viernes, 14 de mayo de 2010

Cito de memoria

Trabajo día y noche, a contrarreloj y a contrapelo, en un artículo largo sobre Miguel Hernández, pero no me pesa. A cada rato recuerdo a mi madre, que era muy hernandiana. Como en otras familias entre el Sevilla y el Betis, mis padres jugaban a los poetas enfrentados, y mientras que uno era de Alberti, su paisano, la otra era de Hernández, su paisano. Mi madre incluso se permitía sus puyitas a Rafael y, si mi padre me leía por las noches “La nana de la tortuga”, ella recitaba por los pasillos, con mucha parafernalia dramática, los sonetos de El rayo que no cesa. Cito de memoria, porque allí los tengo grabados, y en su voz:
Te me mueres de casta y de sencilla,
estoy convicto, amor, estoy confeso
de que raptor intrépido de un beso
yo te libé la flor de la mejilla.

Yo te libé la flor de la mejilla
y desde aquella gloria, aquel suceso,
tu mejilla, de escrúpulo y de peso,
se te cae deshojada y amarilla.
Curiosos gustos en una casa recalcitrantemente conservadora.

44 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Creo que el buen poema es metaideológico, como el buen lector. Lo que no quita que el lector tenga su ideología; pero no debe dejarse atrapar por ella.
Con estos precedentes, se explican muchas cosas, Enrique. Enhorabuena por esos padres.

Juan Antonio González Romano dijo...

Coincidimos, porque yo ando trabajando un monográdico sobre Miguel Hernández para un libro de texto. Y en cuanto a los gustos de una familia conservadora... La poesía, la buena poesía, no debe quedar limitada por cuestiones ideológicas. Creo que mezclar poesía e ideología nos ha llevado a lo largo del tiempo a cometer injusticias literarias. Lo ideal, pues, es lo que cuentas de tu familia.
Un abrazo.

Kris Kelvin dijo...

Lo curioso es que, a algunos, ahora les pueda parecer curioso.

¡Ánimo con el artículo!

Un saludo.

LFU dijo...

Gracias Enrique por rescatar estos versos tan limpios. En mi hogar, orgullosamente falangista, yo crecí aprendiéndome de memoria la Elegía a Ramon Sijé de Miguel Hernández y "Al olmo viejo..." de Campos de Castilla de Antonio Machado. Tengo un magnetofón con mi voz de niño recitando "Yo quiero ser, llorando, el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas....." y en el "llorando" ponía tanto énfasis que hay que bajar el volumen.
Para que digan ahora que eran poetas malditos.......
Me gustaría ver a un progre enseñándole a su hijo la "Melancolía del desaparecer" de Foxá.

marinero dijo...

Una apostilla para "LFU": es probable que nadie en este país haya hecho, en los últimos años, tanto por rescatar no sólo a Foxá, sino a muchos otros poetas de ideología conservadora, como Andrés Trapiello, cuyas ideas personales no son precisamente de derechas. Y si "LFU" no conoce de las dificultades que durante muchos años hubo para editar no sólo a Hernández, sino al mismo Lorca (no es casualidad que la primera edición de varias obras suyas sea extranjera), que se informe: no es nada difícil. Y para qué hablar de la censura; para qué recordar los libros de Blas de Otero, de Jaime Gil de Biedma o de otros muchísimos publicados en Francia ("Parler clair", por ejemplo) o en México ("Moralidades", sin ir más lejos) por imposibilidad de hacerlo en España? Y eso en el caso de poetas que vivían aquí; de los exiliados, mejor no hablar: para qué. Qué selectivas son ciertas memorias, diría yo. O qué cortas.

E. G-Máiquez dijo...

Oh, Blas de Otero, censurado y aplaudido a la vez en la España franquista, y cuya estrella se apagó después, cuando dejaron de censurarle y de aplaudirle. Todo un misterio. Un tema precioso para estudiar: el paradójico efecto de altavoz y de prestigio que otorgaba la censura franquista, y la eficacia de la difusa y sigilosa postmoderna. En todo caso, celebremos por todo lo alto el nuevo libro de Otero, oh. Ojalá arrase como contra Franco.

LFU dijo...

Marinero, eres incansable, pero no dices la verdad. Las revistas de la Sección Femenina, dirigida por Pilar Primo de Rivera, publicaban desde 1941 y en los años 50 y 60, con toda normalidad, poemas de Lorca y hasta de Alberti. En 1952, por ejemplo, los teatros ambulantes de la S.F. de FET y de las JONS por los pueblos de España, reivindicaban a Lorca y representaban, por ejemplo, su obra “La zapatera prodigiosa”. La misma causa defendían los boletines y revistillas del Frente de Juventudes y de la OJE, desde 1947 hasta 1975. En un informe del SEU aparecía Federico como el poeta más admirado entre 1947 y 1951. De hecho, la recuperación de la obra dramática del malogrado autor se llevaría a cabo en España durante el franquismo. Así, la poesía y el teatro de Federico García Lorca fue entrando a paso acelerado desde los años 40 en libros, libros de texto, escenarios, revistas, colegios y universidades.

