Esta mañana en clase temprano vibró el teléfono, no cogí, y vibró, y no cogí, y así, y me fui temiendo lo peor, como me pasa desde que soy padre. Pero era que había salido la entrevista, un poco recortada por las puntas, pero bien. Al ver el periódico me he alegrado lo indecible. En la portada, grandísima foto de la cabeza de Caballero Bonald, el príncipe de los heterodoxos, flamante premiado con un premio de cuyo no nombre no puedo acordarme, y en la contraportada, Moro, que perdió la suya. Todo en su sitio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Fabuloso. En la última respuesta tuya a la entrevista das respuesta al comentario 1 que ya ha hecho alguien.
Y ya se va convirtiendo en una tarea cotidiana darte la enhorabuena. ¡Qué barbaridad!
¡Felicidades! Te presumiré en facebook (y te leeré, claro) . Abrazo.
Te mandé iméil nada más verlo, de la ilusión que me hizo.
Publicar un comentario