jueves, 14 de abril de 2016

El nihilista esperanzado


Mi rubaiyat preferida entre las recientemente editadas de Fernando Pessoa es ésta:



Dos veces al año, dice quien lo sabe, 
en Nishapor, donde mi mundo cabe, 
florecen las rosas. ¡Que sobre mi sepulcro 
ese doble milagro nunca acabe!

Conociéndome, alguno pensará que la escojo porque el mundo de Pessoa cabía en Nishapor, como el mío cabe —y más, últimamente— en mi cuarto y sus alrededores, como diría Xavier de Maistre. No. O no del todo. O no, sobre todo. Me apasiona por ese anhelo de inmortalidad que el nihilista acérrimo no pierde. Y se agarra a las rosas florecidas dos veces al año. Es más que suficiente milagro: es doble. Que viene a ser una inmortalidad auténtica lo demuestra esa palabra escogida: milagro. Desde luego, tiene el aroma.




2 comentarios:

Anónimo dijo...



When the roses bloom again,
And the sun is on the river:
The Mockingbird will sing it's sweet refrain.
And in the days of Auld Lang Syne,
I'll be with you, sweetheart mine.
Oh, I'll be with you when the roses bloom again.

https://www.youtube.com/watch?v=kifh6UOOZyo

Saludos

Uno que no conocerá la corrupción del sepulcro (porque sus restos serán incinerados y aventados y nadie los honrará con flores) dijo...

Fe en el milagro y esperanza de eternidad: ¡nunca acabe!