Empiezo Gloria. Una estética teológica. Vol. 1. La percepción de la forma, de Hans Urs von Balthasar, con Enriquito sentado a mi lado. Alarga los brazos, queriendo trincar el libro, con un ansia digna de la cupritas discendi, creo que se dice. No ceja en el empeño. Yo alargo mis brazos también para poner el libro fuera de su alcance. Es un préstamo interbibliotecario —esta vez funcionó— que vino de Toledo, nada menos. Afino la vista, a ver si percibo al menos la forma de las letras, cada vez más pequeñas y temblonas, allá en lo alto. De pronto, me doy cuenta de que estoy como Enrique, que somos el vivo reflejo uno de otro, ambos estirándonos, queriendo hacernos —cada uno a su modo— con el libro. Y para redondear el efecto espejo, yo le impedía a él coger el libro, él a mí comprenderlo, tan acompasados.
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2 comentarios:
Presentación de excusas. He borrado sin querer tres comentarios generosos a tres entradas distintas. Al de aquí, de Hipótesis de R., agradecerle los ánimos que me daba para terminar el libro y su interés por mi opinión. Lo malo es que voy a contrarreloj, por eso del préstamo interbibliotecario. Pero que no le quepa duda: si llego a terminarlo, lo comentaré aquí.
A don Javier Vicens, gracias por la foto de la luna nueva.
Y a Javier Otaola, gracias, como siempre.
A los tres, perdón por mi torpeza.
Preciosa entrada.
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