Además de los falangistas de a pie, dos personalidades del régimen, por poner un ejemplo, lamentaron así el crimen. El “francofalangista” Girón: “Si Federico García Lorca no hubiera sido asesinado, probablemente habría sido el poeta de la Falange. No lo conocí personalmente, pero camaradas cercanos a él me hablaron de su admiración, admiración con mayúsculas, y en el sentido más amplio de la palabra, del poeta hacia José Antonio”. Y Serrano Suñer: “Su muerte fue para la Falange doblemente trágica: porque venía a convertir a Lorca en bandera del enemigo, ¡y con qué impiedad lo usó éste!, y porque ella misma perdía un cantor, el mejor dotado seguramente, para cantar la regeneración revolucionaria que la Falange soñaba”.

En fín, hay que decir la verdad, porque yo no nací antes de ayer. Mi padre es falangista y en mi casa mis siete hermanos y yo aprendimos a amar la poesía con Hernández, Machado y Lorca. Y también Alberti, aunque sólo me gustó Marinero en tierra. ¡Ya está bien de manipular la historia!

Retablo de la Vida Antigua dijo...

Un autor totalmente conservador, e incluso, más aún, reaccionario como Castellani elogiaba a Miguel Hernández: "los versos robustos, metálicos (...) elegías viriles que parecen odas pindáricas".

Por cierto que, según Castellani, Miguel Hernández hacía "gran poesía a secas". Otro de los míos, no por la gran poesía, queya quisiera yo, sino por la sequedad en algunas cosas.

Un cordial saludo de su seguro lector.

E. G-Máiquez dijo...

Mi seguro benefactor, GdL: voy a buscar la crítica de Castellani, que seguro que me echa una mano. Gracias por el dato.

Y por los datos a LFU.

marinero dijo...

Debería EGM cuidar sus expresiones; de la última podría deducirse que él añora la censura, por sus posibles efectos potenciadores. Claro que no pensaría lo mismo JGB (la primera edición de "Las personas del verbo" es de 1975, curiosa fecha). Un poeta puede ser desatendido (y durante todos estos años han podido conseguirse antologías como "Expresión y reunión" -de Sabina de la Cruz, en Alianza- y otras) por muy distintas y más o menos coyunturales razones; también lo fue durante muchos años, por ejemplo, Juan-Eduardo Cirlot, cuya poesía nada tiene que ver con la política. Pero eso es una cosa, y la prohibición es otra; no conviene confundirlas. A Miguel Hernández, a Lorca, a Otero, a JGB y a muchísimos otros se los prohibió sistemáticamente y durante años..., y las prohibiciones siempre partieron del mismo lado (el único que había oficialmente, por otra parte). Nada semejante a esa prohibición sistemática ha ocurrido desde la democracia, aunque haya podido haber, como en todo lo humano, errores puntuales (recuérdese la prohibición reciente de un homenaje a Foxá). Yo felicito a EGM por su trabajo con Miguel Hernández, y le animo de veras en la tarea; pero su comentario me parece, aunque involuntariamente, señalar una vez más la división que tratamos -espero- de superar. En el asunto de Blas de Otero no ha habido un "bando" que lo persiguiera en estos últimos años, sino uno de las inevitables giros de veleta en las modas estéticas. En cambio, en vida suya, si tuvo todas las dificultades para publicar que acaso él conoce como las conozco yo, no se debieron desde luego a razones estéticas, sino a motivos que nada tenían que ver con lo literario.

LFU dijo...

Disculpa, Marinero, pero creo que debes rectificar. Sé que para tí los 40 años de franquismo son la representación del mal absoluto, pero pareces hombre versado por lo que deberías huir del sectarismo. De prohibiciones, nada de nada. deberías leer el artículo de Marías "La Vegetación del Páramo" http://www.arriba-lfu.com/2008/01/recortes-i-la-vegetacin-del-pramo.html
Un saludo cordial

Blimunda dijo...

Ese ambiente familiar en el que tu madre va por la casa recitando a viva voz al gigante Hernández cuando tú eres un niño, me parece de sueño.Felicidades y Salud!!!!!!!

marinero dijo...

