jueves, 4 de enero de 2007

Novedad (II)

Mi intención era no hacer leña del proceso caído y, desde esta esquinita de la inmensa blogosfera, poner mi grano de pena en la unidad de los honestos, por fin, en contra del terrorismo. Pero hay argumentos que hierven la sangre, y más cuando los hacen los más [Arcadi Espada, José Aguilar] inteligentes, aquejados quizá del virus de la equidistancia. Dicen que el atentado de Barajas demuestra, a la par que el optimismo patológico de Zapatero, que la AVT y la única oposición estaban equivocadas al denunciar que el Gobierno vendía a parcelas el Estado de Derecho. El argumento es maniqueo, como si sólo hubiese dos posibilidades: o todo o nada. ¿No es posible --me sigo preguntando-- que el Gobierno estuviese cediendo bastante pero no suficiente o suficientemente rápido para los terroristas? Me niego a considerar a los etarras como la última instancia para dirimir qué es el Derecho y cuál su estado óptimo. Y porque los hechos (proyecto de reforma del Código Penal, retórica pomposa de Pumpido, extraña dimisión de Fungairiño, dimisión del fiscal Alonso, petición de pena menguante de De Juan Chaos, hombre de paz, internacionalización del conflicto, movimientos sísmicos en el PSOe navarro que afectan (o lo parece) a la cuestión Navarra, tipex de los tedax, etc.) son imborrables. Constatado lo cual, volvamos, sin más reproches que los estrictamente necesarios, a la ley y al orden democrático, al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, si puede ser.

P. S. Pero hoy no hay pero que ponerle a Aguilar.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy atinado artículo de Aguilar el que "linqueas". Lo que no me entra en la cabeza es por qué es violencia el derrumbe de la T-4, y no lo es el chantaje, la extorsión, la destrucción de negocios, cajeros o autobuses. Antes de que se supiera que había dos muertos, la gente ya se llevaba las manos a la cabeza. El criterio (cuantitativo, de bulto) para diferenciar una violencia de otra me parece de lo más grosero. Lo peor es que Zapatero (con Eguiguren a la cabeza) ya negoció ¡en el 2000! con los asesinos, rompiendo bajo cuerda y unilateralmente el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo; así lo han denunciado la madre de Pagazaurtundúa, o Mikel Buesa, entre otros (nada sospechosos, por cierto). Una vez más, se confirma que el "malo-malísimo", el peor de todos, no es Rubalcaba (eso nos creíamos), sino nuestro inquilino de la Moncloa, aunque ponga cara de cervatillo atribulado (Ussía dixit). Un abrazo, amigo, y buen Año, en el que nos mantengas pegados a tu blog, y con la Musa sembrada, como hasta hora.

Anónimo dijo...

Les hechos: 1. Lo del Código Penal. He buscado en Internet y ese disparate no lo dice ni Acebes aunque igual me equivoco. Si la única referencia es que la AVT "dice que puede" ayudar a los terroristas, es la nada. Cualquiera que trabaje en esto sabe que poner un "puede" es una forma de difamar sin pruebas. Si "puede" ayudarlos puede no hacerlo, yo no tengo ningún dato para sustentarlo y me estoy dedicando a difamar, caso habitual en los dirigentes de la AVT.
2. La dimisión de Fungairiño se debe a que no informó al Supremo de que un grupo de islamistas estaba a punto de quedar libre, en contra de la instrucción de la Fiscalía General del Estado, que obligó a informar de los casos pendientes de terrorismo para que no hubiera excarcelaciones. Al no tener conocimiento el Supremo, no resolvía en caso con celeridad y los terroristas iban a salir libres. Algo que se solucionó con su marcha.
3. Navarra. "Parece" que hay movimiento. Menuda acusación. Se comenta sola. ¿Eso es todo lo que hay?
4. Ácido Bórico (llamado eufemísticamente el típex de los tedax y lo entiendo: a mí también me daría vergüenza hablar de ácido bórico). Hay una tienda bajo mi casa que vende ácido bórico y lo anuncia en el escaparate. Seguramente, según la lógica bujérica que tanto eco tiene entre gente inculta y a la que se apuntaron los dos peritos, habrán recibido la misma instrucción que dos etarras detenidos en Salamanca en 2002 y que Hassan el Haski, detenido en Canarias en 2004. Por supuesto en el primer caso el ácido bórico estaba en una caja en el suelo del baño rodeado de vello público (uno de sus usos es para tratar la vaginitis) y en otro junto al desagüe de la cocina (se usa como antiinsectos). Creo que podemos hablar de la Orquesta Mondragón, que es más divertido.
Luego sigo, pero si esa pila de enlaces demuestra la rendición del Estado ante ETA, nuevamente has vuelto a retorcer los hechos para que se ajusten a tus opiniones. Y los hechos son sagrados; las opiniones, libres. ¿Qué no debió de hacer Aznar que en 1998, meses después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, acercó 135 presos de ETA al País Vasco y más de 200 etarras fueron excarcelados, entre ellos Iñaki Bilbao, que nada más salir mató a un concejal socialista?

