sábado, 6 de enero de 2007

Tres Reyes Magos

I.- MEJOR
Cuando era chico, yo también sentí (lo digo con vergüenza) el síndrome de la mañana de Reyes. Los regalos nunca igualaban la disparada ilusión de la semana anterior. Pero es otra cosa que el tiempo me ha curado. Ahora los Magos me sorprenden cada 6 de enero, y me asombra su piedad y su misericordia. O su vista cansada.

II.- GASTAR
Cuántos libros. Curiosa ley económica: cuando los compro (o me los compra Gaspar, como es el caso) siento que hago un depósito que sólo recuperaré —con sustanciosos intereses— el día que los lea. Así, comprar libros es agridulce: firmar un compromiso o asumir una obligación, cargarme con un deber. La parte dulce, saber que la felicidad está en el deber cumplido... Allá lejos.

y III.- BASTA YA
Aprovecho la frescura festiva de esta mañana, para confesar que estoy negro. El tiempo se me escapa entre las alforjas y llego siempre tarde (como los Reyes Magos a Belén) o no llego (que es peor y más frecuente). Entre los regalos, descubro un cofre de oro, esto es, de tiempo, que no malgastaré. A partir de ahora —me propongo— huiré del teléfono —lo aviso— como de un perro rabioso, no contestaré a los comentarios del blogg, ni siquiera a los amables elogios, y saltaré las tapias de todos los huertos (jurado de premios, cafés eternos, lectura de manuscritos, cenas con amigos de conocidos o parientes de parientes). Como ya os he dicho, tengo muchos libros que leer y alguno que escribir, del que apenas veo la cola de la estrella. Para seguirla, me monto en el camello áspero que a partir de ahora seré.

7 comentarios:

Joaquín dijo...

Se te olvidó que los Reyes Magos son cuatro: Melchor, Gaspar, Baasaltar y Secayó.

Anónimo dijo...

Oye, si abandonas a casi todos por los libros, vamos a tener que hacer un lobby a los Reyes y el año que viene es posible que no te traigan sino un cómic de dos páginas. Que disfrutes de tus lecturas, que ya disfrutaremos también nosotros gracias al barbero sueco que escribe en tu blogg de vez en cuando.

E. G-Máiquez dijo...

La ley de no recomentar los comentarios tendrá sus excepciones, claro. Seguro que Joaquín, que es un caballero, entiende que tú, Anacó, seas la primera.

Anónimo dijo...

Me quedo más tranquilo tras este recomentario. La lectura de tu "Basta ya" me dejó fuera de juego, pero ahora creo comprender esa intención tuya de administrar con cuidado el tiempo, que es indudablemente un gran tesoro. Pero no nos [me] abandones.

Anónimo dijo...

hhhhola

Anónimo dijo...

Gracias! me tranquiliza, porque sonabas muy rotundo, pero reconozco que hay que acortar las riendas un poco (yo tengo el mismo propósito) para no dilapidar el tiempo. Que como dices en la entrada de hoy, esto engancha.

María José Reche dijo...

muy ingenioso!!!!!
:D