"A partir de agosto de 1936 no se podía hablar de FGL en Granada "como no fuera para difamarle y ofenderle, y estaba aún más prohibido publicar algo de lo que escribiera y todo cuanto a él se refiriera". Se corría ya una cortina de silencio sobre el poeta, e incluso era peligroso poseer sus libros. En vista de los constantes registros domiciliarios, muchas personas se deshicieron de ellos. Lorca era un maldito". (Ian Gibson, "Vida, pasión y muerte de FGL", en la que se dan en nota las fuentes de cada afirmación).
"Reducida a silencio su poesía por los vencedores de la guerra civil, y prohibida la representación de sus piezas teatrales, la obra de FGL fue rebrotando contra quienes la prohibieron lenta, clandestinamente, primero en ediciones americanas: los textos que, en marcha e inéditos en 1930 [sic, por 1936], el crimen dispersó en manos de familiares y amigos -algunos tan capitales para la lírica española del siglo como "Poeta en N. Y.", o para el teatro más moderno como "El Público"- se editaron o representaron en las condiciones precarias que la época exigía, y fuera de España la mayoría de las veces. Pero del intento mismo de matar al poeta y de borrar nombre y obra surgió una popularidad que, aunque extraliteraria, actuaba así contra la infamia de su crimen y su censura" (Mauro Armiño, "Antología poética", Edaf 2005, 18ª edición: prólogo).
Sé que es inútil dar referencias; ya quedó probado en otra ocasión. Todo texto que no coincida con lo que LFU sabe de antemano, acaso por los orígenes "orgullosamente falangistas" que ahora nos desvela, es mentiroso. El hecho de que, para cualquiera que no tenga prejuicios, la biografía de Gibson sea LA biografía por excelencia de FGL, en España y fuera de ella, no cuenta. Ah, y, por cierto, Girón y Serrano Súñer (¡qué fuentes más objetivas y descomprometidas, Señor!) muestran bien que, en efecto, se intentó incluso -como se ve, con ningún éxito- convertir a FGL en bandera de los mismos que habían contribuido a su muerte. Pero el FGL que se había referido, por ejemplo, a la burguesía granadina como "la peor de España" tiene poco que ver con todo eso.
En fin, ya sé, lo repito, que es inútil. Pero, dado que LFU me acusa de mentir ("eres incansable, pero no dices la verdad"), hago estas citas -y doscientas más que podría hacer, pero esto se haría interminable, y no estamos en una discusión privada- para que quede claro -no a LFU, supongo, pero sí a cualquiera que razone- que yo no me invento las cosas. Yo no le he acusado a él de mentir; no es mi estilo, quizá porque carezco de antecedentes falangistas ("ésos siempre se fueron de todas partes sin pagar", en palabras de Andrés Trapiello que puede encontrar en el prólogo a su antología poética de Unamuno, publicada por Akal). Sólo, de que su curiosa manera de entender la "objetividad" supone que lo que digan partes tan poco interesadas y de tan fiable objetividad como Girón o Serrano Súñer tiene que ser la más pura y prístina de las verdades, y lo que digan, en cambio, investigadores de prestigio reconocido internacionalmente, historiadores o biógrafos es por necesidad pura invención. Claro que, dividida así la Humanidad, en el modo en que LFU lo hace, es un verdadero honor figurar en el bando de los "mentirosos"; como se suele decir, no hay mal que por bien no venga.

marinero dijo...

Leo ahora la nota última de "LFU", y le agradezco el elogio; pero quiero señalarle que quizá no sea una muy buena idea remitir al artículo (en verdad, son dos) que él cita. Allí puede leer que Marías se queja de que se sigan diciendo ciertas cosas "cuando se ha cancelado lo que de siniestro ha tenido una larga época, cuando se puede decir la verdad" -o sea, que señala "lo que de siniestro tuvo una larga época" (¿necesito explicar a LFU a cuál se refiere?), o que ahora (no antes, ojo) "se puede decir la verdad". Y también puede leerse que la "vegetación" de que allí habla "pudo brotar en el clima más inhóspito" (tampoco hará falta explicar cuál era dicho clima, y el por qué de sus tan radicalmente adversas condiciones para el desarrollo normal de la cultura). Así que hará bien LFU en fijarse en que los textos que aduce no acaben hablando en dirección y sentido del todo divergentes a los que él se proponía.

midasuspalabrascaballero dijo...

1)El poema de Hernández citado en la entrada es bastante "conservador" de contenido, así que la sorpresa no es tanta.
2)EGM, no se obsesione por "cuidar sus expresiones". A buen entendedor, etc., y cualquier desacuerdo o malentendido se resuelve en esa sección.

LFU dijo...

Creia que eras algo mas inteligente y menos sectario. Yo siempre pago lo que debo, mi padre tambien. Fueron los falangistas quienes defendieron a Lorca, hasta Gibson lo reonoce. Te suenan los hermanos Rosales?
Pero no pienso seguir politizando una entrada tan bonita. Si te quedas mas tranquilo pensando que en mi casa haciamos hogueras con los libros de los rojos, sea. No tienes remedio.

E. G-Máiquez dijo...

Don Midasuspalabrascaballero me pilla fuera de juego, y se lo agradezco mucho, porque para eso está esta sección. Tiene más razón que un santo al señalar que el soneto de MH es bastante conservador (incluso puritano, ahora que caigo) y tampoco "La nana de la tortuga" era el manifiesto comunista, precisamente. Lo curiosísimo hubiese sido que mi madre me recitara Sonreídme.

marinero dijo...