E. G-Máiquez dijo...

De nuevo y sin ironía le agradezco, estimado ua, que me obligue a contrastar mis escritos. Siento que con la AVT y el Foro de Ermua nos separan, con todo, los sentimientos: para mí todo lo que las víctimas digan viene con una aureola de dignidad y me fuerzo a prestarles especial atención. Si a ellos algo les inquieta, ya es motivo suficiente de preocupación. Con la actual redacción de la reforma penal los etarras sí tendrían beneficios. Si Navarra no parece el peligro, ¿por qué el PSoe se niega a afirmar su foralidad en sede parlamentaria? ¿Qué le cuesta apaciguar al PP y a UPN y a mí, entre otros? Lo del tipex.tedax no era eufemismo sino ir directo al grano: lo malo no es el ácido, sino el empeño (hasta la ilegalidad manifiesta) de borrar toda huella de ETA.
En cualquier caso, parece que las últimas declaraciones de ZP en Barajas hacen innecesario todo este debate. Parece que, a pesar de todo, se va a obstinar en el proceso. Por otra parte, no ha convocado ninguna manifesación de repulsa. Él sólo va mostrando sus caras, sus cartas, quiero decir.

Anónimo dijo...

Sólo una precisión: yo no critico a la AVT sino a sus despreciables dirigentes, con el infame Alcaraz a la cabeza.

E. G-Máiquez dijo...

Despreciable... infame... es demasiado para alguien que pide justicia, dignidad y memoria y que ha sido elegido democráticamente por los miembros de su asociación. Gastemos esas energías contra los terroristas y sus cómplices.

Anónimo dijo...

Me pasa con este escrito tuyo, Enrique, como con las declaracones públicas del PP durante el proceso. Estoy con ellos en la mayor, pero maldita sea, ¿por qué dan (dais) razones tan malas y/o torpes? Tu lista se cae de inconsistente, como bien muestra el anónimo; la mitad de las cosas no tienen nada que ver y la otra mitad son pálpitos, que yo puedo compartir pero que no valen para el debate público.

A ver, la cosa es mucho más sencilla: hasta ahora los intentos de final dialogado han sido tratativas de rendición de los malos, con la premisa que mi amigo Berlin llama "paz por presos" y el límite explícito de que la política no se toca. Como a los malos eso no les vale, reventaban.

Este proceso en cambio ha sido, desde el principio, de carácter político, y ello a pesar de que se dijo expresamente que no al inicio. La declaración de junio fue el salto, y la aceptación explícita del sistema de mesas despejó toda duda: este gobierno iba a buscar el final del terrorismo mediante un pago político.

¿Por qué no se centra el PP en eso? ¿por qué no pregunta nunca por las mesas, por la condición política del proceso? ¿por qué no lo haces tú?

PD (la caridad me frena para hablar de Alcaraz: diré simplemente que no tiene los conceptos nada claros)

Anónimo dijo...

En cualquier caso la tesis inicial del artículo es innegable: que ETA no tuviese suficiente no quiere decir que el gobierno no hubiera cedido más allá de lo admisible.

Anónimo dijo...

