lunes, 31 de octubre de 2011

El pecado original


Como siempre, leer al teólogo Hadjadj es una fiesta para la razón. Ahora paseo por el instituto para desconcierto de mis alumnos y compañeros La profundidad de los sexos. En él me he enterado que Santo Tomás de Aquino, nada menos, repudiaba la leyenda de que el pecado original fuera un acto sexual desmadrado de Adán y Eva. El Aquinate era de la osada opinión contraria: de haber estado en lo que tenían que estar, Eva no habría ido paseando sola por ahí charlando de idioteces con serpientes sabihondas y enroscadas. No es pecado y mucho menos es original, pero es una lástima grande que no leamos mucho más a Santo Tomás de Aquino. ¡Lo que nos perdemos!

9 comentarios:

Jesús dijo...

”-(...) ¿Te das cuenta de que la primera vez que un hombre y una mujer se unieron estaban desnudos?
-Pero, padre, ¿ése no fue el pecado original?
-Eso lo dicen los que no entienden ni de ese pecado ni de otros. Comer del árbol del bien y del mal nunca quiso decir fornicar. Eso, seguramente, lo venían haciendo Adán y Eva con toda regularidad desde que se encontraron juntos la primera vez. Estoy seguro de que fue lo primero que hicieron. Es lo lógico, ¿no? Para eso los había hecho Dios”.
(Gonzalo Torrente Ballester,"Crónica del rey pasmado").

Tiene claro Torrente Ballester que el hacerse “una sola carne” del libro del Génesis, amén de erótico, es explícitamente sexual. Concebir que lo primero, el eros, pueda darse sin lo segundo, el sexo, le parecería un sinsentido, tanto más aberrante cuanto mayor fuese el puritanismo que lo sustentase. Hermosa y cumplida cuenta ha dado Torrente Ballester en su Don Juan de lo contrario: la unión de eros y sexo pertenecía a la sustancia del paraíso querido por Dios.

Anónimo dijo...

Parece que en el pecado original se mezclan estos elementos: una actitud de desconfianza hacia Dios, el deseo de ser como Él por el camino de la confrontación (Cristo nos mostró que eso se consigue de otro modo)y la invasión de un campo que Dios se reserva para sí, el de la moral; que si se deja en nuestras manos ya sabemos lo que pasa. Mezcla explosiva que la Serpiente siembra con demostrada eficacia. Se emplea a fondo con Eva, porque con Adán la cosa le parecería demasiado fácil; lo tenía amortizado.
Jilguero

Anónimo dijo...

Buenos días. Lo que no deben tener claro algunos es que Adán no fornicaba con Eva, su mujer.Más Tomás.Un abrazo.

Adaldrida dijo...

Siempre he dicho que es mi santo favorito: gordo, filósofo y autor del Adorote Devote, ¿se puede pedir algo más?

Jesús Sanz Rioja dijo...

Justo, NIP. De hecho, entre el abrazo conyugal y el fornicio hay una diferencia abismal a pesar de la identidad física. Y sorprende en Torrente, si es que habla por boca de ese "padre", que no se diera cuenta.

Jesús dijo...

¿No resulta obvio que el "fornicar", en el contexto literario en que es referido, significa la cópula amorosa y no otra cosa?

Jesús Sanz Rioja dijo...

Pues eso es lo malo, SAF. Que no debería significarlo.

Jesús dijo...

¿Debo entender, entonces, que el único contacto físico del que estaban excluidos Adán y Eva, era la cópula? ¿Por qué? ¿Qué tiene la cópula que no tenga un beso o un abrazo?

Juan Ignacio dijo...

Genial eso de: "de haber estado en lo que tenían que estar..."