He hecho mal, sin duda, en citar a Gibson, Armiño o Trapiello, pudiendo hacerlo con Serrano Súñer o Girón; así habría evitado politizar una entrada que, hasta el momento de mi desafortunada intervención, tan ajena discurría a dicha posibilidad. En fin, ciertamente "no tengo remedio". Sí recordaré que la frasecita sobre los falangistas es, como ya dije, de Andrés Trapiello; polemice LFU con él, que acaso sí lo tenga, y pueda convencerle del nulo contenido político de los dichos o de Falange. Y añadiré, para su tranquilidad, que sé de no pocos falangistas cultos.
El hecho de que mis notas no hablasen ni de que todos los "nacionales" eran malísimos de la muerte, ni de quemas de libros ni cosas parecidas, ¿qué importa? Siempre es más cómodo contestar, no a las opiniones del otro o los datos que aporte, sino a lo que se nos ocurra atribuirle. Claro que esta idea mía, como las demás, sin duda procede de mi escasa inteligencia, y de no haberme nutrido suficientemente de verdades serrano-suñerianas o gironescas, y en cambio dedicarme a leer a rojos tan consumados, y tan manipuladores, como los que citaba arriba, o como cualesquiera otros rojos: ya se sabe que ese color y la mentira son cosa tan indisociable como la nieve y el frío.
En fin, ya estoy (por fortuna) desenmascarado y definido: soy tonto y sectario, y no tengo remedio. Qué le vamos a hacer: no todos nacimos tan inteligentes, informados y tolerantes como LFU. Debería ensañarse menos con los pobrecitos a quienes la fortuna no concedió sus dotes: bastante tenemos ya con ser como somos, ¿no le parece?
Prometo, eso sí, escribir mil veces "no existió la censura, y si alguna hubo, fue naturalmente por parte de los malos, o sea los progres". Aunque no sé si, aun así, conseguiré convencerme: me temo que el mal, en mi caso, ha penetrado muy hondo.

María dijo...

Marinero ¿como es que no tienes un blog?

marinero dijo...

Agradezco la pregunta de María en lo que tiene de elogiosa, ya que parece pensar que hay cualidades en mi expresión o mis ideas que justificarían un blog propio. La respuesta es que ni yo pienso exactamente lo mismo, ni gusto del compromiso que significaría mantenerlo.
En todo caso, temo (no lo creo una virtud) que me siento estimulado por la contradicción. Pero quede claro una vez más -no es la primera vez que lo digo- que dicha contradicción no procede de ninguna intolerancia mía hacia quienes no piensan como yo (y si alguna vez lo pareciera, vuelvo a pedir perdón), sino de estar verdaderamente convencido de que necesitamos hacer lo posible, y lo imposible, para entendernos, o intentarlo al menos, con el otro (sin tener que renunciar por ello, naturalmente, a las propias convicciones), y tanto más cuanto más otro.
Hay una frase hecha en el parlamentarismo inglés que habla de la necesidad de "cenar continuamente con la oposición": encantadora frase, que ojalá se aplicase más, y no sólo a nivel parlamentario, en este país, demasiadas veces innecesariamente bronco. Cuánto pierde quien sólo es capaz de ser amigo de quien piensa como él.

El Gran Surmano dijo...

La frase hecha del parlamentarismo británico que habla de la necesidad de "cenar continuamente con la oposición" puede perder su encanto si se considera el reciente escándalo en el que parlamentarios de todos los signos justificaron todo tipo de gastos, desde gastos de renovación de una segunda vivienda, hasta comida para gatos o DVDs pornográficos. El robo sistemático al contribuyente se saldó con un par de disculpas, cuando muchos de los parlamentarios tendrían que haber ingresado en prisión, y realmente rebajó al Reino Unido al nivel de una república bananera. Una "dictadura del funcionariado" en la que el ingenuo votante cree disfrutar de libertad por el hecho de poder votar A o B, siendo A y B esencialmente lo mismo. No muy diferente de España, claro está.

No está mal, evidentemente, que pueda haber amistad entre personas con ideas diferentes, pero la amistad, como el amor, sólo puede existir entre seres de buena voluntad. Entre villanos sólo existe complicidad, y la política es un juego sucio. Lo era en la república, lo era en la dictadura, y lo es en la democracia. El reino del literato no es de este mundo.

Anónimo dijo...

Como no podía ser de otra manera, mi recuerdo de Hernández viene de la voz de mi madre también, que daba una entonación creo que perfecta a sus intensos poemas delicados. De pequeña recitó poemas suyos en su colegio subida en una silla, me contó. ¿Podría haber una escena que le gustara más al poeta: una niña graciosa y muy guapa recitando sus poemas en mitad de las aulas del franquismo subida en la cátedra de una silla temblorosa? En fin…
Qué graciosos y cejijuntos amigos tienes, hermanos Enrique. Casi no entiendo lo que dicen, es como morse: “LFU, Parler clair", S.F. de FET, JONS, Suñer, JGB, Otero, www.arriba-lfu.com/2008/01/recortes-i-la-vegetacin-del-pramo.html, Ian, sic, por 1936], en N. Y." Son estupendos los dos, y lo digo sin ironía, pero los pobres creo que no lo saben. Me recuerdan a un cuadro de Goya que siempre me ha gustado mucho: Duelo a garrotazos. Yo, como pertenezco a la tercera España (y no sé ya si a la cuarta) esas discusiones las veo como de lejos, con admiración, curiosidad y ánimo de aprender.
Ayer me leí tu artículo, y después de leerlo me fui a la biblioteca emocionado y… Oh, ¡tengo a Miguel Hernández en el Puerto de Santa María! Ooooooooooh!
Jaime

marinero dijo...