Me reitero: infame y despreciable.
Francisco José Alcaraz, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, ha dicho: "La bomba es un paréntesis que tanto ETA como el Gobierno han ideado para retomar el proceso". Afirma que estaba todo pactado.

http://www.escolar.net/MT/archives/2007/01/ha_sido_zp.html#comments

Yo, aunque no se lo crean soy muy crítico con el Gobierno en este asunto y en muchos otros y creo que ha cometido muchos errores. Pero no se les puede imputar la muerte de Manolete o que en la Constitución (la adorada) haya una disposición transitoria que contemple la posibilidad de unión de Navarra y el País Vasco. Si está en la Constitución, que lo expliquen los padres fundadores, no lo puede hacer ZP.

E. G-Máiquez dijo...

Asumo, acepto y agradezco tu crítica, Ignacio. Tendría que haberme quedado en la tesis inicial, que es la que me importaba señalar...

Anónimo dijo...

Acabo de llegar de la concentración de Gesto por la Paz. No hace frío en esta Vitoria de reciente enero. Caras de circunstancias, eso sí, entre la veintena de personas que nos hemos reunido compartiendo un silencio profundamente conocido, pero no por ello más doméstico. Cuesta lo suyo activarse, para salir a un escenario reiteradamente propio, para ocupar esa parcela de ancha acera que limita firme la pancarta: “Haz un Gesto por la Paz – Bakea orain eta betirako” y el informe bulto de los concentrados. Un cuarto de hora mirando abstraídamente, varias palmadas en las espaldas, hay a quien hace más de tres años que no veía: desde la otra última vez.
Y duele volver a pensar que, para muchos, apenas sí algo ha cambiado en todo este tiempo; duele mirar a los ojos de cuantos creyeron esperanzados precisamente lo contrario: que todo confluía en una esperanzada proclama: “Ya no hay vuelta atrás”. Por eso duele más todo, hasta mirarse al espejo antes de salir de casa para protestar con el silencio. Sin embargo, sé que hemos avanzado en este tiempo: la confianza de superar el conflicto, se ha ido adueñando de la calle más allá de las siglas y de los estúpidos plazos electorales. Durante casi cuarenta meses, se ha respirado un renovado aire al que nadie quiere renunciar, y este es un elemento aglutinador de voluntades que supera cualquier titular de rotativo. Lo cierto es que no nos hemos derrumbado, a pesar de la bomba; lo real es que ellos mismos, quienes absurdamente la colocaron, lo saben. Su soledad es como nunca radicalmente profunda, y lo va a ser más cuando ni siquiera los suyos les reconozcan. Puede parecer una paradoja, pero soy de los que sigue pensando que ya no hay vuelta atrás. Nada de lo que se ha contribuido a hacer, desde la trinchera de la paz, ha sido en vano. Así lo creo.
Un saludo,

Juanan Urkijo.

P.S. Gracias, Enrique, por tu comentario en mi blog sobre mi sensación de que “el destino es la consecuencia de nuestro pasado, que nos sigue por delante”. Como estoy plenamente convencido de que justamente nuestro destino es la reconciliación y la paz, creo que la frase puede ser apropiada también en el tema que nos ocupa.

E. G-Máiquez dijo...

Bueno, con esta entrada de hoy parece que mi destino es inclinar la cerviz, que no es lo más brillante en un blogg, pero puede ser lo más productivo (para mi salud espiritual al menos). Cierto, esa presunción de intenciones de Alcáraz es infame y despreciable. Aunque al personaje numantino le tengo simpatía y le reconozco el mérito de haber movilizado a la sociedad española en su rechazo a la negociación, prefiero que esto se quede así, como un sucio borrón en su historial, y que no retomen el proceso y vengan a darle la razón en parte. Ya veremos.

Gracias, Juanan, por tu crónica vasca. Y por transmitirnos ese rayo de esperanza. A pesar de todo, todavía me queda un resto de vanidad como para dar una última opinión. Yo creo que usar la palabra paz en este tema es un deslizamiento semántico peligroso del tipo de Movimiento de Liberación Vasco porque no ha habido guerra sino terror a través de delitos y extorsión. Me parece.

Anónimo dijo...

Me gustaría profundizar en esa visión valiosísima (y todavía habrá quien mire mal a internet) del amigo de Gesto por la Paz.

