caso, fe firme en la resurrección de los cuerpos aparte, es peculiar. Cuando era muy pequeño mi madre tuvo una enfermedad de pronóstico fatal. Siendo el hijo mayor y el nieto mayor y teniendo de 6 a 12 o 13 años, lo viví todo bastante en primera fila. Empezando por el día de la noticia, que recuerdo perfectamente, el 26 de junio de 1975 y luego la larga estancia en Madrid y mis visitas al hospital con mi abuela (fue la primera vez que me monté en avión) y más tarde las angustiosas revisiones periódicas, hasta la alegría final del alta. El caso es que me críe, como si fuese una tata más, con la muerte en casa. Eso explicaría las confianzas que me tomo, que ella me perdona, pues al fin y al cabo ya se tomará la revancha, amablemente, cuando toque. 

Le contaba esto y, como resultaba todo muy abstracto, ilustré con un ejemplo. Íbamos una mañana de invierno de esas azules intensas en el coche toda la familia. Mi madre, de pronto, dijo: "¡Qué felicidad si ahora tuviésemos un accidente grave y nos muriésemos todos, todos juntos, tan felices!". Le preocupaba mucho morirse y dejar a cuatro huérfanos y a un viudo. A mí aquel comentario me impresionó y protesté, riéndome, enfadado. Pero ayer, cuando contaba la historia, vi, de golpe, que mi madre nos dio una lección vivida inolvidable: "El amor es más fuerte, mucho más, que la muerte". 



1 comentario:

Ángel Ruiz dijo...

Me he acordado de una canción de los Smiths:

And if a double-decker bus
Crashes in to us
To die by your side
Is such a heavenly way to die
And if a ten ton truck
Kills the both of us
To die by your side
Well the pleasure, the privilege is mine

Algo así debía de pensar tu madre.