Temo que el Gran Surmano se deja llevar por una visión en exceso maximalista de lo político. Yo conozco a varias personas metidas en política -ninguna a altísimo nivel, eso sí-, personas encantadoras, perfectamente honestas y que en más de un caso trabajan sin horario, porque de veras creen en lo que hacen.
También tengo noticia de varios escritores metidos, más o menos circunstancialmente, en política (estoy leyendo ahora mismo, por ejemplo, los "Ensayos" de Natalia Ginzburg [Lumen], escritora italiana muerta hace unos años que fue diputada en el Parlamento de su país), y conozco sus opiniones, que coinciden con la mía, según las cuales en política (incluso en la alta política), como en cualquier otra actividad humana, hay de todo: buena y mala gente, gente honesta y gente que no lo es, o no lo es tanto. Las caricaturas, las visiones de blancos blanquísimos y negros absolutos, son cómodas, pero se corresponden poco con la realidad, siempre más rica y matizada que ellas.
Precisamente, lo que ocurre es que tanto el reino del político como el del literato son de este mundo; los ángeles y los demonios sí que son cosa del otro, caso de que lo haya; pero aquí, de tejas abajo, somos todos simplemente hombres, todos mezcla -en proporciones infinitamente variables, eso sí- de bien y mal.

Anónimo dijo...

Trapiello es tan carroñero como Gibson. A mí me recuerdan a ciertos personajes de Chesterton que se ganabam honradamente la vida robando cadáveres y profanando tumbas.

marinero dijo...

Visto el comentario del anónimo de las 12:09, me pregunto si aceptará la posibilidad de que alguien que no piense como él sea, sin embargo, persona decente. El "profanador de tumbas" Andrés Trapiello es responsable principalísimo, como ya apunté en una nota anterior, de que pueda leerse ahora, con la comodidad y aprecio que merecen, a muchos escritores "de derechas" que, sin el rescate de su obra hecho por él, seguirían siendo sólo nombres (y acaso ni eso) para mucha gente. Claro que también hacer eso, si uno es suficientemente intolerante, puede ser visto como tarea de "profanador de tumbas". Como el propio Trapiello dice en el prólogo a su antología de Manuel Machado (Planeta, 1993: son editorial y año de edición, aclaro para Jaime), "Desde el momento en que un poeta está olvidado, todos los que vengan a editarlo o a ocuparse de él tienen que soportar el mote de resucitadores, que es una manera menos impertinente de llamarnos sepultureros...". En fin.

E. G-Máiquez dijo...

Con qué gusto digo esto: estoy completamente de acuerdo con el último comentario de Marinero.

LFU dijo...

Yo tambien estoy de acuerdo y es que Trapiello no es tan sectario como Marinero, que parece no soporta que en un hogar falangista se rindiese culto a Miguel Hernandez. Por que sera que siempre tiene que meter puyas hacia los ue no piensan como el. Yo no pienso abdicar de mis ideas ni de mis banderas, y tampoco de mi amor por la poesia, que es mi amor por la belleza y por el que doy gracias a Dios. Y ahora, puedes decir la ultima palabra.....

Anónimo dijo...

Y yo también. Sobre todo con la últim frase en la que el necrófilo se confiesa.

marinero dijo...

¿Qué decir de los últimos comentarios de "LFU" y del Anónimo? Respecto al primero, los varios libros de poemas que yo mismo he publicado hasta la fecha acaso sean una prueba tangible de mi aprecio (no me gustan las grandes palabras, prefiero no hablar de "amor") por la poesía; y mis palabras, por ejemplo, en respuesta a María, quizá permitan apreciar (a otros, sino a "LFU") que mi sectarismo es una triste imaginación suya. Y, sobre el Anónimo, que sus palabras dejan clara su postura: quien no está conmigo está contra mí (y contra la Verdad y la Razón, de paso), y ya puede presentar cuantos méritos personales quiera, que a mí no me engaña. Lo único que puede hacerse, ante una actitud tal, es compadecer la sofocante estrechez de miras de que es prueba.

midasuspalabrasetc dijo...

Jajajaja... es que ¿sabes, Enrique? la primera vez que leí el soneto puritano de Miguel Hernández fue precisamente en mi libro de Religión de BUP...
Sobre un par de cosas:
1)Creo que el relativo "indulto" concedido por la "intelligentsia" franquista a Lorca o a Antonio Machado estuvo favorecido, en el primer caso, porque se podía argumentar que había "muerto por error", y el segundo había muerto sin (/antes de) padecer represalias de los vencedores. Y diría que se debió, dejando aparte casos individuales de buen gusto y humanidad, a la conciencia de los poetas de la "nueva" España de carecer de un canon de maestros de cierta envergadura: no les quedaban más que el excéntrico d'Ors o los muy respetables aunque más bien alicortos Manuel Machado y Gerardo Diego.
2) Nada tengo contra los que revuelven tumbas: de hecho, la humanidad les debe mucho, desde que Jesús se asomó al sepulcro de Lázaro hasta que Walter Alva excavó la tumba del Señor de Sipán. Si acaso, me fastidia que los huesos encontrados se utilicen como proyectil o cachiporra, por más que a veces (léase cierto capítulo del "Tom Jones" de Fielding) el espectáculo pueda ser muy divertido.

marinero dijo...