Pero de lejos, permíteme que te diga, juanan, la cosa no parece así ni lo ha parecido nunca. Son 30 años de horror sin que nadie de ese asqueroso mundo se salga del guión si no es con los pies por delante. ¿Qué os hace confiar aún en ellos, en su regeneración? ¿No veis que la esperanza, hermosa como es, puede ser una enfermedad?

Ningún colectivo malvado ha tenido tantas oportunidades en la historia como la llamada izquierda abertzale. ¿Qué tienen que hacer, en qué pozo más de mierda se tienen que zambullir para que las gentes de bien renunciéis directamente a cualquier contacto?

¿Que son muchos? Pues qué se le va a hacer, nosotros somos muchos más. No van a venir, dejad de esperarlo, por dios.

Anónimo dijo...

Paz y España, España y paz. ¿Es eso posible? Sólo con la paz podrá haber una (1) España de verdad, pero que se desengañen muchos: sólo con España podrá haber una paz de verdad. Lo otro sería la "paz" ya conocida del gulag. Y contra esa "paz" hay que hacer la guerra.

Anónimo dijo...

La AVT no apoya la manifestación de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos pero llama a manifestarse el 11 de enero con los peones negros. Con dos cojones. Me reafirmo. Este señor Alcaraz se empeña en dejarme bien. Y yo lo lamento.
La noticia: http://www.avt.org/noticias.asp?id=216
Algún comentario: http://periodistas21.blogspot.com/2007/01/avt-peones-negros-s-ecuatorianos-no.html

Anónimo dijo...

Aterrizo aquí de nuevo y los tics de mi antigua profesión (abogado) me obligan a saludar a los lectores como primer acto en este blog. Vaya por vosotros, que creeis en el valor de las palabras y en las ideas que ellas intentan transmitir.
Dicho eso y para que nadie se llame a engaño, diré que soy vasco y que hace dieciocho años me animé a dar un paso al frente contra la violencia terrorista, contribuyendo a poner en marcha un grupo de Gesto por la Paz en un pequeño pueblo de Euskadi. Ya sabéis, esos que salimos después de un asesinato terrorista detrás de una pancarta en muchos pueblos y barrios del País Vasco. (Por tanto, no entre varios miles, sino apenas unas decenas en cada concentración). Hubo un tiempo en que eso era heroico según algunos y éticamente elemental según otros (entre los que me encuentro, claro está).
Hoy es solo un obligación moral. Lamentablemente retomada, como bien señala Juanan.
Por el momento solo quisiera decir una cosa. He observado que alguien cuestionaba aquí el término PAZ, imputando dicha terminología a la izquierda abertzale. Por favor, PAZ no es solo antónimo de guerra, como algunos se empeñan en señalar machaconamente. Es un vocablo mucho más rico en acepciones y una de ellas es lo opuesto a violencia, a alteración del orden, a terrorismo, si se quiere. Yo solo quiero reivindicar el término PAZ por ese significado y por respeto a los miles de ciudadanos vascos que desde hace veinte años venimos colocándonos detrás de una pancarta que habla de PAZ cada vez que había un asesinato. Puedo aseguraros que ninguno de los que así actuábamos creíamos estar en guerra alguna. Todos rechazábamos la violencia terrorista y reivindicábamos la PAZ y hoy queremos seguir haciéndolo. ASí que, por favor, solo por respeto a tantos cientos de ciudadanos vascos de buena voluntad que han estado durante tantos años en contra del terrorismo de ETA, os pido que no denigréis el vocablo PAZ. Que sigue siendo una palabra hermosa que de ninguna manera es propiedad de la izquierda abertzale o de la gente que apoya a ETA. Es nuestra, de quienes durante años la hemos defendido y hemos mirado a la cara al resto de nuestros convecinos, a esos que o eran indiferentes o les atenazaba el miedo o tal vez condecescendían con la violencia.
Por eso, por favor, dejad que sigamos defendiendo la PAZ, que ello no implicará jamás concesión política alguna.
Salud

E. G-Máiquez dijo...

Concedido u.a. vasco, por respeto a vuestra valiente postura, no volveré a criticar el uso de la palabra paz en este contexto, pero sí, con tu permiso, el sesgo que le da ZP. Gracias por el toque de atención.

Anónimo dijo...

