miércoles, 25 de abril de 2012

Pabilaciones



Con El pábilo vacilante me consume un miedo cerval a un círculo vicioso: creo —como dejo caer en el prólogo— que es un libro para los que no visitan Rayos y truenos, lo que no restringe demasiado el número de potenciales lectores, pero me temo que la inmensa mayoría de ellos saldrá de aquí y que no podréis evitar, ay, la sensación de relectura por mucho que yo os preavise que aquello de ayer fue prelectura. Qué agradecimiento, por tanto, a la honda recensión de la Laguna, cayendo incluso en la centralidad de la entrada sobre la amenidad y en el detalle de la camiseta del Madrid, cuando la mía es la de la Selección Nacional —al principio me extrañó, pero luego lo entendí—. Y es bonito, además, porque me pone a prueba. Si me tomo en serio mis palabras, ya no me podré quejar ni mucho menos: Casado da Rocha para mí es cien mil. Y si os las tomáis en serio, no tendréis que acudir a la presentación, que será un mano a mano, ¡er mano a mano!, que diría un flamenco, o (her)mano a (her)mano, para un ultraísta. 

7 comentarios:

Dolores dijo...

Cádiz me pilla un poco lejos como para ir esta tarde, jaja. Pero me hubiera gustado ser de los 13...

Unknown dijo...

Espero que la presentación haya sido un éxito. Lo mereces. Si viviera en Cádiz, la habría asistido. A pesar de apenas tener tiempo para nada, voy a leer tu autorretrato, seguramente con gusto, aunque, para serte franco, no estoy de acuerdo con la idea de un blog como prelectura, y de que lo que verdaderamente define el género es cuando llega a ser recortado para un libro. No sé porque un escritor querría orear su ropa sucia. Quizás porque mi ropa sucia es mucho más sucia que la tuya. Necesito mucho tiempo, meses, sólo para escribir competentemente. Tú no. En cuanto a si tu obra va a perder fuerza en una segunda lectura, lo dudo. La literatura, la tuya, no es como un chiste, que poco vale si contado sin gracia, o si ya sabemos el golpe final. En cuanto a “Uno para mí es cien mil si es el mejor”, y que lo diga. Tenerte entre los seguidores de “Matando a los queridos” equivale a tener un gran público. Espero que El pábilo vacilante llegue a cien mil de los mejores.

Ignacio Trujillo dijo...

A ver si haces una presentación en Sevilla, en cuyo caso podría saludarte y también a JJ Reel, cuyos artículos son buenísimos y siempre leo con fruición. Un abrazo a ambos.

ACdR dijo...

Agradecimiento el mío, Enrique, por la amistad silenciosa de la laguna. En efecto, lo de la camiseta iba por lo de la suegra, pero también porque las entradas del blogg, a veces tan multicolores, en las páginas del libro salen todas de blanco. Abrazo.

Unknown dijo...

Enrique,

El Pabilo Vacilante convinced me 100 percent. In fact, having read it (twice), I now feel slightly bad about the curmudgeonly comments I’ve posted on your blog, calling you to task. Although, in the end they probably did you more good than bad. I know they would have me. As you surely well know, it’s good, at least for our souls, to have persecutors, even a half-assed ones like this Yankee ball-buster. And our writing, as do all essential things, depend more on our souls than anything else.

The next Spanish book I read will be Lo que ha llovido, or perhaps your most recent poetry collection. If all goes according to my plans (perhaps ‘dreams’ is the more appropriate word) and I get a book, or a few, published here in Spain, I’ll have a chance of getting a university job in the States teaching Spanish. Then I would like to translate, among other things. If I like your poetry, and I’m convinced that I will, perhaps I’ll start there.

Speaking of poetry translation, I don’t know how I would translate Shuoshi’s haiku into Spanish to communicate something like that “casi traslucida,” but in English I would change the last line of R.H. Blyth’s version to “buffed to a shine.”

In this moment, without having to skim again through the pages of your book, two things about it pop first to mind. First, I was very happy that you included the column about the birth of your daughter while you were working on the Miguel Hernandez project. That was the column that first drew me to you, made me read you more carefully. Second, the next time somebody asks condescendingly, convinced that they’ve got you pegged as vain, “Why do you write?” why not say what I say, with a big, fat smile (and in all humility, I hope): “It’s my cross.” You’ll finish sooner.

By the way, the way you carry your cross, inspires me to keep carrying mine.

With great respect and admiration,

John

Unknown dijo...

Enrique,

El Pabilo Vacilante convinced me 100 percent. In fact, having read it (twice), I now feel slightly bad about the curmudgeonly comments I’ve posted on your blog, calling you to task. Although, in the end they probably did you more good than bad. I know they would have me. As you surely well know, it’s good, at least for our souls, to have persecutors, even a half-assed ones like this Yankee ball-buster. And, as you also no doubt well know, our writing, as do all essential things, depend more on our souls than anything else.

The next Spanish book I read will be Lo que ha llovido, or perhaps your most recent poetry collection. If all goes according to my plans (perhaps ‘dreams’ is the more appropriate word) and I get a book, or a few, published here in Spain, I’ll have a chance of getting a university job in the States teaching Spanish. Then I would like to translate, among other things. If I like your poetry, and I’m convinced that I will, perhaps I’ll start there.

Speaking of poetry translation, I don’t know how I would translate Shuoshi’s haiku into Spanish to communicate something like that “casi traslucida,” but in English I would change the last line of R.H. Blyth’s version to “buffed to a shine.”

In this moment, without having to skim again through the pages of your book, two things about it pop to mind. First, I was very happy that you included the column about the birth of your daughter while you were working on the Miguel Hernandez project. That was the column that first drew me to you, made me read you more carefully. Second, the next time somebody asks condescendingly, convinced that they’ve got you pegged as vain, “Why do you write?” why not say what I say, with a big, fat smile (and in all humility, I hope): “It’s my cross.” You’ll finish sooner.

By the way, the way you carry your cross, inspires me to keep carrying mine.

With great respect and admiration,

John

E. G-Máiquez dijo...

Muchísimas gracias, JJR, por todo lo que dices. Tus llamadas de atención me fueron muy útiles y tenías razón, además. El blog es un borrador, que tiene que quedar claro en el libro. Por eso, tu comentario no podría haberme alegrado más. Vino en su momento justo.

Ojalá se cumplan todos esos proyectos y sueños. Y, por supuesto, me encantaría ser traducido al inglés. Ojalá mi Con el tiempo te guste lo suficiente como para embarcarte en esa aventura.

Abrazo muy fuerte.