sábado, 8 de noviembre de 2008

Dios en el autobús

En lo que se llama España, los progres, los laicistas, los conversos (al liberalismo) y demás predicadores del ateismo están que exaltan de gozo por la campaña publicitaria en contra de la existencia de Dios que se está celebrando en la ciudad de Londres. La idea se le ocurrió a la escritora Ariane Sherine, a la que no tengo el gusto de conocer, y que ahora ha saltado a la fama, como era de esperar. Allí, fundaciones pro-laicismo y personajes célebres —que quieren serlo más— se han aprestado a aportar su apoyo contante y sonante. En los autobuses campea, por lo que cuentan, este mensaje: "Es probable que Dios no exista. Ahora, deja de preocuparte y disfruta de la vida".

Soy firme partidario de que nuestros progres indígenas importen pronto esa campaña, que tanto les gusta. Pero sin pedir subvenciones, eh, que aquí ya nos conocemos; sino aflojándose la cartera, como Dios manda y como ha hecho el prestigioso catedrático Richard Dawkins, el de El espejismo de Dios. (Sí, sí, aquel que no se atrevió a mantener un debate público sobre la existencia de Dios con el periodista católico Paul Johnson.)

Además de por el divino placer de ver a nuestra progresía soltando pasta para algo que no sean sus viajes de merecido descanso todos los meses del año o sus compras por Nueva York, la campaña fomentaría precisamente un debate público sobre un tema de interés, que ya está bien de hablar de los fracasos y aspiraciones sociales del presidente Zapatero, el de me invitan, bien, no me invitan, ay.

Lo primero que quieren que discutamos, por lo visto, es quién disfruta la vida y quién se preocupa. Es una lástima grande que no exista un felicímetro para comparar. En cualquier caso, mediante la observación directa es fácil comprobar que los progres, que se autodenominan tan despreocupados, muestran una preocupante preocupación con el tema de Dios, que, teniendo en cuenta que para ellos no existe, sorprende.

Mi única duda es que no sé si animándoles estaré fomentando que tomen el nombre de Dios en vano. Yo creo que no porque si algunos creen que así luchan por la verdad, están sirviendo a Dios, que es la verdad. Y quien la busca Le encuentra. Por otra parte, Santa Teresa de Jesús, ese milagro indiscutible de la prosa castellana, ya dijo que Dios andaba entre los pucheros. No resultará tan irreverente, por tanto, verlo en los autobuses.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo, particularmente, no estoy de acuerdo con la iniciativa.
Hay que ser ecuánime y por muy ateo que yo sea, no se debe caer en el mismo pecado que se censura. Así, como decía Chesterton [parafraseo], el fanatismo no consiste en creer en algo con todas las fuerzas del mundo, sino en negar la existencia de una alternativa a esa creencia.

Curiosamente los de los autobuses están siendo tan fanáticos como aquellos a los que pretenden salvar.

Me encanta estar de acuerdo en esto contigo.

Salud,

Tlön

Anónimo dijo...

Hombre Enrique, ahora me entero de que los liberales nos dedicamos a predicar el ateísmo. ¿Dónde encajarías entonces a tu correligionario Termes? Te vas pareciendo a de Prada poquito a poco.

Anónimo dijo...

Partamos la frase en dos: "Es probable que Dios no exista". Si es solo probable no tienes suficiente base para que yo deje de pensar que sí, porque lo probable puede ir para cualquiera de los dos extremos.
"Ahora, deja de preocuparte y disfruta de la vida". Si me voy al extremo del que no existe, ahora es cuando tengo que preocuparme, porque solo tengo unos determinados años a mi disposición, que siempre me parecerán pocos y si voy al lado del sí, es cuando verdaderamente disfruto, ya que se que esto no acaba aquí y puedo disponer de una visa oro para comprar un tiempo eterno. Dios solo me habla de amor y todos sabemos que los mejores momentos son los que estamos amando, los que te mueve hasta la raíz y desearíamos que no acaben nunca, ¡pues ahí está!. Es gratis, aprovechemos y hagámosLE caso; sólo hay que amar al prójimo y ya nunca más te encontrarás mal. Sonríe, alégrate DIOS EXISTE.

