domingo, 6 de mayo de 2007

La madre que parió el Día de la Ídem

Una tradición familiar es felicitarnos y regalarnos en los cumpleaños, los santos y, sobre todo, dejar que los Reyes Magos nos mimen a mansalva. Otra, contraria, es despotricar del Día del Padre, de la Madre y del Perrito que les Ladre. Y dolerme, de paso, de que no haya un Día del Hijo Primogénito, a lo que los demás hermanos podrían contestar que justamente, porque todos son los Días del Hijo Primogénito. Ahora bien, cuando venía a poner mi queja por escrito, me lo he pensado mejor, que para algo hemos quedado que a las tradiciones hay que depurarlas sin cesar. Aunque sea una táctica comercial que terminará solapando a la celebración de los santos, porque uno no puede estar haciendo regalos todas las semanas, también es verdad que produce sus buenas carretadas de ilusión y de dibujitos del cole y de versitos a mi mamá hermosa que huele como una rosa y que parece una mariposa, que quién sabe si serán el embrión del gran poeta del siglo XXI, o al menos así se lo parece a sus abuelas, que ya es bastante... Mejor pensado, me alegro del Día de Marras y le hago a mi madre este regalo de visión positiva de la vida, a ella que siempre protesta de que yo proteste siempre. Ea. Pues viva la madre que parió (aunque fuera don Ramón Areces) al Día de la Madre. ¡Viva!

[Y vergonzantes felicidades a todas las afectadas.]

1 comentario:

Jesús Beades dijo...

Es como el día de los enamorados. Es un invento y una tontería, pero ¡a todas -o casi- les encanta que le regalen algo ese día! El exceso de caramelo y ñoñería lo perdonan siempre, si el mensaje es: estoy enamorado de ti. Pues lo mismo.