Sólo una apostilla: lo de "respetable, aunque más bien alicorto" aplicado a Manuel Machado (dejemos a Gerardo Diego para otra ocasión, aunque ciertamente no le falten méritos) me parece, con perdón de "midasuspalabras", una barbaridad. Dejando aparte la "boutade" borgiana (Ah, pero ¿Manuel Machado tenía un hermano?), podemos recordar la admiración que le tuvieron gentes tan conocedoras como Luis Rosales, José Mª Valverde (según él, un poema como "En la muerte de José Palomo Anaya" es lo que traza la unión entre el modernismo español y la flexibilidad en el habla de los poetas suramericanos -y cita, por ejemplo, a Vallejo o Neruda-), Jaime Gil de Biedma o Gabriel Ferrater. O recordar también, y termino, las palabras de José Moreno Villa, que lo tenía junto con JRJ como el fundador de la dicción moderna en la poesía española. Manuel Machado es un gran poeta, que "midasuspalabras" debiera leer o releer, si le interesa la poesía, antes de decir cosas como aquélla. (Le recomiendo en especial, si le es accesible, la antología que de su poesía preparara hace unos años Andrés Trapiello, y a la que me referí en una nota anterior).

LFU dijo...

Marinero, no sabes lo que me alegra coincidir con tu ultimo comentario.

midasus dijo...

Lo haré si puedo, Marinero. La boutade de Borges (que es injusta, claro, pero al fin y al cabo un buen chiste) ni se me pasaba por la cabeza, y la alusión de alicortez no era ni más ni menos que por comparación con la envergadura alar de esos otros dos plumíferos, Antonio y Federico, que -mientras una antología no demuestre lo contrario- me parece mayor.

Artemi dijo...

Con permiso de Trapiello. La poesía no sabe de política ni le interesa. Eso sí, a los políticos e ideólogos, que tampoco saben de poesía, sí les imteresa.

marinero dijo...

Disiento de "Artemi": a la poesía puede interesarle la política (en la Divina Comedia, ese infinito océano, hay no poca), aunque ciertamente no pueda estarle sometida sin perder su propia alma.
Me alegro de la coincidencia con LFU -como he dicho siempre, las personas son más importantes que las ideas; y, con un poco de buena voluntad, es posible acabar entendiéndose con (casi) todo el mundo.
Y para "midasus...", la grandeza de Antonio y Federico no pone en cuestión la de Manuel, inferior tal vez a la de ellos en cantidad (Manuel es, pienso, poeta más irregular, y escribió mucha poesía menor), pero no en calidad (lo mejor de Manuel no es -y no soy el único en pensarlo- más prescindible que lo de cualquiera de los otros dos). Todos tres son maestros, muy capaces de enriquecer y (por qué no) mejorar a quien los lea.
Y ¡un viva por todos ellos! Porque lo merecen, ciertamente, en primer lugar, y en segundo porque los libros, y concretamente los suyos, no son armas, no son cosas utilizables para descalabrar a nadie. Bastantes, demasiadas, infinitamente demasiadas cosas hay ya capaces de generar odios y rencores.

El Gran Surmano dijo...

Marinero teme que me deje llevar por una visión "maximalista" de la política, ya que hay personas buenas de todos los signos, y concluye que tanto política como religión son asuntos de este mundo.

Me alegro que concluya que hay gente buena en toda clase de grupos, y especialmente si eso le hace considerar que en el franquismo no todo el mundo era igual. No se le puede quitar la razón a marinero cuando afirma que existió censura, pero también debe considerar que también existió reconocimiento para tan grandísimos poetas como Machado y Lorca, aunque fuera por razones "patrióticas", para demostrar al mundo que buen género se producía en España.

Respecto a mi alusión a la frase bíblica ("mi reino no es de este mundo"), me parece evidente que ha entendido la letra, pero no el espíritu. El uso de la "palabra" es muy diferente para la poesía y la política. Oscar Wilde, por ejemplo, fue condenado una sociedad puritana como la británica del siglo XIX, y todavía en la actualidad hay "críticos" (sí, utilizar el testimonio de críticos en un debate es análogo a usar el testimonio de la abuela para "demostrar" que uno es muy guapo) que afirman que su literatura es "amoral", cuando Wilde era un escritor profundamente moral que simplemente reaccionó contra la moralidad de su tiempo afirmando "el arte por el arte".

Me da igual que Wilde fuera homosexual o que fuera del Betis, si hubiera tenido la oportunidad: su legado a la humanidad es impresionante. Me da igual que Machado fuera republicano o que Pemán fuera nacional: uno es un gran poeta, otro un poetastro.