PUES no. Nada invita al optimismo ni a la esperanza en este año largo que se abre bajo el gobierno más deslegitimado de toda la historia de la democracia española: más incluso que el último gobierno de Felipe González, con su turbia secuela de corrupción. Porque González, justo es reconocerlo, no se propuso cargarse el gran acuerdo democrático de la transición, ni desmembrar la nación, ni negociar con los terroristas. Y en vísperas de cumplirse los tres años del Gobierno Rodríguez, esto es lo que hay: un consenso hecho pedazos, dos naciones donde había una y ETA rebosante de salud asesina. Todo un palmarés. Pero Rodríguez todavía espera. Más que nunca. Temblemos.
¿Que no se ha negociado con ETA? Replanteemos la pregunta, por favor, con los acentos en su sitio: ¿qué no se ha negociado con ETA? Probablemente, ni la autodeterminación, ni Navarra, porque aún no se había conseguido expulsar al PP del sistema, pero nadie duda de que se ha hablado por extenso de ello con la banda. Se negociaron las condiciones de la negociación política; es decir, la marginación de la derecha democrática, siguiendo el modelo del Pacto de Estella. En la noche de las elecciones autonómicas vascas del 13 de mayo de 2001, y ante la evidencia de que el acuerdo frentista abertzale seguía funcionando (puesto que Batasuna prestaba a la coalición PNV-EA la mitad de sus votos para evitar el triunfo constitucionalista), el PSOE y sus adeptos mediáticos optaron por un cambio de alianzas. Las consecuencias del paso de los socialistas vascos al frente de Estella -cuyo mayor logro fue conseguir que se le diese por fracasado- fueron las previsibles: indujo un mimetismo inmediato en el PSC, que se apresuró a crear, con la inestimable ayuda de Rodríguez, un frente nacionalista catalán sobre el modelo vasco. Carod-Rovira marcó la pauta del comportamiento a seguir respecto a ETA negociando en Perpignan una tregua permanente para Cataluña. ¿Qué ofreció en contrapartida? Lo único que podía ofrecer: la exclusión del PP como condición previa para la desaparición del Estado en dicha comunidad autónoma (objetivo logrado, según Maragall). En la etapa siguiente, tras las elecciones legislativas de marzo de 2004, Rodríguez extendió el modelo frentista de Estella a toda España (respetando la excepción catalana, que ya había ejercido su soberanía bajo la especie de rendición incondicional, o sea, a cambio sólo de seguir con vida).
Pero el PSOE se encontró con unos límites similares a los que el PNV y EA no pudieron traspasar en la primera fase de la estrategia frentista (1998-1999). La negociación de las condiciones preliminares (aislamiento y exclusión de las fuerzas constitucionalistas) podía producir una tregua, pero no mantenerla si no se ofrecía más que eso. ETA rompió la tregua en noviembre de 1999 acusando al PNV de congelar indefinidamente el proceso independentista. La acusación que ha lanzado por boca de Batasuna contra el Gobierno Rodríguez es idéntica. A ETA no le bastaba el aislamiento del PP, ni que se le colocara el estigma de franquista. Pretendía (muy racionalmente, aunque le pese a Rubalcaba) que ese aislamiento se tradujese en concesiones que el PSOE no podía hacer sin provocar el colapso del régimen constitucional y, posiblemente, un conflicto civil violento. Rodríguez exige que le felicitemos por no haber franqueado ese límite. Pues felicidades, presidente: sólo nos ha llevado hasta el borde.
Rubalcaba se pregunta estupefacto por qué ETA no ha anunciado esta vez la ruptura de la tregua, y se lo voy a explicar. No la ha anunciado porque, según el bushido nacionalista, el código abertzale del honor -es una ironía, por si alguien no lo capta-, los españoles no merecen la mínima cortesía. El PNV, por lo menos, es de la familia. De la raza, ¿comprende usted? No un hato de maquetos despreciables. Pues eso. Téngalo en cuenta para la próxima vez, porque volverán ustedes a intentarlo, volverán a vendernos y volverán a hundirse en la misma letrina. De eso estoy convencido. Ahórrenos las preguntas estúpidas, para que podamos agradecerle algo, que lo estamos deseando.

Anónimo dijo...

