sábado, 9 de noviembre de 2013

No hay dos sin tres


Esta foto no es de mi hija ni de mi hijo, sino de los del gran fotógrafo brasileño Alecio de Andrade. Pero una amiga me la envío porque le recordó a mi hermano Jaime y a mí, y es un retrato muy retroactivo muy favorecedor que nos hacía, aunque es mi hermano pequeño el que me señala los aciertos de los cuadros. Por un poco de vanidad, por otro poco de nostalgia de los hijos que no acabaron de llegar y porque la fotografía es preciosa, la traigo aquí, a culminar la serie de fotos de mis hijos. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta. No, la historia es la siguiente: yo ya me conozco los cuadros y entonces casi no digo nada. Es Enrique el que va descubriendo emocionado cosas que -siempre ha sido así en el Prado con él y con Trapiello- yo no me había fijado, y me las comenta.
Si realmente fuéramos Enrique y yo, no sería la ODalisca de Ingres sino la Venus del espejo de Velázquez. J

Ignacio Trujillo dijo...

La foto es estupenda y significativa. Yo también soy más de Velazquez que de Ingrés, claro. Lo que me ha dejado ko ha sido el comentario de J. Lo que daría por estar en el Prado detras de ese trío admirable, viendo, escuchando, aprendiendo y disfrutando (y calladito, por supuesto).