Me gustaría recordar a marinero otra frase bíblica: "Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César". Espero que no la interprete de forma literal.

Yo he vivido en tres continentes, bajo república, monarquía y dictadura, y mi visión de la política no es "maximalista": simplemente, la naturaleza humana es muy parecida en todas partes. Mi opinión es "empírica".

Anónimo dijo...

Enhorabuena, intrépido nauta, por estar en posesión de la Verdad y de la Razón. ¡Quién pudiera decir otro tanto! Con mi envidia más cordial.

marinero dijo...

Reconozco que el último comentario del Anónimo me desconcierta. ¿No habrá entendido que la frase mía que empieza "Quien no está conmigo" y termina "a mí no me engaña" se la atribuyo a él, para representar su intolerante postura, o seré yo quien no se entera?
Yo, y esto va también por El Gran Surmano, no me creo dueño de ninguna verdad, sino de muchas dudas; pero sé que no existen ni los blancos ni los negros absolutos. Ni el "político", ni el "de derechas", ni el "de izquierdas", ni ningún otro, son, así en abstracto, la encarnación del Mal (tal cosa no existe en este bajo mundo); entre todos ellos hay gente mejor y peor, y todos -todos, sin excepción, o con la única de Cristo para el creyente- somos a rayas, ni blancos sólo ni sólo negros. Y para entender eso no hace falta haber pasado por muchos países o regímenes políticos: basta con abrir los ojos y ver (y dejarse los prejuicios en casita, eso sí).
Y, por cierto, el verdadero crítico es cosa muy distinta de lo que el GS parece creer; yo, que como dije en una nota anterior he publicado varios libros de poemas, no podría haber aprendido y (espero) mejorado de uno a otro, como creo haber hecho, sin una silenciosa y constante labor de crítica de mi propio trabajo. Claro que ya Cernuda distinguía entre el crítico "silencioso y creador" y el "charlatán estéril", distinción que el GS debiera tener en cuenta si no quiere extraviarse, con la única precisión de que el crítico verdadero no tiene por qué ser exclusivamente "silencioso" -y el propio Cernuda, excelente crítico, es buen ejemplo de ello. Ese desprecio hacia lo que tantos otros (y entre ellos tantos creadores excepcionales) han pensado y dicho sobre su propio oficio sí que es del todo estéril.
No sé el interés que la práctica literaria pueda tener para el GS; sí sé que, si tiene alguno y prefiere pese a todo esa voluntaria ceguera, se pasará la vida descubriendo mediterráneos -es decir, imaginándose como muy suyo y muy bueno lo que otros han hecho antes, e infinitamente mejor.
Escribir no es sólo un oficio, pero es antes que nada un oficio, algo que hay que aprender para no estar toda la vida cayendo en errores elementales; y es necesario aprender de quienes nos precedieron en ese camino y ejercieron una verdadera labor crítica, ya sea incorporada en silencio a su propio trabajo creador, ya publicada explícitamente aparte. Y eso no tiene nada de raro: es, en esto, igual que un médico o un carpintero, que tienen que aprender su propio oficio antes de ejercerlo. Auden lo dijo bien: el talento sin genio puede no ser gran cosa, pero el genio sin talento (entiéndase, digo, sin el conocimiento y el dominio previos de una técnica y un oficio que permitan ponerlo en práctica) no es nada.

El Gran Surmano dijo...

Marinero, una vez más interpretando de forma literal dichos que sugieren verdades profundas que él quizás no pueda o quiera comprender, reitera que el Bien y el Mal absolutos existen dentro de cada persona, y que hay políticos buenos y malos: amablemente, desinteresadamente, descubre la pólvora y el Mediterráneo de una tacada.

Todo eso sería muy loable si de tal forma comprendiera que su tesis inicial sobre la apreciación de poetas 'de izquierda" por parte de franquistas o falangistas es simplista y maniquea.

Desgraciadamente, parece poseído por un espíritu, digamos, bizantinista, y empeñado en ignorar algo de sentido común: el uso de la palabra en la política y en la literatura es completamente diferente. A multitud de personas de todo el mundo, de todas las edades e ideologías, les interesa Machado o Neruda como poetas, no como propagandistas.

No es de extrañar que marinero haga una apología del "crítico", al que con tanta frecuencia acude para defender postulados que debería ser capaz de defender él mismo, con los muchos o pocos talentos y genio que Dios le haya dado. Por alguna razón, esos talentos que él se encarga de anunciar a bombo y platillo ("soy poeta y he sido publicado") no le bastan para mantener una cierta, y deseable, coherencia en su discurso.

Se pregunta muchas veces marinero por el interés en la práctica literaria que puede tener el comentarista que él percibe como adversario, como si en algún duelo imaginario, el ser "poeta" y "publicado" (aunque no se sabe de qué), le diera alguna ventaja que le permitiera salir airoso del lance.

No debe preocuparse Marinero por la obra de su benevolente interlocutor. Mis intenciones son meramente educativas.

marinero dijo...

