miércoles, 12 de octubre de 2016

Salchichas o de la devoción a la teoría política, pasando por la filología


En casa, no se cena hasta que no nos hemos servido todos y se ha bendecido la mesa. Quique casi sin esperar a que nos sirvamos une devotamente sus manitas junto a su boca y reza:


El Niño Jesús... 
que nació... en Belén... 
bendiga esta mesa... 
al Papa... y al Rey...

Le sale una bendición interrupta y murmullante. Me fijo. Y entre las devotas palmitas tiene una salchicha a la que va dando piadosos mordisquistos.

—¡Sinvergüenza!

Grandes risas, que preceden a una conversación filológica. ¿Cómo se pronuncia "salchicha"? Carmen vota por "chalchicha", opción a la que se le puede negar la coherencia, la simetría y la aliteración. Quique se apunta. Su madre se pone muy nerviosa. Quique opina que "chalchicha" es más de chulito. Su madre precisa: "Es más de cateto". Quique no se rinde, se revuelve: "No importa cómo se diga porque todos lo entendemos bien". Yo intervengo para apoyar a mi santa esposa, pero, entre el jaleo y la dislexia, me sale "chalchicha", y todos se ríen. Y Carmen, tan socialdemócrata, se apunta rápidamente al argumento democrático: "¡Somos tres contra uno! ¡Es 'chalchicha'!" Su madre tiene un inesperado brote reaccionario: "¡Eso de votarlo es una chorrada!"




1 comentario:

Josefina dijo...

¡Genial!