martes, 23 de noviembre de 2010

Imagen

Lo más bonito de los escaparates: el que los observa vea en ellos su imagen un tanto desvaída, pero al alcance de la mano, superpuesta. ¿Acaso no nos perseguimos a nosotros mismos, o a nuestra imagen de nosotros mismos, en todas nuestras compras?

7 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Estoy de acuerdo, nos buscamos, y también puede ser visto como que nos proyectamos sobre los objetos. Imponer, encontrar... ese binomio eterno en el conocimiento.

Juan Ignacio dijo...

Versión pesimista: se va desvaneciendo lo que somos, preocupados por lo que queremos tener.

Avd dijo...

Me gusta el look de tu entrada.
Veo algo de nostalgia, quizás me equivoco.
Pero tienes razón que cuando compramos,siempre cuenta nuestra propia imagen.
Y perdona que te comente...es que he salido una hora antes del instituto.
(véase un tono de broma)
Un saludito!!!

Cristina Brackelmanns dijo...

yo me lo pensaría bien antes de comprarme.
Si no recuerdo mal hay un poema precioso del soriano Julio Garcés sobre lo mismo: su imagen entre cacharros en el escaparate de una ferretería.
Te lo mando si lo encuentro.

Máximo Silencio dijo...

Lo único que objeto a esta entrada es el título. ¿Solo imagen? Es misteriosa, hermosa, extraña, evocadora, inspiradora... pero titularlo imagen es demasiada modestia. Me ha encantado.

Por cierto, me he enterado que usted y José Julio Cabanillas realizan un recital en la Casa del Libro, ¿A qué hora es?

Un Saludo

Jesús Beades dijo...

Buenísimo.

Como caprichoso militante, esta entrada la califico de 10 alto.

María dijo...

Llego tarde al debate. Pero creo que es un error la búsqueda de uno mismo. Un error extendido y más en esta era del individualismo. Proyectarse en los demás, proyectarse en los hijos, buscarse todo el rato. Lo malo es que con esa actitud el hombre termina encontrándose a sí mismo y se queda más solo que la una.
Pienso que para encontrarse, lo mejor es no buscarse, sino buscar al otro, o mejor aún, buscar al Otro.