martes, 27 de septiembre de 2016

Canto


Desde el mismo momento en que Dante escribe cada uno de los 34 cantos del Infierno, ya está en el Paraíso, por el canto. Los salmos lo tienen claro: lo propio de la bienaventuranza es cantar. Y tanto que cantar es, prácticamente, la bienaventuranza. 


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