MENOS mal que el poder no le iba a cambiar. De momento le ha trocado la sonrisa de la Gioconda en un rictus apretado de rabia, le ha mermado los reflejos -ay, esos días de silencio en el Coto- y ha convertido el talante en una arrogancia complaciente y refractaria a la autocrítica. Una semana después del atentado de Barajas, el presidente sigue sin ver «ningún aspecto que permita decir que ha habido un error» en el mal llamado proceso de paz. Pues ya puede revisar la secuencia de acontecimientos como si fuera una viñeta de pasatiempos clásicos, a ver si descubre los siete errores claves que saltan a la vista de la opinión pública. Porque son tan fáciles de señalar que hasta podría hacerlo Pepiño Blanco.
Error 1. Confiar en ETA. Había precedentes de engaño a González y a Aznar, pero ZP se creyó más listo; su eterno adanismo de considerar que ha inventado la política.
Error 2. Dejar fuera al PP y hacer oídos sordos a las víctimas. Es verdad que la oposición puso muy alto el listón del consenso, pero el presidente se cegó al pensar que podía alcanzar su objetivo sin ella, dándole un golpe definitivo a la derecha. Llegó un momento en que el Gobierno parecía más cerca de Batasuna que del Partido Popular, y su desamparo a las víctimas fue clamoroso.
Error 3. Acceder a la negociación política al aceptar inicialmente la mesa de partidos y sugerir que Batasuna podría ir a las elecciones. Esa decisión violaba el principio de «primero la paz, y luego la política», entregaba a ETA la baza principal del proceso y colocaba al Gobierno en situación de debilidad. La rectificación posterior, forzada por la opinión pública, bloqueó el diálogo porque los terroristas ya no aceptaron volver al punto de partida, que era el abandono de la violencia a cambio de benevolencia penal.
Error 4. Hacer la vista gorda ante los incumplimientos de la tregua, la extorsión postal, la violencia callejera, y ordenar a los fiscales que suavizaran su presión procesal. Otro indicio de debilidad.
Error 5. Sobrevalorar la interlocución de Josu Ternera. El cabecilla etarra logró imponer el alto el fuego, pero carecía de influencia suficiente para sujetar la tendencia belicosa de la banda.
Error 6. Minimizar los indicios de rearme terrorista. El robo de las pistolas y la aparición del zulo de Amorebieta eran nítidos avisos de ruptura que no fueron atendidos, en un clima de optimismo voluntarista que alcanzó el paroximo con la arrogante presunción presidencial de que todo iba a ir mejor... la misma víspera del bombazo de Barajas.
Error 7. Titubear tras el atentado del día 30. Zapatero esperó hasta más allá de la evidencia la posibilidad de que se tratase de una acción «incontrolada», y ofreció una imagen patética de desorientación que le dejó desacreditado.
Estos siete errores se encierran en dos: ceder la iniciativa a ETA y dar la espalda a medio país que no creía en el «proceso». La pregunta que queda por contestar es si un Gobierno que se confunde de este modo está capacitado para seguir o ha llegado el momento de preguntárselo a los ciudadanos.

Anónimo dijo...

Me adhiero punto por punto a las dos últimas intervenciones. Yo creo que en cualquier país "normal", Zapatero habría dimitido. Pero no caerá esa breva. Este Gobierno, con ZP, a la cabeza, ha cometido errores muy graves, pero desde mi humilde punto de vista, creo que el más gordo, el que más le va a pasar factura, ha sido el tratamiento que ha dado al problema de ETA. Se le llena la boca al Sr. ZP con la palabra "paz", y eso me recuerda a una cita que se atribuye a Mario Onandía, ya fallecido, el cual solía decir "Si caigo (se refería, claro es, al zarpazo terrorista) no digáis que morí por la paz. Decid que morí por la libertad". Paz, no a cualquier precio, no a costa de la justicia, no a costa de la libertad. En esto sí deberíamos escuchar a las víctimas.

Anónimo dijo...

Yo añadiría mucho más a esto, pero se puede resumir brevemente. El acuerdo es la independencia de Euskadi y Cataluña y lo que venga. Ni estado federal ni nada de nada, la independencia absoluta. Dejar fuera al PP como apunta juaristi y además, con el 11-M de por medio y detonante. Cada vez está más claro y no es locura ni obsesión.