jueves, 20 de diciembre de 2007

ay, yayay

Los que se preocupan tanto por mi salud moral y mi falta de humildad estarían muy contentos por la cura a la que me sometieron ayer. Y no es, no, porque después de mi conferencia sobre los villancicos, la cantaora, Ignacia la del tío Benito, o Benita la del tío Ignacio, levantara al público de sus asientos mientras que yo había recibido una discreta, consuetudinaria ovación. Eso va en los géneros y los estilos. La humillación fue la tila: nunca jamás una tila me crispó tantos los nervios. Había quedado media hora antes de la conferencia con el director del evento, que llegó tarde. Éste, meses antes, había entonado grandes loas a nuestra amistad para explicarme que no me pagaría por mi intervención. Tampoco -ni siquiera- la tilita, sino que cuando llegó la hora de pagar, miraba para otro lado. Luego, en el escenario, Benita o Ignacia, la del tío viceversa, habló constantemente de que le pagaban y que el dinero es mu malo (eso en dos fandangos mu, mu sentíos) y que no haría bises porque no entraban en el presupuesto, ay, yayay. Ya digo que eso fue lo que me dolió, en la cartera, o sea, en la dignidad, y no los aplausos entusiastas a la Benita-Ignacia, que se los merecía. De hecho, yo también aplaudí y me emocioné oyéndole cantar:
Pobrecita Virgen,
va pisando nieve,
pudiendo pisar
rosas y claveles.

16 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

A partir de ahora no des ninguna conferencia gratis; en todo caso, que te paguen menos de lo que deberían, pero nunca gratis. Pagar, sólo para lo que lo merece, como ese villancico.
Ahora caigo en la cuenta de que este blog es gratis: bueno, que sea la excepción. Pero en todo lo demás, cobrando. Yo pagaría por leer este blog, pero por la costumbre del todo gratis se me haría un poco cuesta arriba empezar ahora. ¡Ay, qué adulador soy!

E. G-Máiquez dijo...

Arp, tu consejo es de los mejores y fáciles de seguir: de los que uno ya se ha dicho a sí mismo. Yo, en mi interior, parecía Escarlata O'Hara jurando por la tierra roja de Tara que nunca más, que nunca más...

[El blog es muy distinto por muchas razones que sería muy largo de explicar.]

Anónimo dijo...

Pues yo si tengo que dar una conferencia o una actuación prefiero que no me paguen nada a que me paguen una miseria. Si dejas que te paguen poco les estás diciendo que lo que vales es eso, poco. Si no cobras nada les estás diciendo, yo cobro tanto, pero por ti, porque me gusta tu proyecto, porque eres mi amigo, porque me apetece, no cobro nada. Mi trabajo tiene un precio y no me gusta que me menosprecien.

Anónimo dijo...

Se gastaron el dinero en publicitar el evento.

Nodisparenalpianista dijo...

Te decía en un comentario interrumpido por la técnica que si fueses hecho diferencial y toda esa matraca, habrías negociado un traspaso de trasnferencias, no se, para el AVE o para las cercanías o algo así. Yo que tú me tomaría la tila del Bendito Ignacio y me sentaría a seguir disfrutando del villancico y pensando cuán fatal es el vil metal.

E. G-Máiquez dijo...

Ah, Arp, una cosa: tú sí que pagas por el blog, con el tuyo, o sea, con creces.

Enrique Baltanás dijo...

Yo lo que veo injusto es que a la cantante le paguen y al hablista no. O todos, o ninguno. Bueno, sirva de aviso.

Anónimo dijo...

maldito parné! aún con la tilita, que tengo en la mano sé que no cobraré. Castigo de Dios, castigo de Dios. Yo doy conferencias y se lleva las perras, la del villancicó.

Carlos RM dijo...

Gratis eres genial. No sé yo si podríamos pagarte... Claro que el villancico de la Benita-Ignacia tampoco tiene precio: su letra entra directa al número uno de mi lista de éxitos navideños.

Jesús Beades dijo...

Yo no me muevo ya por menos de x euros (tampoco es cuestión de publicitarlo aquí), salvo excepciones -que elijo yo, claro.

Hace poco, una buena señora me pedía que fuera a recitarle a unas chicas de un colegio de F.P. -o algo así- del Opus Dei, para animarles a la lectura, pero que no había presupuesto, etc, que era una importante labor, etc. Y tuve el gusto, sin sombra de remordimiento, de decir que nanay, que de gratis sólo para Fidel Villegas, que para eso me dio la vida (poética), y que por menos de x euros etc... Se quedó un tanto patidifusa, pero es así. Ella sus cursos y conferencias sí los cobra, que para eso tiene familia numerosa. Y me parece bien, claro está.

Y lo del presupuesto... siempre es relativo. Para según qué cosas sí hay presupuesto, pero para el poeta, músico o conferenciante hay regateos y miserias. Eso se lo escuché a Antonio Gala, diciendo que era una obligación cobrar, y cobrar bien a ser posible, para dar su dignididad al oficio, y al escritor en particular. Eso de ir a unas fiestas patronales, decía Gala, y que allí cobre hasta el último camarero de la barra de Cruzcampo, y al poeta de turno le den una jarrita de cerámica, era una cutrez española que habría que ir desterrando. Decía bien Antonio Gala.

E. G-Máiquez dijo...

Qué bien, Beades. Contra el ay, yayay, el nanay.

Anónimo dijo...

Estimado García-Máiquez: Usted recibió por su pregón un grabado de Carmen Bustamante (valorado en 150 euros) comprado en Cristalarte y fue invitado a cenar por el Colegio con su señora, invitación que rechazó. Me parece de muy mal gusto todo su comentario en su página. El Colegio en todo momento lo ha atendido igual de bien que a todos los pregoneros anteriores que se han llevado una muy buena opinión del Centro. Sentimos que con usted no hayamos acertado.

Daniel GG dijo...

Felicidades por el popurrí de villancicos, no por el pregón de Navidad que nunca existió. No conozco su cachet, si puede reflejeló para que en próximos eventos se hable el mismo idioma. Si es alto, probablemente no dará ni una conferencia más, salvo en su Instituto.Si la historia de la tila usted la cuenta asi,lamentablemente no conoce al Director de ese Centro. Adeu García-Márquez, perdón García-Maiquez.

E. G-Máiquez dijo...

Vaya, Daniel, qué ingenio lo de García-Márquez, me parto de risa.

Sobre el resto, como pasó lo cuento. Lo de la tila es literal, pregunte usted. Lo del popurrí ya estaba hablado. No soy pregonero, se siente. Si no doy jamás ninguna conferencia, me alegraré mucho. Si no me lo ruegan (pregunte, pregunte) prefiero quedarme en casa.

Lo del mal gusto será según se mire, estimado sr. don Luis García, porque tampoco está mal pagar a la cantaora y no al popurrista, digo yo. Pero en cualquier caso, nótese que en ningún momento digo quién fue el anfitrión ni cuál la institución.

Anónimo dijo...

Bueno, Sr. García-Maiquez creo que el asunto debe llegar a su fin, como el año 2007. Podriamos zanjarlo tomando unas tilas o unos tequilas (como prefiera), que yo pago. Siento profundamente la micropolémica que ha suscitado y que para usted el haber "pregonado" la navidad no haya sido un motivo de orgullo. Una excepción que no tendremos en cuenta. Felices Fiestas.

E. G-Máiquez dijo...

No suelo tomar tequilas (ni tan siquiera tilas) con anónimos que me ustean, pero brinde usted a mi salud, que yo desde mi ángulo (me basta) lo haré por la suya.