En fin, renuncio; es evidente que El Gran Surmano y yo hablamos lenguas mutuamente incomprensibles. Me señala que "mi tesis inicial sobre la apreciación de poetas 'de izquierda" por parte de franquistas o falangistas es simplista y maniquea". Lo que dice mi primera nota (digo, por lo de "inicial") es que Trapiello ha rescatado no sólo a Foxá, sino a muchos otros poetas de ideología conservadora. Eso no es una "tesis", es la afirmación de un hecho: Panero o Manuel Machado o Sánchez Mazas han sido editados por él, y muchos otros reivindicados en artículos o prólogos, o en los volúmenes de su diario, cuando nadie lo hacía. Que eso es así, y que su caso no es único aunque sí a menudo pionero, puede comprobarlo cualquiera.
Por otra parte, de lo que realmente habla el GS es de lo contrario, de apreciación de poetas de izquierda por parte de "franquistas o falangistas". A nada de eso me he referido en ningún momento; me he limitado a hablar de la existencia de una censura -innegable, según pienso-, y de sus efectos sobre las posibilidades de difusión de poetas valiosos. No es una cuestión de "apreciación"; es una cuestión de negar la posibilidad de que determinadas cosas se publicasen (y que, de paso, no afectó sólo, aunque a ellos les afectara más, a poetas "de izquierda"; también poetas "de derecha" sufrieron las consecuencias de una censura tan obtusa que, según se cuenta, prohibió en una ocasión un artículo del propio Franco publicado con su seudónimo "Jaime de Andrade").
Más: por malo que yo pueda ser como poeta, la obviedad de que el uso de la palabra en poesía y en política es del todo diferente no se me escapa; y si el GS repasa lo que dice la nota en que hablo de Dante, eso debiera ser obvio... No entraré a discutir con él acerca del hecho de los libros publicados por mí; en ausencia de dichos libros, la discusión sería inútil.
El problema es que el GS insiste repetidamente en su vocación didáctica -al parecer, sin ironía; o quizá es que yo no soy capaz de captarla-, sin que parezca habérsele pasado por la cabeza la posibilidad de que a él mismo le convenga ser enseñado, y (menos aún, me temo) de que haya gente que sepa más que él, o de que sepa otras cosas y ningún interés tenga en aprender las que él sabe. A él, esa actitud no le parece ni prepotente ni vanidosa; lo es, sin embargo.
Yo no digo, ojo, que yo sepa muchísimo, al contrario: mis inseguridades son inmensas, y la extensión de mi ignorancia, incalculable. Pero sí sé que esa actitud de perdonavidas que el GS se cree en el caso de adoptar a veces no es signo de inteligencia ni conocimiento, sino todo lo contrario. En lo personal, me es indiferente que prescinda o no de ella; dada la evidente incompatibilidad de nuestros lenguajes, ya he aceptado que no podemos entendernos. Pero creo que, si la olvidara, se haría un favor a sí mismo.
¿Necesita quedar por encima? No se preocupe, le cedo todo el campo; diga libremente lo que quiera, que yo no pienso contestarle más. Yo creo, eso sí, que se equivoca, y que la vida misma se encargará de desengañarle..., pero cabe que no lo haga; no siempre se tiene esa suerte.

El Gran Surmano dijo...

Ese mal genio tiene marinero es posiblemente la razón de que se ofusque y diga cosas que tienden a contradecirse. A propósito de "el reino del literato no es de este mundo" contestó : "Precisamente, lo que ocurre es que tanto el reino del político como el del literato son de este mundo", para concluir: "es evidente que El Gran Surmano y yo hablamos lenguas mutuamente incomprensibles", a pesar de que, obviamente, ambos usamos el castellano, un lenguaje que está vivito y coleando en este planeta a fecha de hoy. Yo entiendo perfectamente a marinero, otra cosa es que él mismo no sepa el destino de su singladura.

Quizás marinero, interesándose por mi relación con la práctica literaria, y anunciando su condición de poeta, aunque sin hacer referencia a su obra, pretenda situarse en un plano lingüístico especial, superior, en un olimpo poblado por poetas y críticos escogidos, utilizando la lengua de forma ininteligible para un simple humano, especialmente si no es un "poeta publicado".

No hago cábalas con la suerte que marinero pueda tener en su vida futura; le deseo que tenga toda la que se merece.

marinero dijo...

Gracias, GS; sin rencores, a pesar de que, insisto, es obvio que no nos entendemos. Cosas que pasan.

El Gran Surmano dijo...

Marinero siempre dice que finaliza una discusión, pero tarda más en despedirse que un sobrino sin aguinaldo.

marinero dijo...

No esperaba que el GS llevase su mala educación al extremo de ser desagradable, y empeñarse en lanzar su pequeño kikirikí de victoria, incluso cuando le tienden la mano, para despedirse, como le decía, sin rencores. Que no se preocupe; ésta sí es la última vez -pero definitiva, no sólo en este foro en particular- que le dirijo la palabra, visto que evidentemente es inútil intentarlo. Mucho le queda que aprender, pero ciertamente no seré yo quien se lo enseñe.