E. G-Máiquez dijo...

Lola, Pascal habría aplaudido tu comentario, y yo con él.

Y Javier L., acuso el golpe y Dios me libre: corrijo inmediatamente el texto para dejar claro que me refiero a ciertos liberales muy adogmáticos. Gracias por el cosqui.

Anónimo dijo...

Bueno Enrique, tienes razón en que esos liberales abundan. Retiro la comparación con de Prada, aunque no sé si te ha molestado mucho.

Escoliasta dijo...

Creo que el año pasado se celebró en Toledo de España el llamado I Congreso de Ateos de Toledo. La intención provocativa de este Anticongreso toledano era obvia. En fin, que con este motivo se reunieron una gran número de necios - en terminología anselmiana - y entre ellos nombres conocidos. Al menos se trataba de ateísmo estricto y no del agnosticismo - o ateísmo vergonzante - que delata el "probable". Estos necios británicos lo son con toda probabilidad.

E. G-Máiquez dijo...

Tu comentario y la comparación, Javier L., me han venido muy bien: hay que ser cuidadoso y precisar más. El agradecimiento es sincero.

Tu comentario, A día de hoy, me recuerda un viejo proyecto. En vez de colgar artículos ya publicados en el blogg, hacerlo al revés: sacar la idea y luego, enriquecida con vuestros comentarios, publicar el artículo. En vez de camino de ida, camino de vuelta. Hubiese quedado muy bien una mención a ese I Congreso toledano que nos cuentas.

Adaldrida dijo...

Moleste o no moleste (a Prada o a ti) yo que te conozco te digo que nunca te has parecido a él. Pero es que la palabra liberal es muy rica de sentidos y significados. Recuerdo a una tía mía que me preguntó, ¿tu amigo Pablo es de Opus? Yo negué y entonces ella, muy tranquila, dijo "ah, entonces es liberal".
Genial esta entrada.

Embajador dijo...

Si es posible me gustaría tener más datos sobre la negativa de Dawkins a mantener un debate con Johnson. He buscado por internet pero no he encontrado nada.

Sobre el liberalismo recomiendo leer el Magisterio de la Iglesia, por ejemplo a Leon XIII en su carta encíclica Libertas Praestantissimum. Aunque algunos lo crean así la obra de Termes no es de obligada lectura y asentimiento para un católico, para el cual es de hecho preferible ceñirse al Magisterio.

Termes es otro de esos candorosos intentos de cristianizar lo anticristiano, con el resultado de descristianizar lo cristiano. Y De Prada me parece un tio muy valiente por atreverse a cuestionar ciertas "verdades " de obligada aceptación por el hombre moderno, y que a algunos católicos les da urticaria el mero hecho de pensar en debatirlas no vaya a ser que los tomen por carcas.

Libertad no tiene nada que ver con liberalismo, en serio.

E. G-Máiquez dijo...

El asunto lo cuenta (sin pelos en la lengua, como suele) el propio Johnson en To hell with Picasso, en el artículo titulado "What is the Oxford atheist scared of?" (pp. 230-3, Weidenfeld & Nicholson, London, 1996).

Sobre Prada, Embajador, mis problemas son principalmente estilísticos.

Embajador dijo...

Gracias por la referencia, lo buscaré.

Entiendo que no te guste el estilo de De Prada, en tanto que estáis (en ese sentido) en órbitas muy diferentes. Sospecho que De Prada no le presta mucha atención al estilo en tanto se entienda lo que quiere decir y solo quiera expresarse correctamente, por eso algunos lo tachan de pedante.

A mi me parece uno de los tíos más sagaces que hay en el panorama periodístico español, me recuerda mucho a Jimenez Losantos antes que le atacara el virus de la histeria.