jueves, 18 de marzo de 2010

Estos son sus poderes

Ayer, en el almuerzo, nuestra prima Alicia Delkader, que será la madrina de Carmencita y ya ejerce, comentó que dEl rompehoras de las Españas le había gustado mucho el encuentro con José Cereijo. Le alabo el gusto: en ese café de la estación se paró el tiempo extrañamente.

Por la tarde, leyendo los tres cuentos semi inéditos o camuflados que me regaló Cereijo, me entró el pasmo. Allí se desvela el misterio. En el último cuento expresaba un deseo: “Cuánto daría yo porque esos cincuenta y tres días se volvieran de pronto cincuenta y tres años”. Lo estremecedor, sin embargo, estaba antes, en el primero y en el segundo:
Al cabo de bastante tiempo, cosa de media hora...

La entrevista fue larga; hay quienes han llegado a hablar de más de dos horas, pero parece razonable atenerse a la estimación, más prudente, de unos treinta minutos.
Que aquella media hora nuestra (¡media hora exacta!) cundiese tanto no fue una percepción mía ni una casualidad. Para Cereijo, en 30 minutos de nada cabe todo un mundo. Su visión transforma la realidad: a su alrededor los relojes se ralentizan. Qué poderosa es la buena literatura.

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