martes, 4 de octubre de 2011

La berrea



La Gaceta, ayer

9 comentarios:

José Luis Piquero dijo...

Entonces, ¿ponemos que la provocación es un valor literario o moral en sí mismo? ¿Que tal algo así?: "El 1 de julio vivían los rusos en el mejor de los mundos, en la bonanza de la dictadura de Josef Stalin". O "El 1 de julio vivían los españoles en el mejor de los mundos, en la bonanza de la dictadura de Francisco Franco". Salvando todas las distancias que se quieran, todas esas frases son siniestras y obscenas y me sorprende que se use alguna de ellas para jalear a un autor o para explicar postergaciones para las que seguramente hay razones únicamente de orden literario, no político. Claro que sólo es mi opinión.
Nota bene: La novela no la he leído y no sé quién pronuncia esa frase. El personaje tendrá sus motivos y no vamos a reñir al personaje de una novela. Lo que me llama la atención, y por eso escribo este comentario, es su uso en la reseña.
Un abrazo.

Paco M. L. dijo...

Aquilino Duque es un magnífico novelista.
Aquilino Duque es un reaccionario.
Mucha gente lo rechaza como novelista por el hecho de ser un reaccionario.
No por razones literarias, Piquero.
Pero, claro, hay que haberlo leido, y no hablar a priori.
La reseña, con todas la razón, deja constancia de estos dos hechos.
Y en mi opinión hace muy bien.

Anónimo dijo...

El juzgar a un escritor por razones ajenas a lo literario es como dar el Premio Nobel de la Paz a Obama.

Anónimo dijo...

Qué bonita es la portada del libro, cada vez que la veo me quedo embobado.

Me gusta mucho Aquilino Duque y no me gustan muchas de sus ideas. Entiendo perfectamente la frase que abre el libro, ridiculizarla sustituyendo a Primo por Stalin me parece una generosa exageración a favor de Stalin."Salvando todas las distancias que se quieran", claro.

Dicho esto, la frase inicial me ha recordado el comienzo de una novela que me encontré perdida en el bar de debajo de mi casa, al lado de las guías de teléfono. No recuerdo el nombre, pero era una de éstas que prometen misterio y exóticos lances amorosos... La abrimos un compañero de trabajo y yo y leímos a la vez:

"Egipto estaba espléndido aquella tarde."

José Luis (de la Cuesta, no Piquero)

José Luis Piquero dijo...

¿Habré de insistir en que no juzgo la frase en el contexto de la novela (que no he leído) sino su uso e intención en la entrada de Enrique?

Anónimo dijo...

http://lavaraverde.blogspot.com/

José María Saugar Gil dijo...

Curioso sentido de lo obsceno y lo siniestro el del Sr. Piquero, ajeno a que la frase diga una verdad como templo. Aunque puede ser de la opinión que hay verdades que no se deben decir.
Claro que la comparación de Stalin con Primo de Rivera ya demuestra que la Historia no es su fuerte.

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E. G-Máiquez dijo...

Gracias a todos por los comentarios. El de JLP responde a una vieja tertulia que nos traemos él y yo sobre el valor estético de la provocación ideológica. En mi reseña he diferenciado mucho entre el valor en sí de la prosa de Aquilino y su inexplicable por otra causa que la ideológica postergación. En lo que sí tiene razón Piquero, como no podía ser de otro modo en un lector de olfato fino, es en que me hace gracia el desparpajo de la frase inicial de la novela y la despreocupación de AD por su propia carrera literaria. Supongo que el hecho de que la de Primo de Rivera fuese una dictablanda justifica mi sonrisa.

Juan Ignacio dijo...

Ese libro debe cruzar el mar. Anímalos a los de la editorial. Les puedo asegurar que hay unas cuantas personas que conozco a los que sin duda les gustará. Me di cuenta instantáneamente al leer lo de Primo de Rivera y lo de la intelligentsia.